Capítulo XXXVII

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Pasó tanto tiempo desde aquello que ni siquiera puedo decir cuánto. Los hombres de Natanael que huyeron terminaron dispersándose, entre ellos se encontraba Demir, que luego de huir de Bargdy no volvió a aparecer por el campo de batalla.

Después de que llegamos a Ahrimán, Kay se encerró dentro de sí otra vez; ni siquiera yo pude acercarme a él. Entendía que estaba mal y que necesitaba estar solo, pero deseaba mucho estar a su lado. Por otra parte, las responsabilidades en Firethys me llamaban y dado a que Kay no quería ver a nadie, dejé el palacio de Ahrimán.

Desde entonces estoy aquí, cumpliendo con mis obligaciones de reina de los hechiceros de fuego. Tess se vino para acá conmigo y Elijah la visita diario, ya él confesó al fin sus sentimientos por ella. Ellos dos son hermosos, aunque Brithiel no aceptaba su relación por no sé qué motivos; por eso Tess había acabado conmigo acá.

Antes me quejaba de ser princesa, pero ser reina es muy pesado y más si eres la del pueblo de hechiceros de fuego. Las responsabilidades me llovían diariamente y hoy precisamente había tenido demasiadas.

Iba caminando por los pasillos del gran templo junto al consejo de sabios, Tess y Niko.

-Nikolai, dime, ¿qué es lo siguiente que debo hacer hoy? -pregunté bastante de mal humor (Bueno, mi humor desde que volví a Firethys nunca fue bueno. Extrañaba demasiado a Kay)

-Mi reina, debemos ir a las pruebas para seleccionar a los aprendices para damas y caballeros de fuego, aparte de los nuevos hechiceros. Usted debe escoger a cuál de los dos asistirá.

-¿Asteraoth, usted y Nikolai serían tan amables de supervisar los exámenes de los nuevos hechiceros? Me apetece más ir al de los caballeros y damas de fuego, así de paso veo a mi querido Bargdy.

-Por supuesto, majestad -asintió con una ligera inclinación de cabeza.

-Luego de eso tiene reunión con los nobles para el próximo festival del fuego, ellos quieren que usted asista ya que es la primera vez que dirigirá uno -prosiguió Niko.

-¿Es muy importante ese festival?

-Por supuesto, alteza, festejamos el inicio del reinado de su madre.

-Entiendo -suspiré-, por supuesto que iremos.

-Creo que eso es lo único que queda para hoy, mi reina -terminó de decir Niko.

Entonces nos separamos y yo me dirigí junto a Tess a la orilla del cañón que es donde se hacían las pruebas para damas y caballeros de fuego. Llegamos allí y todos los nuevos aprendices estaban esperándonos. Era muy gracioso el hecho de que casi todos tenían mi edad y yo era su reina.

Los chicos se inclinaron al verme, los encargados de hacer las pruebas trajeron a los grifos y entre ellos a mi amado Bargdy que siempre les daba trabajo; no en vano decían que los grifos dorados eran indomables, él solo se dejaba de mí y de nadie más, había pasado mucho trabajo para enseñarle a obedecer malamente a los cuidadores.

Corrí hasta él y le abracé acariciando su plumaje- Mi amado amiguito, mira que te he extrañado -le susurré mientras él se contoneaba bajo mis caricias.

-¿Es un grifo dorado? ¡Es cierto que la reina tiene un grifo dorado! -oí que exclamó uno de los aprendices emocionados.

Yo lo miré sonriendo- ¿Cuál es tu nombre? -le pregunté al chico que había hablado.

-Nicolás Asher -respondió sin mirarme algo apenado y tuve que dibujar una sonrisa más amplia.

-¿Eres hermano de Nikolai?

Dark AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora