4. Insegura

754 97 4
                                    

Los ojos del corazón.

Capítulo 4.

—Jazmín Tanner—

¿Saben que a veces una parte de mí quisiera ser un ave? Tal vez, suena extraño y un poco loco, pero hay personas tan poco comunes que quisiéramos ser todo y a la vez nada, porque sí, así es como me siento en este momento que siento mi pecho comprimirse, mis ojos cargados de lágrimas y quizás mi cara tan roja como un papel cometa.

Nadie me había hecho sentir menos solo con unas palabras, pero esta vez pasó. Esa chica de voz tan fina y muy enojada me hizo saber que mis padres pueden tener razón en muchas cosas, «el mundo es cruel» «Las personas lastiman», y tantas cosas que dijeron cuando yo les reprochaba que quería salir al mundo. ¿Solo lloro porque una chica me humilló? Ni yo misma lo sé para ser sincera, pero algo dentro de mí se quebró con cada palabra que salió de su boca.

Escucho golpecitos en la puerta y antes que me vean seco mis lágrimas, sé quién acaba de entrar: Javier Tóner. Es el novio de Endry desde hace un tiempo y con el único con que he desarrollado tanta confianza. Su loción es inconfundible.

—De saber que ibas a estar llorando hubiera venido antes —cierto espacio de la cama se hunde y entiendo que se ha sentado a mi lado—. ¿Has discutido con tus papás?

—Deberías buscar ayuda, se supone que la ciega soy yo —intento evadir el tema—. Estás viendo mal, jamás lloro.

—Entonces, Superman no es el mismo Clark Kent —su tono áspero me hace recordar que sabe muchas cosas de mí que fácilmente diría las horas que voy al baño—. Habla.

—Bien —dejo salir un gruñido—. Mis papás me dejaron salir con Jacob, fuimos a una heladería y justo allí estaba su novia, o no sé, todo fue tan rápido. El hecho es que me dijo cosas feas que me hicieron sentir como si yo le estuviera bajando al novio.

Silencio.

—Déjame procesar todo, te han dejado salir con Jacob y su novia te ha dicho una sarta de groserías —escucho con claridad cuando chasquea sus dedos—. ¡Lloras porque él no te dijo que tenía novia!

—Claro que no —me levanto de golpe y su mano se apodera de mi muñeca—. Seguro sabes que Jacob es mi profesor.

—¿Y?

—Esa chica dijo que se casarían —lo digo casi para mí.

—Jaz, no quiero sonar cruel, pero… —se calla—. Te puede gustar ese chico o puede que ver otro chico diferente a mí te haya…

Corto sus palabras.

—No, es una idea loca —me suelto por completo—. Lo conozco hace unos días, no sé nada de su vida y sabes ¿por qué? Porque sencillamente él solo es mi profesor.

O sea, gustarme Jacob, ¡what the fuck, brother!

Un silencio algo incómodo llena el pequeño espacio de mi habitación, Javier está verdaderamente loco. A nadie con sana coherencia le puede gustar alguien del cual no tiene la menor idea. «Gustarme Jacob, por favorcito».

Javier se quedó por más tiempo y decidimos olvidar ese tema, la verdad, es una idea muy loca, realmente loca. Entiendo que no sé qué es estar enamorada o que me guste un chico, pero tengo claro que jamás miraría a Jacob como otra cosa que no sea mi profesor, eso es, mi profesor. Ha caído la noche y con ella el frío que siempre nos arropa. Javier se ha ido hace más de una hora, Endry quería verlo y no precisamente con ropa.

Ya sabemos sus necesidades.

Estoy de pie frente a la ventana escuchando el ruido causado por la noche cuando de repente unos pasos me hacen reaccionar. Ya no estoy sola.

—Vine a darte las buenas noches, tu padre se acaba de ir a la panadería.

Es cierto, por lo que sé las cosas en la panadería de mis padres están muy bien y están pensando en abrir otra. A veces me duele que se maten trabajando para ver si decido tomar un tratamiento para mi enfermedad o para ver si pueden mandarme a otro país donde me den una solución para ver si logro recuperar la vista, pero ni yo sé si quiero salvarme, solo quiero conocer el mundo y dejar de ser todo lo que ahora soy.

—Últimamente, trabaja mucho —no me molesto en voltear hacia ella—. Antes pasábamos más tiempo juntos.

—Sabes cómo es esto, si no trabaja no habrá dinero para comer y tus medicamentos son muy caros —pasa su brazo por encima de mi hombro y vamos hasta la cama donde me cubre con las sábanas y me da un beso en la frente—. Duerme, mañana será un nuevo día.

—Te quiero, mamá —sonrío

—Te quiero, hija.

Sus pasos me hacen saber que ha salido. No sé por qué noté un tono melancólico en su voz, como si me ocultara algo, y no es de ahora, lleva días muy extraña y eso me hace pensar que detrás de esa risa que escucho y sus «te quiero» hay algo que no quiere decirme.

(….)

—Te busca una chica en la puerta —ya tenía horas haciendo mis tareas con Cinthya que se encarga de ayudarme cuando no entiendo, ella es verdaderamente inteligente—. Es una morena muy guapa, pero estirada.

—Qué raro, nadie me visita aparte de ti y los chicos —me ayuda a levantar del piso donde estábamos hace segundos y salimos de la habitación.

Mi prima solo me trajo hasta la puerta y se alejó lo suficiente para dejarme sola con la chica que me busca y que apesta a loción cara, ese olor ya lo había sentido antes y no me equivoco cuando con voz fina y antipática se escucha.

—Interesante cuchitril donde vives, ahora entiendo por qué eres la otra de mi novio, quieres que te saque de esta pobreza —sus palabras son crudas y directas—. Supongo que sabes quién soy, ¡oh! Se me olvidaba que eres una cegatona.

—Sé perfectamente quién eres, ¿qué haces aquí?

—Vengo a decirte que te alejes de Jacob, o más bien a exigirte que lo dejes en paz, nos vamos a casar y no quiero que alguien con tan poca moral acabe lo que lleva años —siento un empujoncito que me hace mover—. Jacob está enamorado de mí y…

—Si estuvieras tan segura de que está enamorado de ti no estarías aquí —la corto dándole justo en su orgullo—. Si piensas que yo soy la chica que te lo está quitando, estás mal, busca en otro lado.

Escucho una risa sin nada de ganas.

—No pienso discutir contigo sobre lo que estoy o no segura de mi relación, solo te digo que te alejes de él, no tienes idea a cuantas me he llevado por querer quitarme lo que me pertenece —su voz tan llena de odio me hace pensar que está furiosa y casi me ha confesado que ha matado por seguir con su novio, está loca—. Si Jacob te pregunta si vine solo dile que me disculpé, por tu culpa estamos distanciados.

—Insegura.

Suelto.

—¿He?

—Eres insegura, dices que no soy nada en la vida de Jacob, pero por dentro mueres de miedo que se pueda fijar en mí.

—Burradas —escupe con amargura—. Él jamás me dejaría por ti, me ama.

Me quedo mirando al punto donde escucho su voz y me doy cuenta de una cosa, tiene miedo, y no ese que sentimos cuando nos estamos descubriendo a nosotros mismos o miedo a no ser aceptado, esa chica tiene miedo, pero de perder el amor de Jacob, miedo que él la deje de ver con ojos de amor y su mundo no gire alrededor de ella. Me quedo callada por segundos hasta que escucho su voz.

—Solo aléjate de Jacob y se acabó, tú misma decides si quieres que destruya tu vida con chasquear los dedos.

Dicho eso no se escucha nada más, se ha ido. Soy consiente de que esto es el mundo real y no una historia de Wattpad donde todo es amor por donde lo mires, pero esta chica parece tan segura y a la vez tan insegura de lo que tiene. Tengo una cosa clara y es que no dañaría una relación solo por diversión, yo no soy así.

Me acabo de meter en un lío donde no tengo que ver, pero esa chica me ha dejado en claro su miedo de perder todo y cuando digo todo es porque teme que pase algo más allá de una relación amistosa entre su novio y yo.

«En mi mundo no hay magia para dejarme llevar del momento, eso es estúpido».

¿Qué viene después de esto? ¿Qué pasará con esa niña y Jacob? No lo sé. Pero hay algo seguro y es que yo no haría nada que lo dañe a él cuando estos días me ha ayudado mucho. He empezado a ver el mundo con diferentes colores y no de un solo color como pasaba antes. Mi vida dará giros sorprendentes y de eso no tengo dudas. 


Los ojos del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora