Capítulo 21

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—No puedo creer que esté haciendo esto— me queje con irritación.

Isak volvió a disculparse y me entrego su bolso. Aun no sabía si se disculpaba por mi interpretación en el plan o por que había vuelto mierda mi antiguo bolso al intentar meter todos los documentos allí. Tardamos solo una semana en perfeccionar el plan, pero creemos estar lo suficientemente preparados para ejecutarlo hoy.

—Recuerda que tienes que ser rápido, Axel— hablo la castaña apretando mi mano.

—Lo sé— bese sus labios en casto beso—. Tratare de comunicarme pero si no lo hago no te desesperes y no te separes de Leslie y Amelia. Si necesitas ayuda recure a ellas o a Lila.

Colgué el bolso en mi espalda y me levante con ayuda de mis muletas. Isak estrecho mi mano y palmeo mi brazo.

—Gracias por hacer esto por todos, amigo. De veras— exclamo Isak con sinceridad.

Suspiro.

—No es nada, además no puedo quedarme de brazos cruzados sabiendo que pude haber hecho algo.

Apreté el hombro de mi amigo con la esperanza de transmitirle confianza, confianza que yo no tenía. Tenía miedo a que nos descubrieran, a que no nos ofrecieran ayuda, el que yo no lograra salir y sobretodo de no ser lo suficientemente capaz para hacer algo tan importante. Siempre arruinaba todo.

Isak se fue, proporcionándonos privacidad. Thalia se posiciono frente a mi a punto de llorar. Observe sus ojos castaños y sujete su cara con suavidad.

—Todo estará bien, amor. Y en cuanto menos lo creas estaré aquí, abrazándote de nuevo, ¿entendido?— bese sus labios con delicadeza y ella envolvió mi cuello con sus brazos.

—Te amo— murmuro a escasos centímetros de mi con lagrimas recorriendo sus mejillas.

Mi novia era una mujer hermosa. Una de las pocas personas a la que no le hacía daño permanecer a mi lado y eso me aliviaba de sobremanera. La amaba muchísimo, tanto que todo parecía desaparecer a nuestro alrededor cuando estábamos juntos porque solo existía ella. Thalia Cambar había llegado para llenar de amor y alegría mi oscura vida y no podía estar más agradecido. Observe su rostro tratando de grabar en mi memoria cada uno de sus pequeños detalles.

—Te amo— susurre de vuelta.

...

El edificio central se hallaba en pleno apogeo, con los guardias vigilando y controlando cada tramo de este y los doctores, psicólogos y psiquiatras trabajando a toda máquina. Lo normal de todos los días.

Salí del ascensor y el guardia que me estaba escoltando hizo una seña para que me apresurara. Luego las puertas se cerraron dejándome solo en aquel frio y desolado pasillo. Me extraño que no hubiera nadie, sin embargo, no le di importancia. Avance con ayuda mis muletas al consultorio de Rakaj.

Pensé en lo que haría para salir: me quejaría y trataría de dirigir la conversación hacia mi doctora y la importancia de que ella revisara mi herida.

Una de las puertas a mi izquierda se abrió con brusquedad y fue cerrada de la misma forma. Eche un vistazo con curiosidad topándome con Cameron. Ambos nos observamos con asombro y en cuestión de segundos su mirada se convirtió en una de ira.

—Acaban de darme el alta, puedo largarme de este lugar— informo acercándose poco a poco a mí para, de alguna forma, intimidarme. Lo cual no funcionaba.

—Felicidades— espete con indiferencia. Trate de seguir mi camino pero él se atraveso, frenándome abruptamente—. Apártate, Meller.

—Leslie rompió conmigo y en parte fue tu culpa.

HurtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora