Capítulo 7

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La palabra “regresar” nunca era del todo buena o del todo mala a decir verdad, podía traer muchos significados con ella tales como la felicidad de tener a Rachel finalmente segura entre sus brazos aunque también la preocupación que invadió a Norman en el momento en que esta perdió la conciencia antes de siquiera poder decirle donde había estado todo aquel tiempo, la palabra "regresar" también significaba nuevas mentiras que crear o nuevos conflictos.

— ¡Norman! — en el momento en que la chica de cabellos oscuros exclamaría aquello con desesperación el albino no dudaría en tomarle de la mano en busca de tranquilizarla, tras tanto tiempo de haberlo perdido despertar varias horas después y pensar que todo había sido un sueño la había llevado al borde de las lágrimas rápidamente. Después de todo Rachel seguía siendo una niña cuyo único hogar desde el momento en que cruzo aquella gran puerta que la alejo del organizo era aquel albino quien ahora la tranquilizaba.

— Todo esta bien. — susurro el chico a su oído, Rachel no respondió simplemente decidió creerle como siempre lo hacia, no existía razón por la que él le mentiría.

Pero si existían muchas mentiras, las cuales eran dichas desde el miedo y el más sincero cariño que podría existir desde el albino hasta la menor. Las palabras podían ser engañosas, el tiempo no esperaba a nadie, todas las piezas se estaban moviendo en el tablero, eran cosas que ambos sabían pero que ninguno deseaba afrontar.

De cualquier forma aquel momento de silencio en el que el albino limpiaba las lágrimas del rostro de la chica fue interrumpido de una manera abrupta o más bien ruidosa pero que no podría haber causado más que alegría en Rachel quien encontraba consuelo en el simple hecho de que su mente pudo reconstruir aquella imagen.

— ¡E-emma! ¡Ray! — exclamo con la emoción que podría tener una niña pequeña al recibir un regalo, intentando lanzarse a los brazos de sus amigos tuvo ayuda de Norman para evitar caer de cara al piso al enredarse con las sabanas de aquella cama en la que se había encontrado recostada hasta aquel momento.

Por alguna razón Gracefield paso por su mente en el momento en que se encontró rodeada por el calor de sus amigos. Recuerdos vagos en los que presentía que la misma situación se repetía, tan solo era ella a punto de caer, y solo eran ellos ayudándola a evitar que eso sucediera.

— ¡Estaba tan preocupada por ti! ¿Estas bien cierto? ¿Alguien te ha hecho daño?  — Emma comenzaría a llenar a Rachel de preguntas que esta respondería entre lágrimas de alegría sin soltarse de la pelinaranja, la sonrisa de Emma apareciendo por su mente era tan calidad como el sol.

— Nunca dejas de ser una tonta. — por otro lado seria la primera frase que Ray le diría acariciando su cabeza con cariño.

La única palabra que podía describir ese momento era "felicidad", por un momento Rachel sintio que realmente su mundo nunca se había desmoronado, que las voces en su cabeza nunca existiera y que todo había sido un mal sueño. Al menos ese pensamiento duraría unas horas, pero como todo momento de felicidad, fue tan fugaz que no pudo reconocer cuando desapareció.

The queen of the board Donde viven las historias. Descúbrelo ahora