La vivaz promesa de un joven boxeador, bajó del cuadrilátero mucho antes de tocar los cielos. Ahora, se encuentra viviendo una rutina monótona y simple, con una mente ausente que contempla los días pasar con aberrante lentitud.
Mientras tanto, un ho...
Romance. Recuentos de la vida. Superación personal.
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Otoño.
Las hojas de los árboles danzaban con sutileza para despedirse de las ramas y caer a la raíz del tronco en qué se habían formaron.
Una época por demás disfrutable. Ni demasiado cálida ni demasiado fría.
Los vientos que soplaban del norte eran refrescantes. Ni siquiera había necesidad de mantener el calefactor encendido en las oficinas docentes, pues solo bastaba con mantener las ventanas abiertas.
--¿Todavía trabajando?-- preguntó la voz de un hombre, cuyos años de experiencia y sabiduría le otorgaban un porte despreocupado y sereno --Deberías tomarte tus responsabilidades con más calma, joven Kato. Después de todo, tengo entendido que su plaza de maestro es solo un trabajo temporal-- comentó apacible Chousuke Nakamoto.
El mencionado arrugó el entrecejo por su comentario. No le gustaba cuando otras personas daban su punto de vista acerca de su desempeño laboral. Pues claramente, ellos no trabajaban de la misma forma en que él lo hacía.
Sin embargo, decidió no darle demasiada importancia, después de todo aquel hombre de edad avanzada no lo decía con mala intención. Además, el efecto de haberse quedado hasta tarde calificando reportes ya parecía estarle cobrando fractura, sumado a que se había saltado la hora del almuerzo, lo cual terminaba siendo el verdadero producto de su mal humor.
Dejó los papeles qué sostenía entre sus manos, colocandolos con cuidado sobre su escritorio. Se reclinó ligeramente hacía tras y estiró sus brazos al cielo. Posteriormente se restregó los ojos y bostezó en señal de agotamiento.
--Toma-- dijo Chousuke, colocando sobre la mesa de madera una lata de café con leche, traído directamente de la máquina expendedora que había en el pasillo.
Haru agradeció el gesto, y bebió de ella con ahínco. En definitiva lo necesitaba.
--Ya ha pasado un semestre-- comentó Nakamoto, volviendo a retomar la plática unilateral, mientras se recargaba en una pared cercana para admirar el crepúsculo otoñal --¿Sientes que te has adaptado, Sensei?-- preguntó sin mirar al mencionado.
Haru desde su asiento soltó a reír aburrido, después de todo, el que un hombre qué le doblaba la edad se refiriera a él como un superior era por demás hilarante.
--Aún recuerdo cómo solías comportarte en clases-- agregó Chousuke con añoranza. --Siempre ruidoso, enérgico y externando tu punto de vista, sin que nadie te lo pidiera. Terco como una mula.- rió de manera tosca de tan solo recordar los viejos tiempos -Quién diría que ese chico revoltoso se volvería un joven prodigio en la escritura, luego de participar en el concurso regional de manuscritos "El nuevo talento", y desde entonces solo ha ido en ascenso.- añadió, sinceramente feliz y orgulloso de su compañero -He leído cada uno de tus libros, cada que sale uno nuevo a la venta lo compro sin falta, ya que siempre logran conmoverme. Eso y porque me encanta el aroma a libro nuevo. Jo Jo Jo - bromeó, para luego retomar el hilo de sus palabras. -Que seas un autor que maneje diferentes géneros es verdaderamente admirable, y me hace sentir orgulloso el que...
