5. Parte II

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-¡Debby! ¡Debs!- grite una vez que pude encontrar a mi amiga dentro de la casa. Debby giro de golpe si cabeza y sonrío al verme llamarla, caminando rápidamente hacia mi. -Mierda Debby te busque por todos lados, estaba que moría allí- exhale en un suspiro, algo más calmada.

-Estaba buscando el baño y me perdí un poco- se encogió de hombros, apretando los labios. -¿estas bien? Te ves asustada Ali -soltó una pequeña carcajada.

-hablé con alguien- murmure más seria de lo que pretendía sonar. La sonrisa de Debby desapareció de a poco transformandose en una cara de completa confusión.

-¿quien?-
-Dan- al escuchar el nombre, su cara se volvió neutra automáticamente, como si mil pensamientos pasaran por su mente en mili segundos.

-Que... ¿Qué te dijo? - pregunto intentando salir de su transe.

- no mucho, solo pregunto con quien me estaba quedando y si viniste a la fiesta. Dijo que te estaba buscando. - respondí preocupándome un poco por el aspecto de Debby.

-¿dónde esta Tori? - tomó una gran bocanada de aire y la soltó de a poco. Alcé las cejas mientras una sonrisa se formaba en mi rostro. Debby me miro y se demoró unos segundos antes de entender lo que mi rostro quería decir. -oh Dios mío está con Alec- mascullo abriendo los ojos de par en par. Me tomo de la muñeca y me saco de la casa nuevamente dirigiéndonos al patio.

El lugar se había llenado de un instante a otro. Ya casi no había espacio para caminar o bailar. si te hacías un vaso, había un 60% de posibilidades que te lo derramen todo encima. No podías decir si estaban todos borrachos o drogados o simplemente eran así de hiperquineticos desde siempre. La música estaba mil veces más fuerte y retumbaba por todas partes. Todos se empujaban con todos, gritaban, cantaban, jugaban... era un desastre.

-¿De dónde mierda salen tantos pendejos? - escuche una voz familiar detrás de nosotros, lo cual nos hizo girarnos de inmediato. Era Tori con Alec, tomados de la mano. Pude ver como Debby bajaba la mirada y la volvía hacia Vittoria con una amplia sonrisa.

- ¿Que hora es? - pregunto Debby lo mas fuerte que pudo para que la pudiéramos escuchar. Alec levanto su muñeca y miro la hora en su reloj.

-3:50- grito de vuelta.

-todavía es temprano, vamos a ver si queda algo para tomar.

Nos somos media vuelta y nos dirigimos a la mesa en donde se suponía que estaban las botellas. Ahora solo quedaban vasos plásticos rotos, botellas vacías tiradas sobre la mesa y alcohol derramado por todas partes. Debby soltó un gruñido de frustración y se giró para ver la masa de gente.

-BESTIAS- grito enojada, lo cual me hizo reír un poco.

- ¿Miles no tendrá dentro? - pregunte cerca de su oído para no tener que gritar. Debby, aun con la mirada fija en la masa, se encogió de hombros.

-Vamos a buscarlo.- volvió a tomarme de la muñeca y empezamos nuestro trayecto en busca del dueño de casa.

Luego de minutos de buscarlo, de pisoteadas y empujones, encontramos finalmente a Miles hablando con un grupo de amigos con un vaso rojo en la mano. Sonreímos triunfantes y nos acercamos a el.

-Hey Miles, ¿te queda algo de alcohol que nos puedas dar?- pregunto Debby sin darle importancia a los chicos que estaban ahí.

-uhhh... ¿No queda en la mesa? - pregunto algo distraído. Las dos negamos con nuestra cabeza y pasó el brazo sobre los hombros de Debby, volviéndose hacia sus amigos. -vale chicos, les voy a buscar algo de alcohol y vuelvo. -les hizo un gesto y una señal con la mano y comenzamos a caminar en dirección a su casa. Mientras caminábamos Vittoria llego toda revolucionada, como si hubiera visto algo realmente asombroso. Empezó a hablar tan rápido y desesperada que no se le entendía ni una sola palabra, movía los brazos por todas partes y no dejaba de hacer expresiones con la cara.

-necesito que lo veas con tus propios ojos- logramos entender una vez que se calmo un poco. Tomo del brazo de Debs y comenzó a jalar de ella.

-Vayan ustedes, yo los espero aquí mismo- alcanzo a gritar antes de que desapareciera entre la multitud.

Miles me llevo a una pequeña pieza, cerro la puerta detrás de nosotros encendió la luz para luego acercarse a un armario lleno de ropa y zapatos. Se agachó y movió unos que otros zapatos hasta sacar dos botellas de Blueberry y acercándose a mi.

- es todo lo que tengo, bonita. - murmuro encogiendose de hombros. Debo admitir que una pequeña corriente atravesó mi cuerpo el escuchar la palabra "bonita" en esa oración.

Extendí la mano para tomar la botella pero el la alejo de mi automáticamente. Inconscientemente lo miré extrañada, por lo cual Miles se volvió a acercar a mi y esbozo una pequeña sonrisa.

-me costo mucho tener estas botellas, ¿sabías? -comenzó sin despegar su mirada de la mia, era algo intimidante. Me encogí de hombros y sonreí simpática devolviéndole la mirada.

-serán solo dos vasos, o tres si Tori quiere tomar- masculle apretando los labios, esperando convencerlo. Su sonrisa se acentúo y se acerco aun más. Pude sentir como su mano rodeaba mi cadera y dejaba las botellas sobre un escritorio. Su rostro estaba a centímetros del mío. mi respiración comenzó a ser un poco más acelerada de lo normal y no sabia si debía salir de ahí o quedarme por las botellas.

-no me refería a eso- susurro ahora desviando su mirada a mis labios, acercándose un poco más. En una odisea de saber si salir de ahí o quedarme, recordé mi lista. El reto que debía cumplir y ahora era un momento esencial para hacerlo. Además, miles es muy lindo y de seguro tiene un cuerpo para morirse. Con o sin esa lista sería muy poco inteligente salir de ahí.

Respire hondo, armándome de valor para lo que me aproximaba a hacer. Tome delicadamente su rostro entre mis manos y pegue mis labios completamente en los suyos. Mi cuerpo se estremeció por completo al sentir como sus manos me apretaban contra el, correspondiendo a mi beso. Lo único que pedía era que nadie entrara a esa pieza, por ningún motivo.

The List - 5sos -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora