Capítulo 75

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Desperté por el ruido de la alarma a las 7:00 am, trato de levantarme, pero descubro que Dorian esta enroscado a mí, una pierna encima de las mías, su brazo derecho alrededor de mi cintura y su cara en el hueco de mi clavícula imposibilitando mi escape. Me muevo un poco, con cuidado de no despertarlo y el objetivo de salir de la cama, no obstante, él se despierta.

—Buenos días, —dice besándome el cuello. —¿Dormiste bien?

—Buenos días, —Correspondo su saludo recostando el lado izquierdo de mi cabeza en su frente en un gesto de ternura. —Sí, dormí de maravilla. —Contesto a su pregunta, saliendo de la cama.

—¿Por qué estas despierta tan temprano? —Inquiere con su voz ronca y sexi.

Me vuelvo a mirarlo y es la mejor vista matutina que se pueda tener. Su cuerpo está fuera de las sábanas, mostrando sus músculos y el bulto de su entrepierna cubierto por sus calzoncillos. Su cabello revuelto y cayendo sin cuidado por su frente. La tabla de lavar de su abdomen y sus brazos flexionados detrás de su cabeza.

Pienso en todas cosas que podría hacer si me subo a la cama...Dorian no tendría ni que moverse, yo haría todo el trabajo, esta en la posición perfecta para mí.

Siento un delicioso estremecimiento.

Mujer lasciva. Pero te entiendo ese hombre hace se nos caiga la baba de todas partes.

Totalmente, pero si me subo, ya no podré bajarme en un tiempo largo y eso no es aceptable en estos momentos.

—A las 9:00 me voy a New York, ¿recuerdas? y tengo que preparar mi equipaje, anoche no hice nada. —dije entrando al baño, pero antes pude ver como le cambió la cara. Lo había olvidado.

Luego de bañarme, en el vestidos empece hacer mi maleta, duraría dos días en New York y no era necesario llevar muchas cosas, así que terminé rápido, elegí para llegar un vestido corto REEM ACRA de encaje de viscosa y algodón decorado, con unos tacones louvuitton color beige, un bolso hermes, y accesorios chopard.

Cuando salí del vestidor mi esposo, salía del baño con una toalla en la cintura y otra en la mano secando su cabello. Si en la cama se veía sexi, ahora se veía arrebatador. De verdad que tuve una batalla con mis ganas de pasármelo bien y mi sentido de responsabilidad. Sabía que no podría ser solo un rapidity. Mis ansias eran de caerle encima y devorarlo por completo hasta que cayéramos agotados. Por eso, y con el cuerpo llorando, le hice caso a mi parte racional y bajé a desayunar.

Que conste en el acta que esa parte de la que hablas te la acabas de inventar porque yo estoy muy dispuesta a quedarnos y disfrutar de ese bombón mojado que está arriba.

No podemos quedarnos.

Si podemos, tú no quieres.

¿Hola? New York, pizza, ¿Recuerdas?

A la Mierda la pizza neoyorquina, yo quiero Dorian al vapor.

Sin hacer caso a mi lujuriosa conciencia, voy a la cocina y Jackie me saluda al verme.

—señora, ¿que va a desayunar? —pregunta tendiéndome una taza de té verde. No puedo tomar café y lo he sustituido por té. La diferencia es del cielo a la tierra, pero me he acostumbrado y me gusta el sabor, también me da energías y me hace sentir relajada.

—Gracias Jackie, me gustarían dos huevos revueltos, con jamón y vegetales; y una tostada francesa con fresa, jarabe de maple y chocolate.

Mi ayudante sonríe por mi petición y con diligencia se pone a preparar mi desayuno, mientras yo respondo mensajes de texto de mi hermana y de Camila.

Casada Con El Enemigo ©️ +18 CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora