Clay miraba con tranquilidad a Alik y Anya, que correteaban por el amplio parque de la ciudad. Después de pelearse varias veces con el padre de esos dos niños, Dimitri, consiguió salir de esa fortaleza para respirar algo de aire puro y disfrutar de la mañana. Había aceptado cuidar de esos dos por los sentimientos que profesaba a ese mafioso pero tampoco estaba dispuesto a sacrificar su libertad, por las múltiples paranoias de su amante en cuanto a la investigación de Sergey Sokolov. Clay había conseguido dar con una de las últimas posiciones del hermano de Yacob, algo que ni siquiera habían conseguido los trabajadores de Mijaíl y por lo cual ahora estaba teniendo varios problemas.
Uno de ellos, el mismo Mijaíl que no tardó en ofrecerle un puesto externo a la hermandad como investigador. Algo que no le emocionaba pero que entendía dadas las circunstancias de esa gloriosa familia. Luego estaba Dimitri, que nada más enterarse de su último trabajo y de la proposición del mayor de la hermandad, no tardó en montar en cólera para básicamente, prohibirle hacer nada. Y finalmente, su propio problema.
Clay era testarudo por naturaleza, cabezota y a veces, un dolor en el trasero.
"Y ahora maldigo el momento en el que se me ocurrió lanzarme a los brazos de ese hombre de nuevo." Clay para si mismo, rodó los ojos mientras mantenía vigilados a esos dos niños que ajenos a todo, jugaban. Dimitri le avisó, le advirtió del peligro que era entrometerse en el paradero de Sergey Sokolov y él mismo, se creyó más listo asegurando que nunca encontrarían rastro de su búsqueda. Y ahora se arrepentía al llevar demasiado rato notando, como le seguían a él y por ende, a los hijos de su amante. "Debo apartarlos o será peor."
Clay algo nervioso, intentó actuar con normalidad, levantándose del pequeño banco de ese parque y acercándose con naturalidad a los pequeños que elevaron los ojos para mirarle.
"¿Nos tenemos que ir ya?" Alik poniendo morros se frotó las manos para quitarse la arena que tenía pegada en ellas, mientras miraba esos bonitos ojos miel. El amigo de su padre, le agradaba, era amable con ellos.
"No por gusto... pero tengo una misión para vosotros." Clay colocándose de cuclillas delante de los niños, disimuló moviendo la arena para que esos dos tipos con mala pinta que le vigilaban, no sospecharan. Era arriesgado confiar en dos críos pero no le quedaba alternativa alguna si quería que esos niños estuvieran a salvo y pudieran contactar con Dimitri. "Necesito que seáis agentes secretos y que le mandéis un mensaje a papá."
"¡Eso nos gusta! ¿Verdad, Anya?" Alik emocionado miró a su hermana pequeña que al escuchar esa jugosa petición parecía volver a la realidad. "¿Vendrás con nosotros?"
"Creo que por el momento... no." Clay sonriendo a ese par, intentó transmitirles la calma que necesitaban o todo el plan se irían al garete. No podía sacar el móvil o alertaría a esos dos tipos, no podía ni siquiera escribirles nada o acabaría involucrando a los hijos de Dimitri. Y se sentía ahogado por ello. "Ahora nos iremos cogidos de la mano hasta la avenida principal y cuando llame a un taxi, entraréis."
"¿Iremos en taxi como los mayores?" Anya emocionada miró a ese chico de cabellos pelirrojos que asintió con una sonrisa que a su parecer, era deslumbrante. No pudiendo evitar reírse de forma cómplice y al momento llevándose las manos a la boca al recordar que era una misión secreta.
"Yo le diré al conductor donde debéis ir... cuando lleguéis veréis a unos amigos de papá fuera en las puertas, decidles que buscáis a Dimitri. ¿Hasta ahí bien Alik?" Clay preocupado por toda la información que le estaba dando a esos pequeños, confío en el carácter más serio de los hermanos. Viendo como Alik asentía con curiosidad y decidiendo emprender la marcha.
"¿Y luego?" Alik cogiendo de la mano a Clay como le había indicado, empezó a andar junto a su hermana por el amplio parque. Elevando sus ojos para mirar a ese chico de cabellos rojizos que pese a la sonrisa, parecía preocupado.
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Eternal.
RomanceAiden un camarero de un club exclusivo llamado Eternal que se cruzará con su perdición: Yacob, un mafioso que no será capaz de soltarle. Llevando a ambos a una espiral de pasión, perversión y sexo. Aflorando todas las inquietudes, miedos y deseos. ✨...