Zadie Fox [En Proceso] [+18]

~ Uno ~

Me levanto de mi cama y me dirijo hacia el baño a darme una ducha rápida.

Carajo voy tarde, ¡otra vez!

Me cambio rápidamente y salgo de mi departamento sin desayunar. Tomo el ascensor y bajo al parqueadero, me siento en mi auto y manejo como loca al departamento de mi hermana, Sybil.

Al llegar ella está en una banca frente a su edificio, me mira maluco y se monta rápidamente en el carro.

- mira no te digo nada sólo porque necesito que me lleves a mi tienda de ropa, pero en cuanto ahorre lo suficiente para comprar un carro, no dejo que me lleves a otra parte ¡jamás! - réplica colocándose el cinturón de seguridad.

- no seas exagerada, es la primera vez que llego tarde a buscarte - contestó con burla mirando hacia el frente.

Sí ajá...la primera vez

- ¡es la séptima vez que llegas tarde! Estoy abriendo media hora tarde ¡media hora!

- Bueno bueno, cálmate. No es para tanto...

Eso último obviamente lo susurré, no quiero que se altere otra vez. Mi hermana es mayor que yo por dos años y no tiene carro... Porque se gastó su dinero en esa tienda de ropa que está bastante linda la verdad... Meh, fue una buena inversión.

- Te escuché.

- ya sé...

Vi por el rabillo del ojo como me miraba indignada e iba a replicar pero la callé.

- ya llegamos, baja ya y abre esa tienda cara. ¡Corre!

- voy voy - dice apurada tratando de abrir la puerta del carro - quítale el seguro, pendeja.

Río y bajo junto a ella. Sale corriendo como bomba y para abrir su puesto en el gran centro comercial.

- buenos días - saludo a las chicas que trabajan para mi hermana en la tienda. Veo a Sybil apurada prendiendo las luces del hermoso local, es blanco, bastante moderno y lo que más me gusta son las luces que están regadas por el techo que hacen verlos como estrellas. Según yo - Sybil ya está esperando la gente...

ella frena en seco y me mira colocando sus manos en su cintura.

Oh oh. Aquí vamos otra vez...

- en serio? Dime... ¿De quién es la culpa? ¿Quién es la culpable de que yo haya llegado tarde? Dímelo, a ver, te escucho.

- mía no es.

Ríen las chicas, vanessa y Catlin, las que trabajan en la tienda. Mi hermana las mira mal y yo río con ellas.

- ayúdame a abrir, Zadie.

- Sí señora - hago un saludo militar y otra vez me feo mi hermana - tú lo que necesitas es un hombre que te haga feliz. Amargada.

Me dirijo a los vestidores para colocarme el uniforme de la tienda que consta de una camisa blanca fina con un bordado que dice el nombre del local y un pantalón negro. Me pongo zapatos con tacón y listo.

A veces ayudo a mi hermana con su local porque ella necesita un respiro y pues yo la ayudo.

Obviamente yo también trabajo, tengo una empresa de textiles en el centro de la ciudad. Le he intentado dar ayuda a mi hermana pero la terca esa no la acepta y vende ropa de otras empresas.

La traición, hermana.

- apúrate mujer - Me dice Sybil.

Camino y abro las puertas de vidrio dejando pasar a las muchas personas que madrugan para recibir los mejores precios. Les deseo a todo el que entra los buenos días y me quedo en la entrada como un maniquí.

Imaginen mi cara de maniquí en la puerta de un local, bueno así estuve toda la mañana, luego un descanso para comer y otra vez mi cara de maniquí.

- creo que tu forma de vengarte es ponerme en la puerta como una estatua - digo ya en el carro dirigiéndome al apartamento de Sybil.

- cómo va a ser eso posible, es más te estoy haciendo un favor para que todos vean esa hermosa cara que te cargas, Malagradecida.

Reímos y pasamos la tarde en el apartamento de Sybil hablando y alguna que otra veces ayudando a Sybil a hacer el inventario de su local.

Otra historia!

Wiwiiwiwiwiwii

Ya llevaba rato pensando en otra historia pero no me decidía y no crean de dejaré Hey tú, Italiana. No señor.

Espero que les guste esta nueva historia que va a estar interesante...