capitulo 1: El inicio

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La calma antes de la catástrofe y la catástrofe antes de la calamidad

 -Calamitas

Alguna vez has pensado que todo podría acabar en un solo pestañeo, que todo lo que amas y amarás podría desaparecer incluso por las razones más estúpidas.

Las flamas y las cenizas se levantaban en el aire, la fuerza de los elementos acechaba con tragárselo todo y las mayores pesadillas, monstruos y abominaciones habían salido a destrozar lo poco que quedaba del ahora estéril y roto mundo. En medio de la catástrofe en una gran ciudad el caos recorría las calles, las pocas almas que habían sobrevivido al ataque inicial luchaban por escapar, mientras que el rey de esa civilización caída, hacía lo imposible por proteger a su familia, luchando mano a mano, contra cualquier monstruosidad la cual atentara contra la misma. Mientras que en brazos un niño iba junto a su madre, la cual esquivaba todos los escombros y criaturas que pudiera, para que finalmente salir de la ciudad a un paso acelerado, justo detrás de ellos iba el rey, siguiendo a su familia fuera del caos de su reino caído, pero este se detuvo y miró hacia atrás, viendo el panorama completo, observando cómo su reino caía ante la ruina, como sus amados súbditos gritaban en horror presas de la desesperación.

-Esto no está bien- dijo en voz baja, con un claro enojo y frustración.

Su esposa al darse cuenta de que su esposo se había quedado atrás, se voltea, viendo como este se había quedado paralizado, viendo como todo su reino se cae a pedazos, está rápidamente, corrió hacia su amado y al llegar quedó sorprendida por la expresión de su esposo, ver sus ojos llenos de frustración, como sus características animales se remarcaban junto con su rabia, como sus orejas se curvaban en un signo de impotencia, y por último, pudo ver perfectamente cómo apretaba sus puños hasta que sangraran, dejando al expuesto sus filosas garras, las cuales estaban cubiertas de un tono carmesí.

Está, totalmente impresionada por esto zamarrea un poco a su esposo, lo que hace que este salga rápidamente del trance, la mujer viendo que su esposo respondía de nuevo, le dice con consternación.

-Yelhveus que carajos estas haciendo debemos irnos. - agitada le gritó a su esposo -¡Debemos proteger a nuestro hijo!-.

Yelhveus se volteó y vio la cara de su mujer, sabiendo que de esta no saldría vivo, mientras la admiraba por última vez.

Ver su hermoso pelo negro ondeando pór el aire junto a las cenizas, su bello rostro de el cual el se habia enamorado tantas veces, su corazon el cual era el mas amable que el llego a conocer Y por ultimo, eso hermosos ojos amarillos, que desde el primer momento lograron penetrar en lo mas profundo de su alma, el estaba listo para poder dar todo lo que el es y sera por ella.

Yelhveus miró directamente a su esposa, ella rápidamente identificó esa mirada, no necesitaron nada más para saber que su destino estaba sellado y grabado en piedra.

-No es necesario que lo hagas, tú jamás tuviste una responsabilidad sanguínea con el reino, todavía estamos a tiempo para huir todos juntos.- dijo la mujer con lágrimas en los ojos mientras sostenía a un pequeño niño el cual no entendía lo que pasaba.

-Talvez tengas razón, agata- dijo Yelhveus en un tono sereno -pero, aunque la sangre real de los semihumanos no corra por mis venas, este mi pueblo, mi gente, no puedo abandonarlos- sentenció Yelhveus

Agatha no solo veía la mirada decisiva en rostro de Yelhveus, si no también podía sentir ese fuego ardiente que corría tanto dentro de ella como dentro del propio Yelhveus, el fuego, el sentimiento de proteger a tu gente, a tu pueblo. pero aun asi las lagrimas no paraban de correr por su rostro, ella sabía que lo más posible es que uno de ellos moriría esta noche.

Shadow Souls: El Alma InternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora