Si la veía así no se imaginaba cómo sería al saber la verdad, sabía que debía caminar rápido pero con cautela
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Cuatro meses atrás
El día transcurría en calma, las operaciones del los hombres de Alexander se desarrollaban con normalidad, se respiraba tranquilidad pero había algo le decía que esa calma era peligrosa Su día había transcurrido entre el nivel quinto y el séptimo, de aquí para halla recolectando material genético de los diferentes individuos que traían a la morgue, su laboratorio está ubicado en la sala de mando de su esposo, era un cubículo rectangular donde no había la gran cosa, neveras de refrigeración y una cuántas muestras de ADN que estudiaba a detalle, Alexander se encontraba en el mismo recinto estudiaba nuevas estrategias de acción, se media el progreso en la contención de las rebeliones lycans, solo habían dos guardias con el peliblanco, Clarise seguía el análisis de la muestra de sangre, había algo que la estaba inquietando en el comportamiento de las características que poseía el individuo W.C.L quería lograr un paso importante para uno de sus proyectos personales
Disparos se escucharon a lo lejos en el pasillo, todos los presentes se alertaron tomando rápidamente posiciones de defensa, las luces comenzaron a fallar —Señor escóndase en la puerta trasera, déjenos actuar—susurro el joven pelinegro
—Por favor señor hágale caso a François—rogo McGregor
—Señorita Clarise— pidió el comandante de los limpiadores tocando el vidrio del laboratorio, la joven salió del laboratorio tomando una espada que habían en las paredes de la oficina, era una espada de mango negro liviana pero fuerte a la vez, de un filo inimaginable; la puerta explotó llevándose consigo a François quien estaba parado frente a esta, la joven volteó rápidamente con espada en mano dispuesta a pelear con ella, el polvo dio paso a 7 figuras armadas, no se acobardo ante el número se plantó firme dispuesta a pelear
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—Alexander Corvinus, el padre de los inmortales —una sonrisa macabra surco el rostro de una mujer de cabello negro de ojos azules El peliblanco se sacudía el polvo de su traje al escuchar su nombre y esa voz, levantó el rostro en la dirección que escucho el llamado
—Semira—dijo con bastante asombro ya que se había dado por muerta
—Sorprendido Corvinus, el gato te comió la lenga-rio escandalosamente-vengo por lo que derecho deseo y me pertenece, la sangre del primer inmortal —la joven que había estado callada hasta el momento —No la obtendrás, por encima de mi cadáver —se lanzó al ataque siendo enviada contra los cristales de su laboratorio, el ojiazul quedó atónito al ver la acción —Patética,—sonrió cínicamente—En que estábamos ? ah... —hizo gesto pensativo —Si, en reclamar mi derecho— concluyo François junto con Simón abrieron fuego una vez volvieron en si luego del aturdimiento de el golpe y la explosión respectivamente, el infierno se armó en ese momento, la meza fue levantada por Simón para proteger a él peli blanco de las balas, Alexander tomo una espada defendiéndose con esta de los acompañantes de Semira, sin previo aviso de entre los vidrios salió la Joven con espada en mano, acabando con dos de los repartidores de muerte en un ágil movimiento dando un tajo errático haciendo que sus cabezas rodaran, mientras Alexander se batía en duelo con dos de estos, ella fue por la pelinegra quien venía a traición por las espaldas de Simón Una estocada larga envío rumbo hacia su adversaria a la altura del tórax la cual acertó logrando que está volteara hacia su dirección, un tajo errático dirigido hacia su cuello lanzó la ojiazul, el cual esquivó la pelinegra, un golpe hacia la tráquea le devolvió está sacando la espada en el proceso, para lanzar un ataque hacia la cabeza el cual freno el filo de la hoja de Semira, Clarise volteó la empuñadura logrando clavar parte del filo en el cuello de su contrincante mientras a la par que giraba el cuerpo a sus espaldas, en un rápido movimiento la joven tomo la empuñadura contraria dando un giro de muñeca cruzó los filos hacia sí cercenando en el proceso la cabeza de la ojiazul, su respiración estaba agitada, al levantar la vista hacia su esposo este fue herido en el costado por la espalda por un Death Dealer, en una rápida reacción lanzó de punta la espada de Semira la cual termino incrustada de lado a lado en la cabeza del atacante, salto hacia el adversario restante, al aterrizar hizo un redoble de filos cortando el vientre de su oponente en el acto, Simón y François acabaron con los dos repartidores de muerte faltantes, el joven francés estaba en el suelo elevando la parte superior del cuerpo ya que sus piernas quedaron atrapadas por la pesada puerta —Clarise, estás bien ?—un preocupado Alexander camino presuroso hacia su dirección sacándose la espada clavada —Lo estoy, déjame ver esa herida Alexander—pronuncio una vez acortó el camino acercándose hacia el, retiró la mano de su esposo para mirar la herida con mayor claridad
