₱ɌɆ₮₮¥ ₲ƗɌⱠ [Fᴀᴅɪᴇ]

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐨𝐜𝐡𝐨

•──•°•❀•°•──•

•──•°•❀•°•──•

estoy seguro de que quiere matarme.

Y tuvieron mucho miedo, se trataron de evitar.

──¡Sadie!──gritó él a una cuadra de distancia, ella si estaba ahí, pero aquel momento había sido simplemente producto de su imaginación, producto de las cosas que en verdad le diría si tan sólo tuviera el valor.

Se acercó a ella trotando levemente, la pelirroja corrió el poco cabello que tapaba su rostro y lo observó.

──¿Que carajo quieres ahora Wolfhard? ¡Sólo déjame en paz de una vez!──gritó furiosa comenzando a alejarse.

──Espera.. yo-

──¡¿Tú qué?! ¿Viniste a decirme que no crees ni una palabra de lo que te digo? ¡Si tú ni siquiera me escuchaste! ¿Por qué yo lo haría?

Los ojos de la pecosa se cristalizaron, estaba harta de las actitudes de Finn.

──¿Acaso crees que todo esto se soluciona fácilmente?──volvió a hablar respondiendose a si misma──¡Pues no! ¡Y estoy harta de ser la única que perdona a los demás!

Finn relamió sus labios──Sadie escúchame

──¡No, tú escúchame a mí! ¡Todos tenemos problemas! ¡Algunos días somos felices y otros días nos sentimos como la mierda! ¡Algunos días pasamos por cosas son realmente difíciles de afrontar!──gritó descargandose──Asi que no puedes venir y pretender que todo está bien Wolfhard

──Lo sé y realmente lo siento por eso──admitió intentando tomar su mano, sin embargo, ella lo esquivó──Solo quiero que me perdones y que todo vuelva a ser como antes

Sadie lo observó durante unos segundos y sorbió su nariz, la cual se encontraba roja──¿Por qué? ¿Por qué preferiste creerle a un maldito rumor? ¡Es que no me entra en la cabeza!

Ambos discutían debajo de la lluvia, sus cuerpos helados y húmedos comenzaban a elevar temperatura, el enojo, la rabia y la ira tomaban el control de sus emociones.

──¡Deja de tratarme como si no me importaras! Me importas más de lo que crees y más de lo que yo mismo podría llegar a imaginar──se acercó a ella rozando levemente sus labios.

Sadie apretó sus labios y rió sin gracia dando un paso hacia atrás──¿Te importo? ¿En serio yo te importo? ¡Si acaso te importará un poco, hubieras dicho que me querías! ¡Sin embargo te quedaste callado y ni siquiera fuiste capaz de mirarme a los ojos!

──¡Lo sé! ¡Sé que soy un cobarde, soy un idiota y no merezco que me quieras!──dió un paso más hacia ella──Es hora de que me lo digas en la cara, dime todo lo que sea que pienses sobre mí. Lo merezco