Cuando abrió los ojos, lo primero que sintió fue un enorme mareo y un irrevocable dolor en el pecho. Estaba acostado en el suelo, en un lugar que no conocía. Con sus manos, se apoyó en la tierra intentando reponerse. Su cuerpo no reaccionaba, atascado en aceptar la realidad que lo estaba golpeando duramente.
A su alrededor había una extraña calma que entraba por los poros de su piel; usualmente agradecía la paz en un mundo donde los gritos y el escándalo eran el pan de cada día, pero no en ese momento.
Porque ahora, ese silencio lo estaba destrozando.
Se tomó un tiempo tan solo respirando, intentando asimilar que era lo que había pasado. Sintió la hierba en sus manos, suave, llena de pequeñas gotas escarchadas que se desvanecian al tacto. Nada que ver con la tierra polvorienta de la sabana seca y caliente a la que estaba acostumbrado.
No, no, no.
Miro a los lados, buscando a sus compañeros. Reborn, Perxitaa, Momon y Axozer se encontraban igual que él, algunos parados mirando a la nada en silencio, otros sentados en el suave pasto, con la cabeza gacha. Igual de aturdidos que él, totalmente derrotados.
Durante un momento se permitió derrumbarse un poco por dentro, soltar un quejido y apretar los puños en frustración y rabia. ¿Como era que había pasado? Aun escuchaba con vividez el sonido del mar cerca de su casa. El molesto canto de las ranas del pantano que no le dejaban dormir por la noche.
Alzó su mirada y vio el sol subir entre las nubes, y luego nuevamente a sus compañeros. Fue cuando supo que por más que doliera, debían continuar para sobrevivir. Había pasado una vez, dos veces, tres... podía soportar una más. Siempre solo una más.
Con la voz, al principio temblorosa, habló.
- Debemos buscar un nuevo lugar para vivir – Su voz fue un susurro devorado por el viento. Carraspeó, buscando aclarar su garganta. – Debemos darnos prisa antes de que llegue la noche. – Intento de nuevo, esta vez con su voz más fuerte y determinada.
Al oírlo, los demás dieron un respingo, pero ninguno se movió.
- ¡No tenemos tiempo, si nos quedamos aquí vamos a morir! – Gritó, buscando que sus compañeros reaccionaran.
Suspiro pesadamente pensando en qué hacer cuando Axozer con su expresión en blanco se levantó de donde estaba sentado, sosteniendo débil pero firmemente su ahora, espada de piedra. Se le veía mal, con lo ojos ligeramente rojos y la mirada al suelo. Sin embargo, se había puesto en pie dispuesto a continuar y era lo único que importaba ahora.
Miró fijamente a Axozer y este con un asentimiento de cabeza le confirmó que estaba listo. Auron continuó buscando alrededor. Aún faltaban los demás.
Mirando ansiosamente a los lados encontró a Perxitaa sentado, con su cabeza escondida entre el hueco de sus rodillas y su pecho. Se dirigió a él y estando enfrente suya, se agacho a su altura. Acercando una de sus manos acarició los rebeldes cabellos rojizos y con la otra, apretó suavemente su rodilla, dando una señal de apoyo, un mudo "estoy aquí".
- Perxas, mírame. – Habló dulce y bajito. Perxitaa sacudió su cabeza en negación, pero tras insistir un poco más, finalmente cedió.
Y quizás se arrepentía un poco de haberlo pedido.
Porque ver aquellos ojos azules que siempre brillaban con una luz tan clara y pura, siempre sonrientes, llenos de vida, verlos ahora tan tristes y... rotos, era algo para lo que no estaba preparado. Sintió una punzada en su corazón y por un microsegundo quiso apartarse y huir, mas no lo hizo.
- Ambos sabíamos que esto podía pasar. – Inició, con la tranquilidad de quien arrulla a alguien para consolarlo.
- ¡Lo sé! Y... Sé que debería estar preparado, pero me deje llevar por los demás. Estaban tan emocionados construyendo la nueva casa y-y todo iba tan bien. – Unas lágrimas silenciosas bajaron por las mejillas de Perxitaa.
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One-Shot: Just One More Day (Rebornplay)
FanfictionTras una amarga batalla, ocurre el primer reinicio en minecalv 2 Rebornplay con un poco de Perxiplay.