La noche pasaba rápida pero muy divertida. Todos íbamos ya más tranquilos, basicamente porque Tony y la dulce Valeria decidieron pasar un poco de tiempo con sus amigos.
Caminábamos por una calle muy oscura. La luz era escasa al igual que los coches. Hablábamos mientras nos íbamos de vuelta a la casa. Ninguno de nosotros estaba lo suficiente borracho como para estar llamando mucho la atención, todos éramos conscientes de todo pero si habíamos bebido de más.
Unas risas seguidas de cuchicheos se oían cerca pero nadie prestó atención.
-¡Eli fresca! -Por un momento el cuerpo se me paralizó aunque no me importaba lo más mínimo.
No podía ser otra que ella, Valeria.
-¡Guapa! -Le respondí. Su grupo ahora era visible, eran cuatro chicas y tres chicos. Se quedaron quietos, Valeria me miraba con la expresión de niñata más chunga que he visto, lo cual era divertido ya que ahí sí que parecía una choni.
-De qué vas -Era ella sola la que se acercaba a mi amenazante.
-Eli tía, pasa... -Me dijo Alex, sólo lo escuchamos nosotros dos
-Hasta mañana cariño -Respondí nuevamente. Todos empezamos a caminar, a los pocos segundos me tiró una piedra directa a la cabeza. Auch. Qué dolor.
Mi instinto fue tirar el bolso que llevaba al suelo y agarrarla del pelo, de verdad que sí. Pero Mángel y JP me agarraron. Que lástima, en serio, porque lo habría disfrutado mucho.
-¡Podrías haberles dado a ellos y ahí sí que te dejaba calva! -Dije haciendo referecia a mis amigos.
-Me río en tu cara niñata -Ella realmente creía que lo que soltaba por su boca era maduro o incluso gracioso.
-Tranquilita eh -Dijo Rubén
-A ver que dices tú a Valeria -Dijo uno de esos chabales que andaban con Valeria. No me empezaba a gustar la situación.
-Tranquilízate tío -Rubén intentaba decir mientras los demás gallitos intentaban demostrar que lo eran.
Así que pasó. Uno de ellos le empujó.
La vena mala de Rubén, esa que nunca había conocido con tanta intensidad, saltó por los aires.
Le devolvió el empujón.
Yo estaba tan mal en ese momento que sólo podía gritar. Sabía que los otros mindundis eran 3 y que nuestros amigos sí pedirían ayuda pero no se meterían. Yo y Cheeto intentábamos separarles, los demás miraban preocupados, Valeria y sus amigas estaban disfrutando totalmente.
-¡Cheeto vete! ¡Llama a alguien por favor! -Se fueron el y JP corriendo. Me era imposible meterme entre mi chico y los otros tres simios, Alex y Curricé no paraban de gritarme que me separase porque me iban a hacer daño y que ya estaban pidiendo ayuda. No quería entenderlo. Pero Curricé me agarró por detrás rodeándome con los brazos y yo hacía los intentos por escapar.
Fueron segundos que se me hicieron una tortura. Me sentía como obligada a mirar la escena por un momento y sin poder hacer nada. Esos segundos estuve llorando y gritando. No podía ver aquello.
Lo peor que pudo pasar, pasó, le dejaron en el suelo mientras le daban patadas. Eso sí que fue duro para mi. Una imagen que jamás olvidaría.
Las sirenas de ambulancia sonaban cada vez más cerca.
-¡Tío, vámonos! -Debieron de creer que era la policía por lo que el grupo de Valeria se esfumó por completo.
Todo pasó tan rápido... Llegó la ambulancia en cuanto ellos se fueron. No nos dio tiempo a acercarnos ninguno de nosotros. Curri me soltó. Yo me llevé la mano a la boca porque no sabía como se encontraba el, sólo que lo dejaron en el suelo y Curricé llevó una mano suya a la frente. Todos estábamos preocupados. Paralizados.
Juro que por un momento todo iba a cámara lenta hasta que le subieron a la camilla, el mundo dio una palmada para mí y ahí fue cuando fui consciente de donde estaba el. Me entró pánico en el cuerpo. Salí corriendo hacia el pero fue Alex el que me agarraba ahora por detrás antes de que pudiese hacerlo. Me había rendido. No quería ver aquella ambulancia parada. Mientras Alex me agarraba, Curri me abrazó y ahí se que me hice pedazos. Me giré abrazando lo primero que encontré lo cual fue a Alex. Mientras Curri me frotaba la espalda. Todos estábamos mal.
Un hombre se acercó a nosotros y Curri fue a hablar con el, era un sanitario, le estaría contando si íbamos a poner denuncia o no, probablemente, o quizá como se encuentra él así que me acerqué y Alex vino detrás.
-¡¿Está bien?! -Fue más un grito que una pregunta, pero antes de que pudiese responder, llegó otra ambulancia.
-¡¿Otra ambulancia, por qué, qué le ha pasado?!
-Tranquilícese, es sólo por protocolo, nunca sabemos lo que nos vamos a encontrar en peleas callejeras
-¡No me tranquilizo, quiero verle! -Quería correr a la ambulancia de Rubén pero fue ese hombre el que me detuvo entonces
-Respire por favor, en seguida sabrán como está pero tiene que tranquilizarse
Casi como si todo estuviese calculado, empecé a hiperventilar, me senté en el suelo con las rodillas juntas y los brazos sobre ellas para taparme la cara.
-¡Aquí! -Dijo el hombre. Se agachó a darme unas indicaciones que como no hice caso, no sé lo que dijo.
-Por favor apartaros un momento -Alex y Curricé se fueron con los demás, que estaban mirándolo todo. Escuché a uno de ellos llorar pero no sé a quien. La situación nos superaba a todos.
La ambulancia más reciente se acercó un poco más a nuestra posición. Estaban en frente una de la otra.
Me metieron ahí dentro, me senté en la camilla que había y me dieron una mascarilla con la cual me calmé un poco. Yo no paraba de llorar. A través de los cristales veía a los emfermeros entrando y saliendo de la ambulancia donde se encontraba Rubén.
Llegó la policía.
-Se acabó todo. -Pensé
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El vecino de en frente - Rubius Fanfic
FanfictionElisabeth, una chica de pelo castaño y rizado por la cintura, de ojos marrones, que vive por y para hacer reír a su gente, amiga y vecina de en frente del mismísimo Rubén Doblas, comienza a enamorarse de el, pero todo podría ponerse en peligro. Ataq...