Socio Sospechoso » Fredoy.

#1 | Encuentros.

Sentí como si estuviera atrapada en un torbellino de confusión y desorientación. La luz, sin importarle a mi angustia, bailaba caprichosamente ante mis ojos, mientras mis manos, aprisionadas y doloridas, obstaculizaron mi circulación como grilletes invisibles. "¿Estoy en peligro?" Ni siquiera puedo moverme para averiguarlo. Mi visión se nubló rápidamente, difuminando el entorno y sumiéndome aún más en la incertidumbre. Una voz, distante y distorsionada, se coló en mi conciencia, pero sus palabras se perdieron en el caos que me rodeó. "¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué por más que trato sigo sin poder moverme? Huir... Hablar..."

Jamás habría imaginado vivir para escribir una autobiografía después de eso, el como llegué aquí te preguntarás.

Todo comienza con un sueño, como cada buena historia.

“Joyce. Página 1.”

New Orleans | 202X.

—Disculpe, ¡Ay, perdón!

Entre los callejones empedrados y las sombras danzantes de la ciudad, una figura destaca entre la multitud con su belleza radiante y su determinación palpable. Es ella, una encantadora mujer rubia cuyo porte elegante y sonrisa cautivadora ocultan un ingenio agudo y una voluntad de acero que en medio del bullicio del camino al metro se encuentra con su bolso de cuero y su mente afilada, lista para abordar un vagón en específico.
Tan pronto su tren llega se abre paso entre la gente como puede, dispuesta a encontrar un buen asiento de ser posible, cosa que para su mala fortuna no pudo realizarse por el exceso de personas abordando el vagón.

Esto dibuja una ligera tristeza en ella, pero se limita a suspirar con pesadez y aferrarse a una de las agarraderas que ofrecía el transporte con los hombros bajos. Usaría su mano aún libre para sacar su celular e inmediatamente empezar a indagar entre las novedades que la bandeja le tenía, perdiéndose de inmediato al abrir la primer notificación.

El ruido presente no tardó en hacerse lejano cuando comenzó a navegar, al cabo de unos minutos era prácticamente inexistente.

Las luces parpadeantes y el suave traqueteo del tren crean una atmósfera hipnótica, pero su atención está completamente concentrada en el dispositivo en sus manos. De repente, una notificación de entre tantas interrumpe el silencio de su concentración, y sus ojos se agrandan al leer las palabras que aparecen en la pantalla. Un escalofrío recorre su espalda mientras observa aquel recordatorio de hace unas horas.

"Joy, te están engañando."

Cosa que se convirtió en una llamada extensa después y la razón por la que ahora estaba en camino hacia cierto destino en particular. Una plaza especialmente.

Inmediatamente apagó el aparato, volviendo a guardarlo de vuelta en su bolsa e inevitablemente deteniéndose a pensar en todo lo que ahora sabía, la oleada de recuerdos aproximándose la hicieron bajar la cabeza y con ello se sintió pequeña.

La situación con su novio no había sido lo que esperaba desde hacía unas cuantas semanas, el rumbo de la relación entre la deslumbrante abogada rubia y su pareja era como un giro dramático que jamás se habría imaginado vivir.

Al principio, todo parecía sacado de un cuento de hadas moderno pues las risas compartidas en cafeterías pintorescas, paseos románticos por las calles a la hora que atardece, y miradas cargadas de promesas en las noches iluminadas por el resplandor de las farolas abundaban y hacían que de algún modo se juraran amor eterno se hicieron parte de un guion retorcido.