KianHe dormido como una mierda en el sofá. Aunque se puede hacer cama y es un poco mejor, dormir ahí es incómodo.
He dormido muchísimas veces ahí cuando he llegado de fiesta borracho o que simplemente no tenía ganas de dormir en la habitación y tenía la suficiente pereza como para quedarme a dormir en el sofá, pero no es algo cómodo, al menos no para dormir.
Para estar sentado viendo la tele o pasando la tarde es más que suficiente, pero al ser de cuero artificial y no demasiado grande, te destroza la espalda.No iba a decirle que he dormido mal, es mi invitada y tampoco quiero que se sienta culpable por ello ya que a mi no me ha importado dormir en el sofá. Además, fui yo el que insistió en que ella durmiese en mi habitación y yo en el sofá. Era lo menos que podía hacer con una invitada o invitado.
Las otras dos habitaciones las tengo ocupadas con mis cosas, en una de ellas tengo todas las cajas con mis pertenencias que traje hace un tiempo de mi antigua casa y en la otra tengo un pequeño "gimnasio" donde entreno a veces. Sobre todo para boxear.
No tengo otras camas, vivo solo desde hace años y nadie duerme en mi casa nunca, rara vez duerme aqui alguien solamente alguno de mis colegas cuando se quedan aquí después de haber salido de fiesta o de yo haber hecho una fiesta aquí.
Suelen traer un colchón inflable o directamente duermen en el sofá, les suele dar bastante igual.Tecleo una última cosa y envío el mensaje para después bloquear el móvil.
Desvío la mirada hacia ella, con curiosidad, mirándole de reojo mientras que se lleva la taza de café hacia su boca y mantiene el ceño fruncido mientras que su mirada está en algún punto fijo.
Me fijo en ella: en cómo se aparta el mechón de pelo que cae sobre su rostro y se lo aparta guardándoselo detrás de la oreja y despejando la zona de su cuello, dejando a la vista un tatuaje, es una palabra y lo decora a mitad de él en horizontal.
Mi vista recorre los tatuajes que decoran su brazo, aunque se pueden ver pocos ya que tiene la sudadera remangada hasta los codos. Pero puedo ver el tatuaje de calaveras y rosas que decoran su antebrazo y después, el que decoran el dorso de su mano: una mariposa.Es guapa, esta buena y tiene tatuajes. Su carácter es fuerte y realmente, me pone. Para qué mentir.
Si no fuéramos tan parecidos, sería otra cosa entre nosotros.
Aunque eso no quita que sienta una conexión extraña con ella, como si nos conociéramos de antes.
Tuve esa sensación rara desde la primera vez que la vi y a día de hoy, lo sigo pensando y sintiendo.Ayer lo pasé bien, para ser honesto.
Hablamos bastante sobre nosotros, un poco por encima sobre nuestra vida, nada demasiado personal. Y descubrí algunas cosas curiosas sobre ella. Además de darme cuenta de que somos más parecidos de lo que pensaba, cosa que me dejó rayado.
Las veces que nos hemos visto o hemos coincidido en algún lugar, tan solo hemos intercambiado unas pocas palabras, y el haber pasado un día entero con ella, ha hecho que nos conozcamos algo más. Y su personalidad ha llamado mi atención.
También su actitud cariñosa con Anubis, y la de Anubis con ella. Él jamás se acerca a desconocidos cuando vienen a casa y el que él haya estado tan apegado a ella cuando jamás la ha visto, ha sido raro de cojones. Nunca le he visto así con nadie, ni con amigos, ni familiares.Erica se levanta del sofá y mi mirada vuelve a ella de nuevo. La veo caminar con la taza en su mano por el pasillo, despareciendo por la puerta de la cocina.
Dos minutos después aparece de nuevo, agarrando la bolsa de deporte que dejó ayer a un lado de la pared del comedor y la coloca sobre su hombro.
Su mirada se clava en la mia.—Ya estoy. ¿Nos vamos?
—Claro.
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ONITSED
Teen FictionHay veces en la vida que crees tener una buena vida. Que crees tener todo bajo control o al menos eso intentas, pero de un momento a otro, esa luz que estaba encendida y te alumbraba todos los días... empieza a parpadear. Hasta que finalmente esa...