Ángel paso todo el día esperando frente el portal. No quiso picar al porterillo y subir, no era la hora propia. Ya no tenía total privacidad ¿Y si algún periodista le pillaba entrando allí? En el fondo, podía usarlo como excusa. Esa que los famosos utilizan para acampar a mangas anchas: "Es para estudiar a un personaje".
Ésta vez, en realidad, el no acudía por follar. Aquella menuda chiquilla lo había noqueado, sin guantes de boxeo y sin usar ni un sólo puño. Hacia tiempo que Ángel, no encontraba a nadie así. Que todas le hablaban bonito y más ahora, con la cuenta acomodada. Incluso Casandra, que de un tiempo a ésta parte... Volvió a ser insistente, pegajosa y rozando lo cansino.Paula salió del portal como siempre salía de allí, huyendo. Ángel la vió y aceleró el paso para poder pillarla. Desde lejos parecía una escena de película americana romántica. Patético, sí. Pero tierno. Ángel la agarró por una de sus muñecas y ella se giró, casi sin mirar quién era y pegándole un bolsazo sin mediar palabra.
-Joder, qué violenta. -Dijo alguien de 1'90 haciendo una lucha al aire contra una cría de 1'60.
-Lo siento, Ángel. Pensé que era un puto loco de los que normalmente me rondan. -Tranquila, la culpa fue mía por agarrarte así. Te he traído estas rosas ¿Juliette? No debí actuar así contigo, el ego de los artistas.- Acercándole las tres rosas blancas que llevaba en forma de ramo.
-¿Quireres matarme?- Preguntó de forma irónica.
-No...- Titubeó él.
-Pues no me regales flores, si no me vas a deleitar con la primavera.Ambo se callaron en seco. Ángel la miró y ella, se la devolvió, mirándole a los ojos y casi lanzándose un reto. Paula apartó la mira y comenzó a reírse.
-La intensidad.
-¿Y tú, no lo eres?
-No tanto.
-Pues el escritor eres tú.
-Y tú la misa y la poesía.
-¿Soy musa? Vaya, no conocía ese sinónimo de puta ahora.
-Si te vas a poner así, no te invito a una copa en mi casa.
-Esto no es una cita, que te quede claro. Si quieres decir algo, en el bar y con mucha gente al rededor.
-¿Me estás dando calabazas?
-Te estoy diciendo las cosas como son. No quiero enamorarme. No quiero citas. Esto es mi trabajo y si quieres algo de mi, paga.
-¿Quieres sentarte ahí? -Y ella asintió con la cabeza. Metió la mano en su bolso y sacó una libreta. Sin decir nada, se la pasó a Ángel y le hizo un gesto con la mirada para que lo abriera."Te quiero flojito. Chillando
Y a golpe de verso.
Te quiero como quiere el agua a la tierra,
Como los poetas aman al vino
Y como al sexo, los gemidos.
Te quiero cuando me odias por odiarte,
Cuando me gritas por no decir nada
Y rompiendo el silencio con un beso.
Te quiero, como se quiere a las cosas simples... "-¿Por qué no lo has terminado?
-Porque yo no soy la poeta.
-¿Y por qué no lo terminas?
-Porque soy más de abrir principios y dejar abiertos los finales.