Capítulo 2

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5 años después.

Tomó los cafés de la barra, y agradeció en un murmuro mientras posaba una pequeña sonrisa en los labios. Camino afuera del recinto, sintiendo el vibrar de su celular.

-Cariño.

-Mon amour- Contesto una voz risueña -¿Por qué no estás acá? Necesitó a mi musa conmigo.

-Llegó en diez minutos y con nuestro café preferido- Aviso con alegría.

Camino por la avenida 7, cruzando la calle hasta llegar a un edificio alto y lleno de ventanas.

-Señorita García- Saludo el vigilante de la puerta -El caballero Augier clama su presencia- Comento con tono jocoso.

-Entonces no debo hacerlo esperar- Sonrió en respuesta.

Entró al ascensor, apretando el botón del piso 7, posando sus ojos en el espejo.

Se había cortado el cabello hace meses, ahora lo tenía un poco más abajo de sus hombros, luciendo sus perfectos reflejos rubios, detallo su maquillaje dorado y la forma en que resaltaba sus hermosos ojos verdes. Sonrió apenas se abrieron las puertas, logrando encontrar al único hombre que consideraba era especial para ella.

-Oh Lu- Camino a ella -¿Cómo podría pintar si no puedo ver tu bella sonrisa todas las mañanas?- Pregunto con una despampanante sonrisa en los labios, besando sus mejillas.

-Preguntas que nunca hallaran respuestas, cariño- Sorbió un poco de su café -¿Culminaremos las obras qué debes exhibir?

-Sobre eso quería hablarte- Murmuro antes de caminar hacía los lienzos que permanecían ocultos por una sabana, destapándolos -¿Pensaste mi oferta?

-Jean Paul...

-Mon amour- Camino hacia ella, tomando sus manos -Es momento de que dejes de privar al mundo de ver tus esplendidas obras- Suspiro -¿No estás cansada de verme exhibir mis obras y tú no hacerlo aún?

Aparto la mirada, negándose a ser víctima de aquella dulce mirada.

Jean Paul Augier era quizás uno de los hombres más atractivos qué había visto en su vida, con su cabello castaño claro y ojos celeste era el francés más codiciado de las revistas de moda de toda España, y su maestro de artes desde hace 4 años.

-Adoro verte exhibir tus obras, y cuándo esté lista, haré lo mismo- Aclaro, acunando su rostro -Adoro que quieras verme hecha una artista, pero aún no estoy preparada.

Jean Paul quiso insistir, pero finalmente desistió. Le dedico una pequeña sonrisa antes de besar sus labios castamente.

-Manos a la obra entonces.

...

Entro a su departamento con un suspiro, cansado de la jornada laboral.

-¿Amor?

Camino al salón principal, hallando a su novia en el sofá.

-Hey- Murmuro -¿Qué tal tú día?

-Muy entretenido, sabes cuánto adoro estar en la oficina- Bromeo, fijando sus ojos en él -Siéntate conmigo, pronto empezará nuestro programa preferido.

Tú programa preferido, pensó, pero guardo silencio. Camino hacia ella con lentitud, inclinándose en el reposa brazo del sofá, besando sus labios delicadamente.

-Llegaste algo tarde hoy- Comento.

-David me invito a tomar un café cuándo salí de la editorial.

Dejo la mochila en el sofá antes de caminar hacía la cocina, arremangando las mangas de su camisa.

El placer de tus labios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora