Capitulo 131

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Lara.

Santiago era insoportable. De todas las formas. Pero ya dejaría de ser una idiota detrás de el.

Que se vaya a la grandísima mierda Santiago Ricorteri. Estaba cansada de sus desplantes y formas de ser tan idiomas e inmaduros.

Siempre nos odiaríamos y eso no cambiaría. Ya mi paciencia no daba lo mismo que antes y no pretendía tampoco extender esto, después de todo lo que habia hecho, era para detestarlo lo suficiente.

Vi varias películas y espere a que Anastasia apareciera, lo que sabía qué tal vez no pasaría hasta tarde.

Salí a la terraza y fume unos cigarros.

Podía escribir un libro sobre todo lo que había pasado en mi vida y hasta sonaría chiste la parte de todo lo sucedido con Santiago.

Que patético. Esperaba darle su merecido por lo menos con las notas finales de las pruebas. Se merecía que alguien lo dejara sin palabras.

Maria me llamó entonces.

−Lara, disculpa interrumpir tu día de descanso. Pero el señor Fauricio.- otra vez no, pensé.- me clave las uñas en mi brazo.

No había escuchando la parte después de su nombre. Estaba tan dispersa para entender todo lo que decía.

−Aceptas?.-

−Disculpa Maria, puedes volver a repetir que no te escuche bien.-

−Fauricio Dantes vio tus escritos y quiere también que firmes el papel para ser trabajadora fija de la editorial.- a qué venía todo esto?

No podía ser. No quería, no debía ser

−Creo que debe ser una equivocación.- no era una equivocación, Fauricio tal vez ya sabía que trabajaba en su empresa.

−Si es así Lara, en la semana formamos el documento. Espero que estés feliz con esto y no

Desperdicies la oportunidad.

Colgó.

Me tire en el sofá. Fauricio aún me causaba nervios. Era un hombre muy tenaz.

Defendía lo correcto y conseguía todo lo que quería... justamente.

Aunque recordaba nuestra última conversación.

Me pregunto varias veces si estaba segura de casarme. Pero ya todo estaba hecho y yo estaba lista para embarcar mi vida entera en una red de errores.

De los cuales todavía me arrepentía.

Mis padre siempre quiso a Fauricio como de la familia. Quería que me casara con él desde que tenía doce años. A pesar de mis padres tener costumbres muy conservadoras se adaptaron a mis decisiones y me apoyaron siempre. Sin llevar la contraria nunca a mis opciones.

Y cuando caí en mis errores, nunca me juzgaron. Seguían ahí con los brazos abiertos para apoyarme. No obstante, de haber sido yo la culpable de nuestro futuro y de todos los errores que llevaron a separarnos .

−Debiste escoger a Fauricio Lara.- me dije

−Hablando sola?.- salte a la voz que había escuchado.

Era Anastasia parada en la puerta. Si entrada había sido tan silenciosa que no cuenta me había dado.

−No pienso que fuera sido una buena opción. No lo amabas.- dijo ella sentándose en el sofá.

Todavía cargaba la pijama de más temprano.

Yo negué con la cabeza.

−siempre te he admirado porque las cosas qué haces, las haces con amor y pensando con el corazón. No te sientas culpable de ser diferente a esta humanidad Lara. Y a los que te hicieron daño.- me tocó la mano.

Siempre mi mejor amiga con sus palabras sabias.

Pero en el fondo sabia que también hacia falta tomar decisiones con la razón.

−Que cursi Ana.-me reí.- pero gracias, eres la mejor.

Nos reímos.

−Sin mí estarías perdida.- lo dijo riéndose

−Sabes que si sería así, gracias.

Mi cabeza siempre iba a mil por hora pesando en lo peor. Cuando a mi alrededor todo podía ser mejor.

−Jhon vendra a comer con nosotras por cierto.- dijo y en seguida nos pusimos mano



s a la obra con la comida.


Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora