Al ser descubiertos en una misión encubierto, el lector y su compañero Jimin se ven forzados a adaptarse a una nueva vida en una granja a las afueras de un pueblito al tener que pretender que son esposos. ¿Podrán dirigir la granja sin ser descubier...
Siento un cuerpo a mi lado moverse un poco haciendo que me despierte. Abro los ojos y veo a Jimin con la cabeza volteada hacia mí, supongo que me estaba viendo dormir como a veces yo hago con él de una forma bastante normal y para nada rara.
- Ay perdón, no era mi intención despertarte.- dice mientras se voltea completamente para estar cara a cara conmigo.
- Mmm, no te preocupes amor. ¿Llevas rato despierto?-
- No, tal vez unos cinco minutos. Dormí como un bebé.-
- Yo también, ni siquiera soñé nada. Simplemente perdí conciencia de mí.-
- ¿Qué hora será?- pregunta Jimin acurrucándose en mí y poniendo su cara en mi cuello. Alcanzo mi celular y veo la hora.
- Poco más de las 12.-
- ¡¿QUÉ?!- me pregunta Jimin en shock.- Wow, vaya que dormimos mucho, ¿no?-
- La verdad lo necesitábamos, estuvo súper pesada esta semana para los dos.-
La semana pasó sorprendentemente rápido y el domingo llegó. A diferencia del domingo pasado, no tenemos ningún evento importante al cual acudir ni nada, pero sí tenemos que ir a comprar varias cosas, aunque no hay ningún tipo de apuro. Ayer apagué mi alarma porque no quería que nos despertara a las 6 de la mañana en nuestro día libre, por eso nos despertamos tan tarde.
Lo único que hicimos en toda la semana fue atender el restaurante y arreglar un par de cosas en la granja, pero igual fue agotador. Estar todo el día de pie cocinando y atendiendo gente definitivamente es mucho trabajo. En las mañanas me puse a ordenar ciertas cosas y ya logré que la granja en general se vea muy bien. Todavía tenemos que comprar cosas, pero en realidad no son ni urgentes ni importantes, así que voy a poder dedicarle más tiempo a la casa a partir de ahora. Creo que ya es tiempo de dormir en un cuarto en lugar de la sala.
- Entonces, ¿mi esposito precioso me va a comprar mi secadora hoy?-
- Claro que sí mi amor. Lo que tú quieras.- se separa de mi cuello para mostrarme una sonrisa grandísima que deja ver sus hoyuelos pero no sus ojos y darme un largo beso. Está bien feliz porque su insistencia con la secadora dió frutos. Primero me lo vendió como algo que no era realmente importante, pero en el transcurso de la semana me ha lanzado cientos de indirectas demasiado directas. Se empezó a poner más gorras porque supuestamente no se podía arreglar bien el cabello. También empezó a tardarse mucho más tiempo en el baño "arreglándose" porque supuestamente le costaba muchísimo más arreglarse sin un secador.
- ¿Qué te parece si nos arreglamos para ir a comer algo?- apenas se separa de mí por mi comentario, me arrepiento de haberlo dicho.
- Vamos amor.-
Hacemos nuestra rutina matutina y los dos decidimos que es día de afeitarse, así que me aplico la espuma de afeitar en la cara y luego se la paso a Jimin quien copia mis movimientos. Con uno de sus dedos toca mi cachete lleno de espuma para luego tocar mi nariz y dejarla llena de espuma también. Finjo molestia, pero no puedo evitar sonreír cuando me sonríe de una forma tan tierna con su cabello todo despeinado y su propia cara llena de espuma.
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