Algunas veces los corazones se endurecen, convirtiéndose en un mar de hielo, hasta que llega alguien, alguien que con esfuerzo, te derrite el corazón, y de pasó, te despierta el alma.
One-Shots: Temáticas mías.
Personajes: Akira Toriyama.
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Un sueño nada más. ( 5/5 )
Pov Bulma.
No podía respirar, sentía el agua entrar en mis pulmones. Dolor, mucho dolor, me estaba ahogando por completo en el lago, no podía moverme, estaba paralizada, solo veía las burbujas de oxígeno subir a la superficie. Todo se sintió oscuro y pesado, hasta que en un impulso de mi cuerpo por querer recuperar el aliento hace que una arqueada expulse el agua de mis pulmones. Sin abrir los ojos me levanto de golpe, tosiendo con fuerza, tomó aire con suavidad. La confusión llega a mi al momento que veo mis manos, no hay agua.
Observo rápidamente el lugar, lo reconozco al instante. Es mi habitación, la habitación que comparto con Vegeta. Me levanto completamente asustada, para luego acercarme al espejo. Mi reflejo es completamente normal, no tengo ningún herida, ni cicatriz, estoy en perfecto estado, ¿como es posible? ¿habré soñado todo esto? Un momento, ¿donde esta la ropa de Vegeta? No hay ninguna prenda o pertenencia de él tirada en el suelo, yo tenía su traje, aquí le deje. Mi respiración se acelera, amarro la bata y salgo corriendo de la habitación, sigo el pasillo hasta su habitación para abrir de golpe la puerta.
Una punzada se clava en mi pecho, — No hay nada... — La habitación estaba ordenada, no había ningún signo de que alguien había estado aquí, no puede estar pasándome esto. Niego con mi cabeza, — Debe ser una broma, él estaba aquí, ¡no! — Nuevamente me dejó llevar por la desesperación.
Bajo corriendo a la primera planta de la corporación, ignoro el no traer zapatos. Rápidamente salgo de la casa para llegar al patio, tiene que estar en la maquina de gravedad, él esta allá, entrenando, esto no es un producto de mi imaginación, ¡Vegeta se quedo en mi casa! ¡Vegeta y yo estamos juntos! La maquina de gravedad debe estar funcionando, esta muy molesto por lo que le dije en mi conciencia, solo esta enojado.
La falta de aire comienza a afectarme, sin más me tropiezo con una pequeña roca logrando que pierda el equilibrio. — ¡Mierda! — Sostengo mi peso con mis manos. Levantó mi vista, mi corazón se desarma ante la imagen vacía de mi patio, la maquina de gravedad no esta, no hay nada... Mi cuerpo comienza a temblar, algo dentro de mi se rompe. Mis ojos arden, trato de resistir el dolor, no quiero romperme en llanto, no quiero creer que lo que pasando, no puedo aceptarlo.
Un quejido se escapa de mis labios, cubro mi rostro con ellas, siento el liquido que sobresale de ellas, sangre por las raspaduras, pero no me importa la verdad. El dolor de mi pecho es más fuerte, — Por favor, esto tiene que ser mentira... Él estaba aquí, él me salvo, no pude haberme imaginado esto... No... ¡me rehusó a aceptarlo! ¡sé que él maldito simio estaba aquí conmigo! — Mi voz se quiebra. Sollozos llenos de dolor salen de mi boca, me quema en el interior. Un grito desgarrador sale de mi garganta, — ¡Vuelve, sé que estas aquí! ¡Vegeta, deja tu maldito orgullo y vuelve aquí! — El eco de mi voz retumbó en todo el lugar. Pero aún me encontraba sola... Él no esta.
Golpeo con fuerza el césped. Me dejo caer boca arriba para ver el cielo, siento las lágrimas caer, mi cuerpo tiembla en dolor. Entre cierro mis ojos, un recuedo amargo llena mi memoria, me duele demasiado... Y odio admitirlo.
