—¿Me estás contando que no hay ni un sólo chico, ni uno sólo, que te haya llamado la atención de tu clase? —preguntó María volviéndose a sentar por quinta vez, después de que se parase para asomarse a la calle.
—Pues algo así —reí viéndola, me di cuenta que estaba nerviosa puesto que cada que lo estaba comenzaba a caminar saliéndose del establecimiento—. Lo que ocurre es que no me atraen tanto, ¿Sabes? Aunque bueno, no puedo negar nada.
—O sea que sí conoces a alguien, pilla —bromeó María regresando a sentarse a su lugar—. ¿Y cuándo pensabas decírmelo eh?
—No, no es verdad —respondí sonriendo—. Pero bueno, ¿Por qué hablas tanto de eso eh? ¿Será que tú también andas viendo a alguien?
—Posiblemente sí —contestó ésta ruborizándose—. Hay un chico que acabo de conocer, es de mi escuela, se llama Alex.
—¿En serio? Vaya y ¿Cómo es el chico? —le cuestioné, supe que era eso por lo que estaba algo alterada—. ¿Acaso es guapo el tío?
—Pues es un chico algo tranquilo, muy de mi tipo —señaló ella volviéndose a parar de su asiento para mirar a su alrededor—. Me parece bastante guapo, es delgado y...
—Oye pero no te vayas a ilusionar tan rápido eh —la interrumpí recordando lo que le había pasado con su última pareja—. Sólo date un tiempo para conocerlo y después decides.
—Trataré de hacer un esfuerzo, pero es que el chico es espléndido — regocijó María.
De pronto oímos una motocicleta llegar y estacionarse fuera del establecimiento. María se giró para ver quién había llegado, yo creía saber quién era por lo que no volteé.
—Buenas.
—Buenas tardes —respondí reafirmando mi pensamiento, porque en efecto era el chico de los cigarrillos.
—Una caja de cigarrillos por favor —pidió para luego voltearse para fuera, como cuidando su vehículo.
—En seguida —le entregué la caja y él me pagó respectivamente—. Su cambio.
—Muchas gracias, nos vemos —terminó de decir para salirse e irse como había llegado.
¿Nos vemos? ¿Quiere verme de nuevo? Oh, espera, es sólo cordialidad, mierda, ¿Cómo pude pensar en eso?
—¿Y bueno? No sabía eso —cuestionó María una vez que me volví a sentar.
—¿Saber qué? —respondí algo nerviosa, creo que mi rubor me ha delatado nuevamente.
—Eso, lo que acabo de ver, ese chico te gusta y no me lo habías contado —replicó ésta.
Pude notar algo de molestia en su voz. ¿Acaso se había enojado porque no le había contado? Ni siquiera yo sé lo que me pasa.
—No me gusta, ¿Quién lo dice? puede que sí se me haga atractivo, pero a quien no, no puedes negarme que lo es —pensé en voz alta.
—No la verdad no, no puedo negártelo ésta vez, su cara parece tallada por los mismos ángeles —bromeó María—. Pero entonces te gusta. ¿Desde cuándo eh?
—No estoy segura, tal vez... sólo me llama la atención —le respondí, no puedo decir que me gusta realmente, y tampoco quiero.
—¿Y éste no es un chico tonto? —preguntó enfatizando en el "tonto".
—No sé, no le conozco —si fuera tonto, ¿Lo querría?
—Bueno entonces ¿Qué esperas? ¿Por qué no le hablas?
—¿Qué acaso no ves al tipo? Parece muerto en vida —desafortunadamente así era, aunque quisiera llamar su atención, parecía que no tenía ánimos de encontrar nuevos amigos.
—Bueno, pero eso no es obstáculo para ti, te las arreglarás. Lo sé —me aseguró ella.
Realmente quería que eso fuera verdad. Mi corazón palpitaba rápidamente hablando de él, pensando en él, creo que realmente me llama la atención.
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C I G A R E T T E S ▪AuronPlay Y Tú▪
Fanfic¬¬ Raúl Álvarez, ¿así es como te llamas? Sólo tengo algo seguro, y es que siempre llegas a comprar cigarrillos ¬¬