Aiden intentó mantener la compostura dada la situación en la que se encontraba, notando como cada célula de su piel estaba latiendo, crispándose y ardiendo. Debía actuar complaciente y a la vez reticente, que ese sádico se creyera que de verdad haría lo que le estaba pidiendo. Pero no entraba en sus planes complacer ningún tipo de petición de ese gilipollas, aunque amenazara con cualquier ser querido de su alrededor, antes moriría en el intento de pararle los pies a ese loco. Sintió repulsión cuando de rodillas pudo ver el miembro abultado atrapado en esos pantalones, el cañón de la pistola apuntándole de cerca en la sien y ese maldito que no le sacaba ojo. Tragando en seco, tan solo tendría una oportunidad o quizás, esa noche Eternal sería noticia por hallar un cadáver en sus calles traseras.
"Vamos... quiero probar con lo que Yacob se ha vuelto tan adicto." Lev sonrió torcidamente, no es que le fuera demasiado violar a los demás pero Aiden estaba resultando bastante más obediente de lo que esperaba. Por lo que había investigado de ese crío, tan solo era una rata callejera más, que el rey de las armas había recogido y saciado sexualmente. Y no tenía mucho tiempo, su mejor hombre había dejado de informarle y eso no quería decir otra cosa que Yacob estaba de camino. "No te distraigas, quiero mirarte a los ojos cuando te la meta en la boca."
"Oh, te aseguro que los verás..." Aiden tuvo que contenerse para no vomitar, subiendo una de sus manos por los muslos fuertes de Lev y recargando algo de peso sobre sus propios tobillos. El enfrentamiento con Yamada le había servido para aprender, que bajo presión se debe actuar de forma rápida e implacable. Siendo el momento clave cuando Lev se entretuvo agarrándole de los rizos de una forma miserable, con su mano libre sacando del tobillo una pequeña daga que Yacob le dio y no pensándolo. Se la clavó sin miramientos en la ingle y ese no era su objetivo pero al parecer ese loco pudo ver más allá y esquivó bien la puñalada. "¡Mierda!"
"¡Maldito pedazo de mierda!" Lev sintió como toda su sangre hervía, no había podido adivinar las intenciones de ese crío, era mucho más mortal de lo que parecía y la misma puñalada hizo que el arma cayera olvidada en el suelo. Por unas milésimas de segundo ambos mirándose como animales y él intentando coger el arma antes que Aiden. La herida en su ingle entorpeciendo sus movimientos y forcejeando con el pelinegro que parecía enloquecido. "¡Debería haber optado por el puto pelirrojo!"
"¡Vete al infierno!" Aiden empujó con fuerza el cuerpo del más alto, haciendo que ambos cayeran al suelo y él gritando de la misma rabia. Dirigiendo su mirada al final del callejón, donde se podían escuchar los chirridos de los frenos de unos coches, pudiendo entender a lo lejos la jerga rusa y rezando para que quienes acudían fueran los hombres de Yacob. "¡Suéltame maldito desgraciado!"
Aiden golpeó con sus piernas el cuerpo del castaño, escuchando como este emitía un gemido casi animal y sufriendo un golpe en su cabeza con la culata de esa pistola que había estado en manos de ambos pero que al final volvía a las de su propietario. Sintiendo como su cabeza martilleaba, su visión emborronándose mientras deseaba que su última visión no fuera la de ese cabrón. Quería ver a Yacob, quería disculparse por haber insinuado que era parecido a ese sádico, quería besarle y largarse con él a cualquier lugar. No quería morir, no aún. Sintiendo la mano poderosa de Lev agarrarle de los rizos y ese aliento caliente en su oído.
"Te has librado por hoy... pero ten claro que esto no ha terminado aquí." Lev agarrando con fuerza esos bucles oscuros, los tiró hacia arriba escuchando como esas cuerdas vocales se tensaban y estampando de nuevo el rostro pálido de Aiden contra el suelo. No se esperaba esa reacción de ese chico y tenía muy claro que se las haría pagar, ya fuera de una forma directa o indirecta que le acabara ocasionando dolor. Dirigiendo su mirada al otro lado del callejón donde dos de sus hombres le esperaban y no, no eran lo que le proporcionó Mijaíl. Sino nunca hubiese podido ir a por Aiden, ya se encargó él mismo de traerse sus propios recursos de Rusia. "Nos vemos en otra ocasión kotenok*."
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Eternal.
RomanceAiden un camarero de un club exclusivo llamado Eternal que se cruzará con su perdición: Yacob, un mafioso que no será capaz de soltarle. Llevando a ambos a una espiral de pasión, perversión y sexo. Aflorando todas las inquietudes, miedos y deseos. ✨...