Todo esto es jodidamente absurdo, pero aún así debía empezar a buscar alguna manera de salir de este embrollo.
A un lado tenía a mi novia, a quien aprecio muchísimo, y frente a mí estaba el chico responsable de los acelerados latidos de mi corazón. Aquel órgano vital parece responder especialmente a cada cosa que esté relacionada con él. Ya sea por un mensaje de su parte, su voz, su mirada, o su sonrisa...Incluso, ahora, al estar respirando el mismo aire que él...está latiendo aún con más fuerza de lo normal.
Mitsuki, ¿qué estás haciendo conmigo?
—¿Y bien? —insistió Sumire alzando una de sus cejas, a la espera de mi respuesta.
—Eh, él es...digamos que...en realidad no nos conocemos. Digo, sí. Pero no... —comencé a balbucear como un idiota, rascándome el brazo izquierdo —...bueno, lo que quiero decir es que...él es...
Noté como Shikadai se golpeaba el rostro, frustrado por la poca capacidad que tenía para inventar excusas.
—Nos vimos una vez —habló de pronto Mitsuki, sonriéndole —. Hace mucho tiempo.
¡Oh, por todos los ángeles, su voz es aún más hermosa personalmente! Quiero hallar un defecto en él, algo que pueda criticar, pero no hay, no existe. No tiene nada que me haga dejar de verle de esta manera...
—Ah, entiendo. Boru es un chico increíble y un gran amigo —ella me tomó del rostro y me dio un corto beso en los labios —. Por eso lo amo tanto.
La sonrisa de Mitsuki había desaparecido de un segundo a otro y sus ojos se desviaron hacia otro lado, como si lo que acaba de ver le hubiese atravesado el pecho. Aún así, con toda la calma que le fue posible, volvió a mirarnos y nos sonrió con cariño.
—Ya lo creo —concordó mientras fijaba sus ojos en mí —. No es necesario conocerlo tanto para uno darse cuenta de la clase de persona que es.
No hubo ironía, ni falsedad en su tono de voz. Él de verdad tenía esa opinión acerca de mí; y yo, aquí parado sin decir una sola palabra, sin poder hacer nada. Quería lanzarme sobre él, abrazarlo, decirle lo felíz que me hace el tenerlo aquí conmigo, pero sería mal visto.
—Discúlpenme —solté de pronto, separándome de mi novia —. Iré a buscar algo para tomar. ¿Quieren que les traiga algo? —ellos me miraron con cierto desconcierto, permaneciendo callados —. ¿No, nada? Oh, bueno, entonces sólo buscaré para mí, 'ttebasa.
Sentía que me estaba ahogando, necesitaba algo de aire y tranquilidad para poder pensar mejor.
Fui hacia la cocina, topándome en el medio con la madre de Sarada, quien llevaba unas copas hacia la otra sala de la casa donde estaba su esposo y otro señor que no reconocía, y, tras cruzar un par de palabras, le avisé que sólo buscaría un poco de gaseosa. Ella me dijo que no había ningún problema y que tomara lo que quisiera. Sarada y yo somos amigos desde muy pequeños –aunque ahora de más grandes no nos estemos hablando taaan seguido –, pero antes venía a visitarla constantemente con mis padres. Bueno, en definitiva, lo que quiero decir es que hay mucha confianza (excepto con su padre, claro).
Llegué a la cocina, apoyé las manos sobre la meseta y suspiré con pesadez. Tenía que calmar la hiperventilación que estoy empezando a padecer desde hace unos minutos atrás.
—¿Te encuentras bien?
—¡Santo cielo, Mitsuki! —exclamé alarmado al reconocer su voz, girándome completamente. Me encontré con él que estaba parado en la entrada de la cocina —. Me asustaste, dattebasa.
—Lo siento —se disculpó y dio algunos pasos hacia mí —. No quise hacerlo.
Volví a suspirar para calmar mi ritmo cardíaco.
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MitsuBoru: En línea [AU]
FanfictionBoruto conoce a Mitsuki por internet, sin imaginarse el lugar especial que ese chico de mirada misteriosa llegará a ocupar en su vida al ir afianzándose su amistad. Nota: -Pareja principal: MitsuBoru Parejas secundarias: ShikaJin ...