Sortilegios Weasley.

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Mañana era la gran inauguración de "Sortilegios Weasley", creo que nunca había visto a los gemelos tan nerviosos y asustados en toda su vida.

Las semanas de convivencia fueron geniales. Intensas, pero increíblemente geniales.

El tiempo con los gemelos siempre se pasaba volando. Ayer había hablado con Beth, me dijo que estaba casi segura de que mañana podrían venir y se quedarían unos días, además de que tenían algunas noticias para contarnos con suma urgencia.

- ¿Ya está todo listo? - pregunto Fred por milésima vez desde el comedor- ¿Madd tienes todas tus pociones? ¿George donde están...? ¡¿Dónde está George?!-

-Fue a comprar unos ingredientes que le encargue. - respondí desde la cocina- Fred debes tranquilizarte, creo que si sigues así vas a estallar en cualquier momento. -

-Muy graciosa, Black. - respondió sarcástico- No sé qué me pasa, mañana es la inauguración y tengo miles de dudas... ¿Qué tal si no les gustan nuestros productos? -

- ¡FRED WEASLEY! - grité al colocarme delante de el- ¿Desde cuando tienes dudas? ¿Es que ya se te olvido como vendían sus productos en el colegio? -

El pelirrojo sonrió mientras tomaba mi cadera, podía notar sus nervios a mil quilometros de distancia. Sabia que Fred mañana iba a tener una enorme sonrisa en su rostro, que delante de todo el mundo iba a parecer sumamente seguro.

-Tengo una idea. - respondí alegre- Creo que te va a gustar mucho...-

Sin avisar ni darle tiempo a preguntar hice una aparición conjunta hasta el medio de un campo de girasoles.

-Veo que les has agarrado el gusto a las apariciones sorpresa. - río el pelirrojo- ¿Madd? ¿Dónde estamos? -

-En un campo de girasoles, Weasley. - respondí divertida- Pensé que eras un poco más observador. -

La cara de Fred fue todo un poema, lo cual solo hizo que estallase en carcajadas.

-Oh, vamos Fred. - dije divertida- Solo te di un poco de tu propia medicina, solo que mejorada. -

Cuando la respuesta del pelirrojo estaba por salir de su boca, coloque mi mano en su cara y lo lleve a un recuerdo, que sabia que lo iba a tranquilizar.

-Gracias...-susurro al volver al presente- Aunque... ¿Por qué el campo de girasoles? -

-Me gustan los girasoles. - reí como respuesta- Además quería hacer una aparición sorpresa desde hace mucho tiempo. -

Reímos y volvimos al apartamento, donde George nos esperaba con comida de Molly servida en la mesa.

-Mañana es el gran día, la gran inauguración. - saludo George- ¿Ustedes donde estaban? -

-Girando el sol. - respondió Fred- Es sumamente reconfortante, deberías probarlo algún día. -

-No quiero saber nada sobre sus cochinadas. - respondió asqueadamente divertido- Así que paso por saber de qué se trata. -

- ¿Por quién me tomas, Georgie? - agregue divertida- ¿No me reconoces? -

-En este momento te reconozco como la persona que trae loco a mi hermano, Black. - respondió riendo- Así que prefiero que guarden silencio y disfrutemos la comida que hizo mamá. -

Reímos y, como dijo George, disfrutamos la comida de Molly y pasamos toda la tarde haciendo los últimos arreglos para el gran día.

***

Estábamos en la tienda de los gemelos. Sortilegios Weasley era fantástico, no había palabras para describir lo que sentías al entrar al lugar. Los chicos estaban terminando de acomodar las cosas, pero yo no podía dejar de observar completamente fascinada con cada rincón.

-Hay varias personas afuera...- escucho decir a George- Lo logramos Freddy, vamos a abrir nuestra tienda. -

-La primera de muchas, Georgie. - respondió Fred- Seremos un éxito juntos durante toda la vida. -

Observé como por unos segundos los gemelos se vieron, transmitiéndose todo su apoyo y alegría, luego abrieron las puertas juntos. Sortilegios Weasley había sido oficialmente inaugurada.

- ¿Me has extrañado tanto como yo a ti? -

- ¡BETH! - grite emocionada- Estas aquí... están aquí, es increíble. -

-Este lugar es increíble, no puedo creer lo que han hecho los gemelos. - respondió mi amiga- Tengo tantas cosas para contarte. -

- ¿Te quedaras varios días, ¿no? -

-Obviamente, crees que hice todo un viaje para venir por un par de horas. - respondió riendo.

Fuimos a darles una mano a dos pelirrojos que veían como la gente comenzaba a llenar el lugar. Todo el mundo estaba aquí, realmente iba a ser un éxito.

A lo lejos pude ver una gran manada de cabelleras pelirrojas, los reconocí en un instante y me acerco a saludarlos. Sin embargo, una cabellera rubia llamo mi atención antes de poder lograr mi propósito.

Draco estaba en el Callejón Diagon, no había respondido mis cartas en todo el verano y cuando le llamaba a través de mi don, simplemente me ignoraba. Estaba con su madre por entrar a una de las calles, era el momento perfecto para interceptarlos.

-Draco...- le llame sin demasiado éxito- Esperen, por favor...-

Al doblar por la misma dirección que había seguido ellos segundos atrás, me encontré con una calle completamente vacía.

-Lo siento, Madd. - escuché su voz resonar en mi cabeza- Lo siento muchísimo, pero no puedo volver a hablar contigo...-

- ¡¿Draco?!- respondí alarmada- ¡¿Qué está sucediendo?! Sabes que yo puedo ayudarles, somos fa...-

-Necesito protegerte, Madd. - me cortó el rubio- Te quiero primita, suerte con la comadreja. Espero que algún día me perdones. -

No volvió a contestar mis llamados y, al parecer, esa iba a ser la última conversación que iba a tener con él. Me había bloqueado sus recuerdos. No podía ayudarle y, si mi presentimiento era cierto, iba a necesitar de mucha ayuda.

Volví a la tienda de los gemelos sumamente desconcertada, pero no podía arruinarles su día. Al llegar a la puerta, coloqué mi mejor cara y me dispuse a entrar, como si nada hubiese ocurrido.

-Todo está resultando, preciosa. - susurro Fred en mi espalda- No puedo creer que todo esto esté pasando. -

-Es un éxito, Fred. - respondí sonriendo- Debes creerlo Weasley, porque esto está pasando y ustedes son un completo éxito. -

Sentí los brazos de Fred rodearme por mi espalda, me di vuelta y lo envolví con mis brazos. Podía sentir la felicidad que cargaba su cuerpo, este era su mundo y junto a George, ellos pueden hacer todo lo que se propusieran.

-Tengo un regalo para ti. - dijo suave Fred- Es algo pequeño, pero hace unos días dijiste que te gustaban. –

Un pequeño girasol colgaba de la mano de Fred, mientras una sonrisa se extendía por todo mi rostro.

-Es hermoso Fred...-

-Te amo, Madd. - respondió sonriendo- Gracias por lo de hace unos días...-

-No tienes que agradecerme. - sonreí- Yo también te amo, Weasley. -

Volví a abrazarle y volvimos a donde estaban todos, aunque los gemelos iban para todos lados. La tienda estaba que explotaba, había personas de todas las edades.

Realmente estaba siendo un éxito, los gemelos habían logrado cumplir su sueño. 

La hija de Sirius Black (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora