Capitulo 13: Ya lyublyu tyebya.

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Aiden no se lo podía creer, la reunión había sido un éxito. Yacob consiguió calmar a Dimitri para que actuaran con normalidad en Eternal y así poder seguir a la perfección el plan. Gracias a los micrófonos que se habían instalado en el local tanto Aiden como Clay pudieron seguir la reunión al momento y aunque Yamada parecía desconfiar al principio. Yacob fue un buen embaucador ofreciéndole ese descuento que tanto ansiaba para así darle a entender que se sentían amenazados tras la investigación que había realizado el viejo kitsune*. Aiden supo que esa parte le debió costar a Yacob, aunque fuera una mentira, admitir delante de su rival que estaba asustado, debió ser un trago difícil que tomar. Pero se vería recompensado.

Tyler por su parte, cumplió a la perfección. Era torpe por naturaleza así que no le costó demasiado entretenerse sirviendo las copas para conseguir los cincuenta segundos que se necesitaban para clonar el dispositivo móvil de Yamada. Se le derramaron un par de copas y tuvo tiempo de sobras.

Clay había estado de los nervios pero una vez obtenida la información, estaba ahora ensimismado con el ordenador, con los ojos visiblemente cansados y algo fatigado. Aiden maldiciendo al animal de Dimitri que dejó a su mejor amigo con poca movilidad natural, sin que pareciera un puto pingüino.

"¿Vas a seguir con el ordenador?" Aiden se acercó a su amigo, viendo las múltiples pantallas y tan solo pudiendo captar el indecente número de dinero que tenía Yamada en las cuentas. Clay asintiendo concentrado. "¿Vas a contestarme o debo preguntarte por tu trasero?"

"Perdona... no todos tenemos la facilidad de estar tranquilos estafando al jefe de la yakuza." Clay rodando los ojos, dejó de teclear para mirar a su amigo que le observaba preocupado. Desde que entró en la habitación para empezar con la gran estafa que no le había dicho mucho y era extraño en Aiden. "Estoy bien, Dimitri es un hombre complicado."

"¿Va a atesorarte o te dejará?" Aiden sin tapujo alguno, vio como los ojos miel se abrían con sorpresa.

"Me quedaré con él, ya no tengo escapatoria Aiden. Pero para tu tranquilidad, dejará a su mujer." Clay riéndose por la mueca de desagrado que puso Aiden, sonrió. Era demasiado sobreprotector, aunque no podía criticarle, él lo había sido mucho más. Mirando el teléfono móvil y leyendo el mensaje donde Dimitri le indicaba que estaban de camino a la mansión, extrañándole la última indicación.

Volvemos. Ve a mi habitación y no te muevas de allí. Ahora mismo.

"¿Pasa algo?" Aiden ladeando la cabeza al ver como Clay recogía el portátil con algo de prisa, escuchó como en el piso de abajo había movimiento. Se escuchaba a los guardaespaldas de Yacob discutir en ruso con una voz un poco más aguda y desconocida. "¿Y ahora qué mierda pasa?"

"No lo sé pero a mi me han indicado que me esfume, estoy en el cuarto de Dima." Clay suspirando y deseando tener una vida normal, suspiró de nuevo. Era una utopía, no tendría nada normal estando con ese hombre. Se acercó a Aiden y le besó la frente. "Avísame si pasa algo, están de camino esos dos. Pero si se va de madre, llámame."

"No lo haré... si el señor oscuridad te ha indicado que no te muevas es por algo." Aiden revolviéndose los cabellos negros con las manos, salió de la habitación, dándole un último vistazo a su amigo que subía las escaleras para esconderse en el cuarto de Dimitri. Dirigiéndose él al salón y escuchando cada vez más la discusión que parecían tener los guardaespaldas de Yacob. Viendo unos cabellos tan rubios que eran casi blancos en el centro, en el suelo un hombre amordazado, atado y visiblemente apaleado. "¿Qué está pasando?"

"¡Buenas noches mal'chik*!"

"¿Y tu quién coño eres?" Aiden viendo como los hombres de Yacob se alejaban de la escena manteniéndose como siempre a una distancia prudencial, se quedó mirando a ese chico de cabellos platinos que sonreía de una forma que no le estaba gustando nada. Al igual que tampoco le estaba gustando que los guardaespaldas no hicieran nada, quería decir que era conocido para el grupo Sokolov.

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