Recuerdos Fragmentados - Zelink

Recuerdos Fragmentados 2/2

— Link — Al oír que lo llamaban se levantó — ¿Entonces... aceptarás ser el Guardián de la Princesa Zelda? —

Link suspiró y asintió.

— Va a ser difícil ¿No? Quizás Lady Impa pruebe tu valía — Rió al ver a Link bostezar — Como capitán de la guardia real ¡También quiero un duelo contigo! Aunque sé que perderé... — El hombre alzó su espada — ¡Vamos! —

Link lavo su cara y estiró, luego fue al centro de el campo de entrenamiento y miró al capitán.

— Link contra el Capitán— Anunciaba el árbitro — ¡Empiecen! —

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— Link — La princesa lo llamó — Infórmale a mi padre que iré a la región de los Zora, hablaré con Mipha—

Link asintió e hizo como la princesa le mandó.

La respuesta del rey solo fue "Cuidala".

Volvió al lugar donde la Princesa había estado solo para ver a la chica en su cabello saliendo por un lateral.

Corrió hasta la puerta y silbó, desde los establos su yegua, Epona, corrió hasta su lado.

Al subirse fue rápido que la alcanzó.

— Qué rápido — Zelda miró a Link de manera algo cansada y suspiró — Aunque es mejor andar contigo que con 5 guardias — luego susurro para si misma — Aunque hubiese sido aún mejor que no llevases esa espada... —

Al llegar a la región de los Zora fueron felizmente recibidos por la corte del Rey Dorphan.

— Princesa — Mipha con su voz bajita y algo nerviosa la llamó

— Mipha — Zelda le sonrió — ¿Podemos hablar... en privado? —

La corte del rey luego de saludar a la princesa se retiraron dejando a las dos princesas y al guardián de una solos.

— Link, Bienvenido — Mipha lo saludo aún más nerviosa

En respuesta de eso, Link solo hizo una reverencia.

— Vayamos al grano — Zelda sacó su piedra Sheikah — ¿Alguna dificultad al controlar a Vah Ruta? —

Mipha pensó un poco — Creo que no — Miró hacia atrás — ¿Quiere montar a Vah Ruta, Princesa? —

Zelda sonrió — Por supuesto —

Los viajes entre regiones no eran muy distintos los unos de los otros.

Saludar a los altos mandos, hablar con el elegido y ver su avance con la bestia sagrada encomendada.

Aveces eran atacados por bandidos o mercenarios, pero nunca estos presentaban un peligro serio.

Hasta ese día.

— Link — Urbosa llegó algo asustado a él — ¿Zelda está contigo? —

Link mira a Urbosa y niega con su cabeza.

— Ay no... — Suspira — La princesa ha desaparecido, búscala —

Sin mediar más palabras y tan solo asintiendo, Link se da vuelta y empieza a correr.

— Ésta testaruda princesa... — Urbosa llevó sus manos a su cara y las frotó algo estresada — Por favor, que la encuentren sana y salva, los Yiga deberían estar lejos ¿No? —

Link siguió corriendo, todo pasaba lento a su alrededor ¿Porqué la princesa se había ido? ¿Porqué quería que él fallara con tantas ganas de su oficio? Si ella sufría algo, su cabeza rodaría.