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—¿QUIÉNES SON?—la pregunta curiosa proveniente de una cohibida Bella la hizo apartar el sándwich de su boca antes de proporcionarle un mordisco, desviando la mirada al mismo lugar que su nueva amiga. Ángela y Jessica imitando su acción.
—Los Cullen —responde Ángela.
—Son los hijos adoptivos del doctor y la señora Cullen —continuó Jessica, la emoción salía de sus poros al hablar de aquellos adolescentes sumamente atractivos, y los cuales contrastaban con el resto del alumnado—. Se mudaron de Alaska hace dos años.
—Es que no socializan con otros —explicó vagamente la pelinegra a su lado, tomándolo con calma.
—Es que andan juntos. Juntos como pareja.
—Eso fue hace tiempo, Jess —la chica de lentes no le dio la atención que le estaba dando Jessica, por lo que esperó que las nuevas siguieran su ejemplo—. Rompieron repentinamente, ya no actúan como parejas, actúan como amigos. Y además, no son parientes.
—Sí, pero viven juntos y se muestran muy cariñosos. Es demasiado extraño.
—No creo que sea de nuestra incumbencia opinar de sus vidas —sonrió falsamente entrelazando sus manos sobre la mesa—. A no ser que quieras quedar como una chismosa, Jessie.
Jessica escudriñó la mirada en su dirección, pasando por alto aquel apodo que la escuela entera conocía lo mucho que lo odiaba y que a Elizabeth no le demoró ni dos horas en conocer.
—La rubia es Rosalie Hale y el de cabello oscuro es Emmett Cullen —con una sonrisa divertida los miró sin perder tiempo. Al posar sus ojos sobre ellos, quedó encantada de todas las maneras posibles. La rubia parecía un ángel, una belleza de deidad, y más con su conjunto de ropa blanca, era hermosa de pies a cabeza de donde Elizabeth la pudiera ver. Emmett a su lado, era musculoso, guapo, de cabellos negros y alto.
Elizabeth reprimió la confusión, pero sobre todo la sorpresa y los nervios, cuando atrapó a Rosalie mirándola de reojo, con una sonrisa gatuna.
Su atención permaneció en Rosalie entonces, antes de desviarla al escuchar la risa de Emmett, haciendo a su mente regresar a la realidad. Podía ver lo unidos que estaban en el momento que el pelinegro chocó, sin fuerza alguna, su hombro con el de la rubia en un gesto burlón.
—La de cabello corto, Alice Cullen, ella sí es muy rara —continuó Jessica. La siguiente Cullen en cruzar frente su vista era de baja estatura y facciones de duendecilla, pareciendo adorable a los ojos de Elizabeth.
»—Salía con Jasper, el rubio que parece estar sufriendo. Él es el mellizo de Rosalie —la sangre subió a sus mejillas, picando, al igual que con Rosalie, Jasper lucía como un ser hermoso fuera de ese mundo, no sabía qué le encantaba más de él, si sus rizos rubios o su mirada, y aunque supiera no lo podría decir. Sin duda los mellizos tenían lo suyo—. El doctor Cullen es cupido y padre adoptivo —bromea.
