Punto de vista de Zelda
Al atardecer, salí de la Ciudadela Gerudo a hurtadillas. Había visto a Link por allí, así que extremé las precauciones. Quería ir a investigar un santuario que no se encontraba muy lejos del Bazar Sekken, y lo último que deseaba era tener su molesta presencia a mi lado.Aunque molesta ya no era la palabra para definirlo. Últimamente, siempre que le tenía cerca, lo único que sentía era una mezcla de arrepentimiento y culpabilidad. ¿Y si mi antipatía hacia él estaba injustificada? ¿Y si había conseguido hacerle verdadero daño con mis palabras hirientes? ¿Y si me había equivocado al juzgarle? Aquellas preguntas se repetían en mi cabeza desde hacía días y, sin embargo, era incapaz de contestarlas.
Me había alejado lo suficiente de la Ciudadela como para que las murallas desaparecieran de mi campo de visión. No tenía miedo de perderme en el desierto; había estado allí en numerosas ocasiones. Entonces... ¿por qué tenía la desagradable sensación de que algo iba a ir mal?
—Hola, princesa —dijo una voz a mi espalda.
Me di la vuelta y vi a una mujer hyliana. Quizá sería comerciante, o una simple viajera.
—Hola —fue mi respuesta. Le sonreí y luego me dispuse a seguir mi camino. Pero ella me interrumpió.
—¿A dónde vais, alteza? —Se me adelantó antes de que pudiera contestar—. ¿Estáis sola?
—Voy a... —Me detuve al divisar a otra mujer que había aparecido de la nada y se había situado a mi izquierda—. Voy a investigar un santuario —acabé, intentando sonar lo más tranquila posible.
—¿Estáis sola? —preguntó una tercera voz. En esa ocasión, sí me sobresalté. Ni siquiera la había visto venir.
Asentí despacio y, un instante después, comprendí que acababa de cometer un grave error.
En el rostro de la primera mujer se había dibujado una sonrisa que me produjo escalofríos.
—Es peligroso ir sola, princesa. —Casi pareció escupir la palabra.
Sin que me diera tiempo para hacer o decir nada más, las viajeras ya no eran viajeras. No.
Eran miembros del clan Yiga.
Aquella gente solo buscaba hacerle daño a mi familia. A la Familia Real. En otra época, habían pertenecido a la tribu sheikah. Pero no tardaron en rebelarse en contra de la Corona y en unirse al enemigo.
Me reprendí a mí misma por haber sido tan ingenua. ¿Cómo iba a salir viva de allí? La única solución que vi posible fue correr.
Y eso hice; corrí tan rápido como me permitían mis piernas. Aunque sabía que, tarde o temprano, lograrían alcanzarme.
Sentía que estaban cada vez más cerca. "Cuando llegue el momento, no suplicaré piedad", me dije. Si las Diosas habían designado que mi destino fuera aquel, yo no era nadie para desobedecerlas.
La brisa cálida golpeaba mi rostro. Traté de contener las lágrimas que amenzaban con aflorar de un momento a otro. Trastabillé y caí sobre la arena. Quise levantarme y continuar con mi huida desesperada, pero la poca esperanza que me quedaba desapareció al darme cuenta de que habían conseguido rodearme. No había escapatoria.
Tendría una muerte deshonrosa para ser una princesa. ¿Qué pensarían mi padre y Urbosa después de enterarse de lo ocurrido? Seguramente se sentirían culpables. Pero la única culpable era yo. El error había sido mío.
¿Qué pasaría con las investigaciones de las reliquias ancestrales? ¿Qué diría el pueblo llano acerca de mí?
Y Link...
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Hace 100 años
FanficEl reino de Hyrule se prepara para la llegada de Ganon, el Cataclismo. El rey nombra al elegido por la Espada Destructora del Mal escolta personal de la princesa del reino, la cual no está especialmente feliz por este nombramiento. Pero poco a poco...