Durante el resto de la clase permanezco sentada en mi lugar, tratando de poner toda la atención posible. Era consiente de como algunas personas me veían con curiosidad.
Cuando la clase terminó todo el mundo se levantó de un tirón y salieron casi corriendo, mi corazón volvia otra vez a querer salirseme del pecho, tenía que ir a la siguiente clase. Saqué la hoja de mi horario de la mochila y vi que clase tocaba, mientras el salón se iba vaciando y otras personas iban entrando.
Me dispuse a salir pues no me quería quedar atrapada, según mi horario tengo clase de historia en el aula 301.
Empecé a caminar por el pasillo mirando en las puertas de los salones buscando el dichoso salón
—107, 606, 202...vamos debe de estar por aquí— digo para mí misma.
Veo a los alumnos pasando junto a mi cada uno en su mundo, reuniéndose con sus amigos fuera del aula. Afortunadamente ninguno me presta atención. Suspiro... eso está bien para mí.
Sigo recorriendo los pasillos que ahora parecen un laberinto cuando escucha el timbre anunciando el inicio de la siguiente clase.
Me empieza a entrar el pánico, tendría que pedirle a alguien ayuda. Tomo una larga respiración para darme valor y me acerco hacia un grupo de niñas que están reunidas en una banca.
—Disculpa — le toco el hombro a la que estaba más cerca y de espaldas.—¿Sabes...sabes dónde se encuentra el salón 301?
Lo digo deprisa casi atropelladamente a lo que ella se voltea y me ve, me hace un escaneo de arriba a abajo súper rápido y me dice—¿Qué?
Abro la boca para repetir la pregunta y ella alza la mano—¿Quien eres tu? Nunca te había visto.
Me ve y yo me pongo un poco colorada por qué ahora sus amigas me ven también — Soy nueva y quisiera saber dónde está este...este salón— le señaló la hoja voltea a ver a sus amigas todas ellas tienen diademas y el cabello suelto.
Se voltea hacia mi y rueda los ojos para después tomar la hoja, de pronto sube la mirada y suelta una sonrisa- maliciosa a mi parecer- se vuelve a voltear hacia sus amigas y pregunta—¿Alguien sabe dónde está el salón 301?— pregunta con una sonrisa.
—Si, está junto al la sala de comp...—comienza a hablar una pero se detiene cuando la que está junto le da un codazo. — Auch...¿Qué dije?
Pregunta pero se voltea hacia mi otra vez la primera niña y rueda los ojos —Ash, cállate Amber— me toma por los hombros y me señala un punto casi al final del pasillo— Ves ese salón de ahí —asiento — Es ese solo que tiene otro número por qué los acaban de cambiar así que... de nada.
Me guiña un ojo y me suelta, yo sonrío aliviada vaya… no fue tan difícil —Gracias.
Comienzo a caminar apresurada por qué ya iba unos minutos tarde, mientras pienso en la amabilidad de la niña y que tal vez algún día fuera mi amiga. Volteó hacia atrás y todas me están viendo así que alzó la mano para despedirme y me responden todas. Sonrío más ampliamente tal vez no tenía nada que temer.
Llegando a la puerta tomo la manija y la jalo para abrirla pero me acuerdo en el último segundo que debo de tocar primero, cuando siento el tirón de la manija del otro lado abriendola así que doy un gran paso hacia al frente chocando con alguien y cayendonos al suelo. De repente se enciende la luz que no me había dado cuenta que estaba apagada y todo el salón estaba asomándose de sus lugares para ver quién se había caído.
—¡Que te pasa por qué no te fijas por dónde vas! ¡Estuve a punto de regarme pintura encima! ¡Y me arruinaste mis calcetas!— me grito la alumna con la que choque, se levanta indignada señalandome — Profesor por su culpa e regado la pintura y ni siquiera es de esta clase.
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La Otra Cara
Romance"Las personas suelen decir mentiras, ocultar verdades y fingir ser más de lo que son. Siempre búscamos nuestra felicidad ¿No es así? Pero por cuántas vidas puedes pasar para ocultar lo que más miedo te da. Es difícil mantener apariencias después d...