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¡Hola! Disculpen la tardanza, tuve unos problemas para actualizar peeero aquí está el capítulo ;) ¡Gracias por sus votos y comentarios! Me emociona leerlos <3.

(Pd. Si el capítulo les aparece con guión corto, cárguenlo de nuevo).

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Asaf abrió la puerta y ahí estábamos, frente a un montón de paparazzis retenidos por los de seguridad para que no nos tocaran.

Entrelazó mi mano con la suya y bajamos las escaleras de la entrada.

Asaf estaba tan seguro, con el paso decidido, la mirada fija en su objetivo —que era subir al auto de Drew estacionado afuera—, y se veía tan serio que no pareció el chico preocupado de hacía un segundo, pero entendí rápidamente que se trataba de privacidad. Como si le gustara aparecer frente a cámaras todo lo reservado posible. Y que todo esto, además, era algo discreto.

Bueno, eran periodistas en nuestra entrada, ¿no? ¡Tenía que ser importante!

Traté de llevar una expresión tan serena como la suya, pero lo cierto era que él estaba más que acostumbrado a toda esa atención. Le salía ser más natural que a mí, que hacía el vago intento de lucir bien y cómoda al mismo tiempo. Vaya trabajo. Especialmente con tantas cámaras que cualquiera podría captar un mal ángulo.

No imaginaba la gente que vivía con esto cada día. Qué abrumador.

Hacían tantas preguntas que apenas terminé de escuchar alguna. Los flashes, aunque era temprano y el sol todavía insistía en el calor, hicieron que parpadeara varias veces. Pensé que Asaf los ignoraría a todos, pero se detuvo en seco al escuchar una de tantas preguntas.

¿Sí estaba escuchando? Me detuve junto a él y lo miré. ¿Cómo parecía tan tranquilo? Yo me habría puesto nerviosa sólo de pensar que mi respuesta podría ser incluso... polémica.

Lo que sea que había preguntado, el reportero dió justo en el clavo.

—No, no existe tal programa. De hecho, nunca ha existido. Y nunca existirá —explicó Asaf, bajo la luz de flashes y micrófonos extendidos en su dirección—. Asaf y la alerta auxilio sólo sería el título de una revista popular de chisme adolescente, porque estoy más que seguro, y he comprobado que todas las personas viviendo bajo el techo de esta casa, incluída Paige, fueron, son, y seguirán siendo mucho más que aquel encabezado despectivo y poco favorecedor. Les agradecemos su interés por todos nosotros, siempre hemos estado abiertos a darnos a conocer, pero insisto en que sería una pérdida de tiempo no hablar de las increíbles cualidades en la casa para sustituirlo por una teoría mal presentada sobre Paige, una mujer astuta que admiro.

Los reporteros volvieron a soltar tantas preguntas como podían cuando Asaf hizo silencio, pero volvieron a callarse cuando señaló a uno del montón.

—¿Cómo ha llevado el protagonismo, una vez más, durante este repentino giro de la historia de su fraternidad?

Los micrófonos se movieron del rostro del reportero hacia Asaf, que sonrió con su aire elegante, como se había visto hasta ahora.

—Pensé que había quedado claro, señores, pero no hay protagonistas. No es mi fraternidad. Estamos en la misma historia, todos seguimos creando momentos para llenarla. Y si habría que poner alguno, sin duda, no sería yo —insinuó Asaf—. De hecho, Paige ha sido como aire fresco desde que llegó. Necesitábamos una nueva personalidad, un integrante diferente y alguien que supiera controlar y entender la manada de ideas ocurrentes que somos. Ella es todo eso que queríamos. Estamos felices de tenerla.

Asaf y la alerta auxilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora