Aang y Katara son ahora una feliz pareja que desea formar una familia, sin embargo, las cosas se pondrán más difíciles cuando el deseo de Katara de ser madre se vea arruinado por cosas que ni siquiera ella puede controlan. Aang podrá superar la idea...
Después de la guerra de los cien años, la vida para Aang y para mí se había convertido en un completo desafío. Ambos estábamos realmente enamorados y comprometidos con todo nuestro trabajo como equipo avatar. Después de la inauguración de Ciudad República, las cosas para Toph y Sokka se habían vuelto cada vez más fáciles, ambos habían encontrado su lugar en la ciudad, mientras que Aang y yo seguíamos viajando al rededor del mundo. Él realizaba sus labores como avatar mientras yo me dedicaba a enseñar técnicas de curación y empatizar con la gente.
A pesar de que nuestra vida era definitivamente mucho más tranquila sin guerras al rededor, mi corazón deseaba encontrar paz. Un lugar donde yo pudiera ser lo que siempre había soñado ser... madre.
Para mi cumpleaños numero 18, Aang me sorprendió con una isla justo en frente de Ciudad República, la había diseñado con ayuda de mi hermano. Era el lugar que él me estaba ofreciendo como hogar y yo ansiaba el momento de establecernos ahí oficialmente y ser verdaderamente una familia y criar a nuestros hijos.
Por lo general, pasábamos ahí algunos días. Aang ya tenía un gran número de acólitos viviendo en el lugar. Aún así, nosotros seguíamos viajando por todo el mundo y mi sueño de asentarnos en la isla, parecía ser algo aún muy lejano.
Sin embargo, el día con que había soñado tanto llegó. En mi cumpleaños numero 22, Aang me pidió ser su esposa y me entregó un precioso collar tallado típico de la tribu agua, con tres remolinos de viento. Muchos días habíamos platicado sobre el día de nuestra boda, lo nerviosos que sentiríamos, a quién invitaríamos, dónde la realizaríamos y después de eso, cuántos hijos tendríamos. Yo siempre había deseado tener muchos hijos, eso definitivamente aumentaba la posibilidad de tener hijos maestros aire. Yo quería darle muchos hijos a Aang, muchos maestros aire, sabía que eso lo haría el hombre más feliz del mundo.
Los días de boda fueron fantásticos, la boda fue en Ciudad República, vino gente de todos lados del mundo, Sokka y Toph, Zuko y Mai, Ty Lee, Suki, Haru, el tío Iroh, mi padre y Malina, todos y cada uno de nuestros seres queridos estaban ahí. Yo era la mujer mas feliz del mundo, amaba a mi esposo y él a mí, y ahora estábamos más que destinados a estar juntos.
-Katara puedes creerlo? Eres mi esposa!!- dijo Aang completamente entusiasmado, mientras acariciaba mi cabello. Estábamos metidos en nuestra enorme cama matrimonial, desnudos, húmedos, agotados.
-Parece increíble no? Y pensar que al principio eras como mi hermanito...- dije, sabía perfectamente lo mucho que esos comentarios lo molestaban. Su semblante cambio a uno sumamente molesto, yo solté una carcajada ruidosa.
-No te creas amorcito, jamás fue así y lo sabes...- sonreí y le di un enorme beso en los labios que él rápidamente respondió.
Esos días eran maravillosos, no podíamos dejar de tocarnos, besarnos, de abrazarnos y de cogernos en esa enorme isla que ahora era oficialmente nuestro hogar.
Sin embargo, con el paso del tiempo, Aang debió viajar de nuevo, ahora yo como esposa del avatar, había decidido permaneces mas tiempo en la isla, habían muchos acólitos trabajando para nosotros y yo me sentía comprometida con asegurarme de que su estancia fuera adecuada, ahora los veía como mis hijos, gente a quien debía proteger.
-Es difícil? estar separados?- preguntó Xing Ying mientras preparábamos el desayuno.
-A veces, pero supongo que lo que me mantiene tranquila es saber que siempre va a regresar a su hogar- le respondía, aunque en realidad la idea de estar lejos de él me quemaba por dentro.
-Eso es cierto, siempre regresará a ti, eso es maravillosamente romántico...- suspiró Xing Ying.
-Sí... bueno por lo pronto Xing Ying, ayúdame a partir un poco de papaya- le dije sin tomarle importancia.
-Papaya? quieres papaya?- preguntó Xing Ying completamente desorientada.
-Sí, que tiene de malo?- cuestioné.
-Es que tú nunca quieres papaya... estas segura?-
-Ay si hombre! solo un poco, se me antojó, ha de ser que me siento algo abandonada hoy- respondí, en realidad siempre había odiado la papaya pero ese día no podía sacarla de mi mente.
Xing Ying asintió aún sorprendida, yo disfruté mi desayuno platicando con los acólitos y comiendo mi papaya.
Pasaron dos semanas antes de darme cuenta que mi periodo no había llegado como siempre, no quería ilusionarme con la idea, además de todo Aang llegaría en una semana y no quería presionarlo para llegar antes de lo esperado y que al final resultara una falsa alarma, pero no pude evitar recordar lo necesitada que me había sentido de papaya esos últimos días.
La siguiente semana fue la confirmación cuando me desperté algunas mañanas con un deseo incontrolable de vomitar y sin periodo aún.
-Amorcito, debo decirte algo- le dije a Aang muy seria.
-Claro amor dime- respondió él tan dulce como siempre. Ese día había regresado de su viaje por la mañana, y habíamos decidido pasar la tarde en la playa de la isla, no había encontrado el momento adecuado pero esa puesta de sol parecía pedirme a gritos decirle la verdad a mi amado.
-Tengo algo que confesarte- dije nuevamente seria, Aang ya respondió un poco mas preocupado ante mi actitud.
-Qué es Katara?... Ya no me amas?... O qué pasa?- preguntó con horror en el rostro.
-NO QUE DICES!! Jaja claro que te amo solo es que...- estaba demasiado nerviosa.
-Qué Katara, no me asustes!- él también se puso demasiado nervioso.
-Es que... comí papaya y yo...- estaba diciendo puras tontería.
-Comiste papaya? eso qué significa?- preguntó él completamente desorientado...
-Es que yo no sé...-
-Kataraaa que sucede!- gritó desesperado.
-Vas a ser papá- solté por fin y sentí un alivio e inmensas ganas de llorar.
-Que?????!!! qué acabas de decir?!!- preguntó tan fuerte que casi me aturde.
-Que comí papaya, porque vas a ser papá, porque estoy embarazada!!!!- grité ahora yo más fuerte que él. Soltó una carcajada al aire, sus ojos se inundaron de lágrimas, la luz del sol aún era cálida y rosada. Todo era perfecto.
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Este es el bonito primer capítulo, esta historia esta empezando y estoy muy emocionada, es mucho mas larga que la anterior, espero mantenerlos bien atentos <3
