Gregor I

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"She seen dress in all of me, stretched across my shame.
Ella parece estar vestida en todo lo mío, estirada al rededor de mi pena"

Los dolores de cabeza que padecía la montaña eran muchas veces la causa de su imparable ira. Claro que también era un ser psicótico porque era su naturaleza, pero en ese momento en que su mente giraba y sentía el dolor cegarlo solo podía pensar en aplastar y mutilar.

Quería matar a cualquiera que se le cruzará, cualquiera excepto la pequeña joven que caminaba hacia el con un rostro amable y sonriente como nadie en ese lugar maldito.

—Vete— gruño Gregor
—Siempre tiene una manera tan única de saludar, Ser— respondió con alegría la joven de pelo rosado
—Ahora no, princesa— dijo despectivamente.
Los ojos de Margosha inspeccionaron al caballero, los soles Zemlienses se posaron en la mirada de dolor del gigante.
—¿Qué le duele, Ser? — preguntó la joven con tristeza
—Nada que te importe— Gregor no quería a la princesa ahí, no quería tener un desliz y desahogar su dolor con ella. Odiaría lastimar a la pequeña de cabellos rosados.
—Puedo ayudarle, Ser— la tersa mano de la chica
viajo con suavidad hasta el rostro enorme del hombre y sus ojos dorados se posaron con fuerza en los ojos oscuros como el abismo del caballero.

"All the torment and the pain
Leaked through the cover in me
Todo el tormento y el dolor
Se filtra a través de mi cubierta"

—Sigame— ordenó con su voz dulce la joven. Gregor por alguna razón lo hizo, hipnotizado por el olor a miel y mentas de la princesa.
Caminaron por una parte de la fortaleza roja hasta donde se instalaron los Zemlienses.
Margosha tocó con fuerza la puerta y la vista de la princesa compenso el ruido que hizo, un ruido que normalmente hubiera molestado a Gregor. De la puerta salió una mujer morena con ojos verdes y brillantes.
—Su alteza— sonrió Agatha al ver a la princesa
—Espero no importunar nada, Agatha— mencionó la princesa rápidamente
—Claro que no, su alteza— respondió la bruja e hizo un ademán para que la mujer y compañia pasarán
—Este es Ser Gregor— presentó la doncella
—Padece de dolores que esperaba que solucionaras— comentó la chica de cabello rosado
—Ser Gregor. Lo he notado. Siéntese, por favor—
Aunque al mayor Clegane no le gustaba recibir compasión hizo caso y respiro profundamente
—Dígame, Ser, ¿Cuál es la causa de su martirio?—
Preguntó con serenidad la de piel oliva.
—Mi cabeza se siente como si fuera a estallar— explicó La Montaña, con poca confianza.

La mujer de piel oliva pasó sus manos por la nuca del caballero, inspeccionandolo con lentitud durante algún tiempo
—¿Sabía usted que muchos hombres como usted padecen de dolores de cabeza?— mencionó Agatha mientras se dirigía a su estantería donde tenía un montón de hierbas, pequeños vasos de cristal, polvos y máquinaria un poco extraña, justo como la estantería de una bruja. Tomó algunos de sus materiales y los mezcló para crear un líquido de color morado. Lo puso en fuego durante un tiempo hasta que esté empezó a hervir un poco.
—El sabor es desagradable, no le voy a mentir—
La mujer puso en brebaje en la mano del Ser quien lo miró incrédulo.

Gregor miró el vaso de cristal y luego a Margosha quien le sonrió de una manera suave y dulce mientras asentia con su cabeza. Suspiró y acercó la poción a su boca, tomándosela toda de dos tragos.
 
"Id do anything ever to myself
Just to have her for myself
Haría cualquier cosa para tenerla para mi
Solo para tenerla para mi"

La Montaña sintió miles de cosas en cuanto se terminó la bebida. Un temblor fuerte recorrió su cuerpo y por un minuto el dolor más insoportable que haya sentido retumbó en su cabeza, ante esto cerró los ojos con fuerza... Luego vino la paz.
El alivio lo golpeó como el sol golpea en las mañanas para despertar. Abrió los ojos con lentitud y la primer imagen que visualizo fue la joven de cabellos como hilo de lilas, con sus ojos de oro preocupados y esperando una respuesta.

183 Noches // Tyrion Lannister X Oc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora