Look at me, just at me. KTH+JJK

¡Cuidado Baboso!

Comenten o no actualizo muajjaja.

Kooktae.
Jk. 21 años.
Th 24 años.

-Papá, por favor. Llévame. - pidió el pelinegro casi en una pequeña rabieta.

-Jungkook por Dios. Ya eres mayor de edad, te estoy prestando el auto. - dijo el señor Jeon.

-Pero no lo quiero. - rió. - por favor. Llevame, soy muy nervioso. - dijo moviendo sus manitas, las cuales sudaban.

Su padre le tomó de los hombros. Suspirando. - Jungkook, basta, tu ansiedad ya está siendo tratada. Has aprobado todos tus exámenes de conducción. - dijo con una sonrisa.

Jungkook suspiró asintiendo. El pobre vivía asustado. Ansioso por absolutamente todo. Siempre. Con problemas de insomnio y gastritis. Preocupado por todo.

-P-pero ¿y si pasa algo? ¿Y si choco? No tengo dinero para pagarlo. No, mejor llévame. - insistió.

Su padre hizo un gesto culpable. - Jungkook, no voy a vivir para tí toda la vida. -

El menor hizo un mohín.

-Me sentiría más tranquilo sabiendo que puedes cuidarte por tí. ¿Bien? -

Jungkook no pudo negarse, tomando con sus manos temblorosas las llaves del auto.

Era fácil, debía manejar por casi media ciudad, pero por calles tranquilas y fluidas. Hasta la casa de Jimin, su compañero de clases. Para hacer un trabajo.

Revisó tres veces el que llevaba todo lo necesario para hacer el trabajo.

Odiaba ir a otras casas a hacer tareas. No tenía sus lápices, libretas. Además de que no sabía qué tan bueno era el internet.

¿Y si no tenía? ¿Y si la comida que hagan no le gusta? Sería tachado de mala persona por no comer.

Se sentó en el asiento del piloto del auto. Recargando su cabeza en el volante. Llevaba su móvil y su cargador por su la pila se le agotaba. ¿Qué tal si Jimin usaba Android y no podría cargarlo?

Miró hacia la puerta de su hogar. Su padre le sonrió alentandole. Así que encendió el auto.

Pensó en conectar la música para escuchar. Y se debatió. ¿Qué tal si se distraía?

Terminó poniendo algunas canciones tranquilas, mientras manejaba mirando a todos lados.

Miró a un chico limpia parabrisas y entró en pánico. ¿Cómo le decía que no? No llevaba cambio o dinero. Debió haber llevado dinero.

El chico se acercaba entre los autos. Y el fingió tomar su teléfono y no prestar atención.

Menos mal, antes de que el jovencito llegara a donde el, el semáforo cambio, y pudo avanzar.

-Oh odio todo. - dijo sintiendo su teléfono vibrar en un lado de sus pantalones.

Seguro era de aquella aplicación donde subía algunos escritos en los que pensaba.

En un alto, revisó las mismas. Esperando encontrar comentarios para no sentirse tan sólo, como solía hacerlo, le era difícil hacer amigos. Así que ahí podía perderse por horas, leyendo como a la gente le gustaba lo que escribía.

Pero tuvo que lanzar su teléfono al asiento trasero cuando miró un par de "actualiza" a pesar de que había actualizado por la noche.

-quizá no actualizo lo suficiente. - dijo en voz alta, nervioso. - Van a dejar de leerme. ¿Por qué no me llega inspiración como a otros más rápido?-se quejó. Azotando su cabeza en el volante.