Mi Vida A Tus Pies ~ allxPeterParker

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- Me estás diciendo que tú marca de enlace acaba de aparecer y es por Peter porque no hay visto a otro omega desde que me fui.

- Exacto.

Bucky suspiró con el teléfono en la oreja. Todo se estaba complicando tanto.

- Bueno, eso me deja más tranquilo... así sé con seguridad que no le has hecho nada porque tú instinto animal te lo impide.

- O sea, que estabas desconfiando de mi aunque yo ya más de una vez te dije que puedes confiar en mí, ¿es así?

- Steve entiéndeme. Estaba preocupado porque tú también eres muy bestia.

- Eso no es cierto...

- Sabes perfectamente que a veces sí.

- Sabes perfectamente que no, es solo cuando estoy trabajando.

- ¿Y ahora no estás trabajando?

Steve chasqueó la lengua mosqueado con su amigo. ¿Realmente desconfiaba tanto de él?

- Steve... no te enfades por favor. Solo estaba preocupado por cualquier cosa que le pasará a Peter. Porque yo ahora siento cosas muy fuertes por él y lo sabes. Y pues tenía miedo porque yo creía que no tenías ese sentimiento por él y estaba preocupado porque yo por cualquier cosa me vuelvo loco. Y lo sabes, ¿verdad?

- Claro que lo sé.

- Pues por eso estaba preocupado. No porque tú harías algo indebido, sino más bien lo contrario. ¿Vale? No te enfades por favor. Ahora tenemos que trabajar juntos por Peter.

- Vale...

- ¿Se lo dijiste? Que te apareció la marca.

- No, aún no.

- Si tienes miedo por como reaccionará, te aseguro que él ya se habrá dado cuenta que tienes la marca. Eso los omegas lo notan también. Así que es mejor que se lo digas.

- De acuerdo. Lo haré. Me tengo que ir, vamos a preparar la cena ya. Te avisaré de todo lo que pasé.

- De acuerdo, gracias Steve.

- Sabes perfectamente que no tienes que darlas... ya no.

Bucky se rió y Steve sonrió. Los dos se despidieron y colgaron.

Bucky suspiró y se sentó en la orilla de la cama.

Tony le miraba desde una silla en la esquina. Actualmente se encontraban en la habitación de Bucky del hotel en el que se hospedaban.

- ¿Ocurrió algo?- pregunto Tony.

- Steve... le apareció la marca de enlace.

- ¿Sí? ¿Quién es el omega afortunado?

Tony aprovecho para beber de su vaso de whisky con hielo.
Bucky miró a Tony fijamente.

- Es Peter.

Enseguida Tony se ahogó con la bebida. Comenzó a toser mucho.

- No me hagas esas bromas.

- No estoy de broma.

- O sea, ¿¡me estás diciendo que el niñato logró seducir a Steve!?

- No le hables así.

- ¿No ves que algo está mal?

- ¿Que está mal?

- ¿No ves que hay mucha coincidencia que sus alfas... estén tan juntos?

- Tony, el destino es así. Por favor deja de darle vueltas.

- Joder, ahora Steve también se volverá blando.

- ¡Joder Tony! ¡Tu también te volverás jodidamente blando cuando encuentres a la persona indicada! ¿¡Qué tal si empiezas a pensar un poquito en los demás y los dejas en paz!?

- Sois unos idiotas. Los dos, tú y Steve. Sois unos idiotas y os vais a estrellar porque ese niño es peligroso, sabe cosas.

Tony se levantó de la silla dejando el vaso en la mesa que estaba a su lado y se fue hacia la puerta.

- Ya, claro.

- Mañana nos reunimos con los Romanoff y espero... que el trato siga hacia delante.

- Me da igual lo que salga Tony, no haré nada con nadie.

Tony ya había abierto la puerta y estaba dispuesto a salir cuando se giró hacia Bucky y le miró.

- Eso ya lo veremos.

Tony salió de la habitación y cerró la puerta.

Bucky solo la miró y no hizo nada. ¿A que quería referirse Tony?

Steve se quitó el teléfono de la oreja y colgó. Miró por un momento la pantalla y cerró los ojos espirando por la nariz hasta casi quedarse sin aire. Los abrió y pensó en lo que podría hacer. 

Bucky le había dicho que no habría ningún problema si se lo dice, Peter sería compresivo. Pero, ¿no sería muy rápido? Hasta hace unos días que no se dirigían la palabra. Aunque por esa regla de tres, Bucky también había ido deprisa. Stephen también.

Llevó su mano a su cara y se restregó los ojos con ella. Estaba muy cansado ahora mismo. 

¿Por qué de repente le importaba lo que el omega pensara? 

Si fuese el de siempre, simplemente se acercaría a él y se lo diría. E incluso ni eso, lo cogería del brazo, lo arrastraría a la habitación y lo haría suyo. Porque claro, ahora Peter era suyo, era SU omega. Bueno... de varios más, pero ahora solo él estaba con Peter. 

Pero Steve ahora mismo no se sentía capaz de hacerle esto al chico. Pero, ¿por qué?

¿Será su forma infantil e inocente de hablar y hacer las cosas? ¿Será por lo obediente y servicial que es? ¿Será porque le perdonó sin rechistar y sin rencor? ¿Será... por todo lo anterior?

Y si... ¿él nunca fuese como lo era antes? 

Sus hombros se destensaron y dejo caer su brazo. Su cuerpo se relajó por unos instantes. Respiró hondo y espiró despacio. 

Lo tenía claro. El omega le había hecho cambiar. Pero... ¿cómo es posible en tan poco tiempo? Steve no entendía nada, solo comprendía que realmente Peter estaba hecho para él. Y aunque ahora mismo tuviera muchas dudas sin resolver, decidió darle la inesperada noticia. 

Steve se encaminó a busca a Peter, pero no fue muy difícil. El estruendoso ruido de un vidrio romperse en mil pedazos le hizo saber al Alfa que Peter estaba en la cocina. Y no tenía un buen presentimiento. 

Decidió correr hacia la cocina pero cuando entro a la sala para llegar a la cocina, el aire su volvió totalmente pesado. Le costaba incluso respirar. ¿No será...?

Se apoyó en la pared y fue hacia la cocina. Y ahí lo vio. 

Peter estaba tirado en el suelo, hiperventilando y retorciéndose a la vez que se encogía. 

Steve cayó de rodillas a su lado e intentó hacer por todos los medios que Peter centrara su vista en la suya propia. Pero le fue imposible. Lo llamó por su nombre, lo movió suavemente de un lado a otro agitándolo, lo sentó en el suelo... pero nada funcionaba. 

Peter cogió de la camiseta al Alfa y se aferró a ella. Entonces fue que los dos conectaron sus miradas. El omega habló.

- Alfa... por favor...

Peter nunca le había llamado alfa, nadie en su vida le había llamado alfa. Eso solo podría significar una cosa. 

Peter había entrado en celo. 

- Mierda...