One

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Aún lo recuerdo...

10 de Diciembre del 2016.

Mi turno en la cafetería había terminado, estaba a punto de dejar mi puesto en la caja registradora cuando la campana estaba informando que una persona había entrado al establecimiento.

Allí te vi; completamente vestido de negro, tu cabello esa vez estaba teñido de un rubio, tu piel blanca, tus pequeños lindos ojos negros brillosos y tus incontables y tiernas pecas.
Mi corazón se estrujó al ver aquéllos ojos rojos, y solo me dije que unos ojos tan lindos no debían derramar lágrimas y verse así de tristes.

—Un Americano sin azúcar por favor.

Tu voz te delataba más que tu aspecto. Estabas destrozado. Tu voz sonó tan apagada, lastimada, triste y baja, hiciste que algo en mi quisiera tomarte y abrazarte, aún sin conocerte.

Pagaste exactamente lo que costaba el café y esperaste a que yo terminara de hacerlo para ti.
Mis pensamientos divagaban al ver las gotas de café caer en la taza, ¿qué te había pasado?, ¿por qué parecía que por un momento quisieras desaparecer de este mundo?

Te entregué el café y fuiste hasta una mesa alejada de todas las demás, cerca de la ventana. Te limitaste a ver a través de ella. Tu mano tocaba la finura de la taza pero no bebías ningún trago, nada, solo veías la nieve.

Preparé mi chocolate caliente y estuve a punto de dejar la cafetería e ir a la casa de mis amigos, pero algo me detuvo.
Allí estabas tú, las lágrimas bajaban por tus mejillas pecosas, no había sollozos, pero si estaba de esas lágrimas traicioneras que salían sin autorización.

Debía irme, debía estar en el cumpleaños de mi mejor amigo, debía disfrutar que hoy había salido temprano, pero verte allí; destrozado, hizo que algo dentro de mí me impidiera irme e hizo que me sentara justo frente a ti, sin importarme nada, sin ni siquiera conocerte, solo podía estar allí.
Me miraste, entonces sentí como mi corazón comenzaba a llorar, la imagen que tenía frente a mí era una de las más dolorosas.

No dijiste nada, ni me reclamaste por sentarme sin pedir permiso, solo lloraste, y yo solo hice silencio, me limité a verte, sufrí por dentro al verte de esa forma. No había palabras para describir el momento.

En ese momento odié lo que sea que te haya echo llorar, lo odiaba, por haber echo llorar a una de las cosas más hermosas de esta tierra.

|...|

31 de Diciembre del 2016.

Año nuevo en casa de uno de tus amigos, me invitaste a salir por primera vez.
Una linda casa estaba frente a nosotros y unos cuantos autos estacionados. Tú y yo éramos los únicos que faltaban, tomabas varias respiraciones, sabía que estabas nervioso, es más, que tenías miedo, me atreví a tomar tu mano, me miraste y sin decir nada solo asentí para darte apoyo.

Ambos entramos a la casa después de un chico de cabellera negra nos abriera la puerta. Era una linda "reunión" donde lo habitaban más personas de lo esperado. La música estaba muy fuerte y el chico entre todo el escándalo nos sonrió amablemente.

—¡Felix, llegaste! —dijo, para después rodearte con sus brazos.

Mentiría si dijera que una fiera dentro de mi cuerpo no se molestó por la cercanía que ambos tuvieron. Y aún con aquéllas luces neón y mala iluminación, pude ver como tus mejillas se tornaron de un color rojizo, algo muy lindo en ti, cada detalle que iba descubriendo de ti se agregaba a una larga lista de las cosas que más me gustan, Lee Felix.

—Un gusto, mi nombre es Hwang Hyunjin —saludé amablemente.

—Yo soy BangChan. Mejor amigo de Felix.

Ghostin || HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora