Charlemos

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Ambos jóvenes intentaban perder parte de la mañana en su cuarto, con cualquier quehacer u otra actividad. Evitando problemas y evitando el verse.

Pero era difícil evitar ese almuerzo antes de clases.

Más aún cuando Sophia era considerada la luz del hogar, esa personalidad tan radiante que solo ella poseía, sin sacar de lado su fuerte carácter. Pero ese día simplemente apareció en la sala como si nada, sonriendo y saludando con un beso a la mejilla a sus padres. Del otro lado vio a Luke, su mirada delataba tragedia junto a unas ojeras que delataban su poco sueño. Pero no podía pensar en los demás, ni siquiera en ella misma.

Simplemente hizo un gesto con su cabeza saludándolo de lejos antes de sentarse. Sin poder decir nada más su madre empezó.

- Bien, estuvimos toda la mañana hablando con su padre sobre lo ocurrido anoche. Los celulares de ambos aún permanecerán con nosotros. Después de revisarlos se los entregaremos no sin antes conversar, pero cuando salgan de la escuela.

- Queremos que regresen inmediatamente – prosiguió su padre- Nada de desviarse o diez minutos de nada. Sin excepciones ¿Entendido?

Ambos hermanos asintieron con la cabeza. Era un tiro que pudieron esquivar, pero solo por un par de horas.

Joan fue quien los dejo en la escuela aclarándoles que también seria quien los vendría a buscar para que las excusas de la demora del transporte no se hicieran presente.

Ambos bajaron del auto. Sophia como siempre tomaba distancia e iba a la delantera, entrando primero. En cambio, Luke solo se limitaba a arrastrar los pies, deseaba haber podido fingir algún malestar para quedarse en cama, para no ver a nadie, no hablar o siquiera pensar en todo lo que había hecho.

Por más que lo pensara Sophia seguía siendo una caja de misterios. Su reacción frente al beso más la defensoría ante su padre simplemente lo confundía más. Simplemente hubiese querido detenerla antes de entrar, pero apenas quiso alcanzar su paso el timbre sonó apagando todos sus planes.

Parecía ahogado en un pozo, donde mostraba lo más largo de un día erróneo. Sara como siempre estaba en la entrada siguiéndolo con los ojos, pero el solo opto por darle una mirada melancólica, delatando además su cansancio. Esquivándola lo más que pudo en ese instante y en lo que quedaba de clases.

Cuando sonó el timbre del primer receso él no quería ver a nadie ni a sus amigos, no quería pelear con Sara. Quería estar SOLO.

Se sentó tras las paredes de uno de los edificios bajo el sol primaveral, mientras veía a los otros estudiantes jugando a la pelota al fondo, mientras veía a grupo de amigos caminando en círculos solo para parar el tiempo perdidos entre charlas y risas. ¿Cómo hacían para que fuera tan fácil? En ese momento sentía parte de su vida desmoronarse, todo su ser era como una pared vieja, llena de grietas donde el mínimo impulso sería el hacedor de un inevitable derrumbe.

Ahora, ni los amigos, ni la mala imagen de un amor inestable podrían sacarlo a flote, simplemente creía que mientras más se involucraba con personas más empeoraban las cosas. Trago saliva en seco esperando el timbre nuevamente para seguir todo, esperando que el tiempo pase rápido y todo termine. No quería seguir.

Se tira hacia atrás apoyando la espalda contra la pared, estaba sentado en el suelo, cerró sus ojos. Cuando unos pasos se acercaron hacia él deteniéndose en frente tapando los rayos de sol que parecían atacarlo.

Su escondite no era tan secreto, y alguien lo había encontrado. Lo único que pudo limitar a decir fue

- ¿Sara?

Sabía que ella estaba expectante frente a la respuesta que ni siquiera había pensado. Y ahora tenía más cosas de las que ya no podía escapar. Pero la voz era diferente

- No, lamento decepcionarte

Sophia se sentaba al lado de Luke, él se sorprendió que fuese ella quien se acercara. Dio un sobresalto en su lugar y empezó a titubear sin llegar a decir alguna palabra

- Tranquilo, estoy igual que tu, pero solo vine para que sepas que no estoy molesta contigo, pero tampoco estoy feliz ¿lo entiendes?

 - Lo- lo siento Sophie con respecto a lo de ayer....

- ¡No! No hubo nada ayer – ella no dejo que terminara de hablar- Simplemente fui por mis malditas pesadillas y ya ¿Comprendes Luke? Solo asienta con la cabeza si no quieres hablar

- ¿A qué quieres llegar con eso? ¿Acaso también te mientes a ti?

- Solo hago lo que creo mejor

- ¿Y con respecto a lo de ayer?

- No paso nada, y si paso lo mejor es olvidarlo. Además, vi que Sara te está buscando, incluso se acercó a preguntarme si te había visto. No le dije nada

- Se que Sara no te cae del todo bien

- Pero tú la amas, y ella a ti. Lo mejor es que arreglen sus cosas y sigan. Está bien así

- ¿Segura?

- No tienes que preguntármelo a mí, debes preguntarte y plantearte todo tu mismo ¿Realmente la quieres?

- Sophie-

Él la tomaba de la mano, plasmando sus ojos melancólicos delatando todo el pesar que cargaba en ese instante. Ella prefirió apartarlo de golpe, no debían seguir ese maldito juego de involucrarse, no más. Aunque todo empezaba a lastimarla no iba a dejar que lo note.

Ella se levantó rápidamente y dio un paso atrás, sonriéndole

- No Luke, no lo hagas. Solo limítate a arreglar las cosas con tu novia

No dijo nada más, solo dio media vuelta antes de perderse entre la multitud en busca de sus amigas.

Luke siguió su paso, saliendo del escondite, estaba harto de ver como ella siempre rehuía de su lado. Pero Sara, siempre aparecía en los peores momentos. No tenía palabras para ella. No sabía cómo fingir con ella.

- Luke ¿Estás bien? ¿Dónde estabas? ¿Te estabas escondiendo?

- Sara, no. Yo, disculpas, sé que puedo estar esquivándote, no quiero que pienses mal a todo esto. Hoy no es un buen día, prefiero no hablar del tema. Solo te pido un día más, por favor 

Antes de que pudiese decirle algo él siguió de largo en busca de la escurridiza de su hermana. Sara lo observaba perpleja frente a las palabras del chico que amaba. Solo suspiro y decidido darle un día más. Respetaría ese deseo de andar evitando a todos. 

Entre SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora