Capítulo 18

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Me alejé de Benjamín.

Gus me miró con una cara de no entender nada, después comenzó a reírse conmigo.

Ángeles se acercó a nosotros, no parecía estar borracha.

—¿A donde van? —nos preguntó poniéndose al frente de nosotros, deteniéndonos.

—A tirarme de un puente —hablé feliz—, ¿quieres venir?

—Nooo —alargó Gus—, vamos a alcoholizarnos más. Además aquí no hay puentes Laura —hizo puchero.

—No —negó Ángeles frunciendo el ceño—. Quédense aquí y beban con nosotros —sugirió, se veía taaaan bonita y llorando por un estúpido. Agarró la mano de Gus y la mía llevándonos cerca de la fogata.

—Es que la zorra de Benjamín me quiere pegar —susurre riéndome.

—Te defenderé —me dijo Ángeles obligándonos a sentarnos en el piso—. Él llegó como hace una hora con ella y Alex.

—Esa chica a estado con él desde hace meseees —alargó Gustav contándome.

Lo pellizqué, —¿Por qué no me lo contaste?

—¡Auch! —se quejó—. Porque él siempre dice que ella no es de importancia —enfatizó.

Regresé a ver a Benjamín, él junto con la zorra y Alex estaban sentados al frente de mi pero no podían escuchar lo que decía porque estaban lejos.

Benjamín me miró cabreado y voltee mi mirada sin caerle caso.

—Tuuuu —señale a Ángeles y ella me miró—, aún no tomas conmigo.

Arrebaté la botella de las manos de Gus y la abrí.

—Todos abran sus boquitas —ordené con voz alta abriendo bien mi boca—, que ustedes no están ni la mitad de borrachos de lo que estoy yo.

Me levanté y empecé con Ángeles.

—Di "aaaa" —le ordené exagerando y riendo un poco.

Ella abrió la boca y subió la cara, volteé la botella dejando caer el alcohol. Tambalee mi mano para que caiga más, después de unos segundos la vire quitando de su boca.

Ángeles hizo una mueca.

—Te toca Valentina —avisé dando un paso hacia ella—. A ver esa boquita. Y quién se niega bebe doble —dije y me apoyaron haciéndome barra.

Hice lo mismo con casi todos, antes de que me tocara ir con Benjamín hice que se acabara la botella.

Después hicieron lo mismo pero otra persona y está vez mezclaron el alcohol con otra cosa más.

Pusieron penitencias para las personas que no querían beber, los hacían beber pero tenían que hacer otra cosa más.

Había pasado ya como media hora creo y la cosa estaba más prendida.

¿Seguía borracha?
Definitivamente si.

¿Más que antes?
Tal vez.

Pero aprendí un truco para que no te emborraches más o se te baje.

Vomitar por tu cuenta.

Gus estaba más borracho y dos borrachos juntos solo nos perderíamos en el bosque, decidí que me acompañe Ángeles.

—Ángeles —la llamé—, ayúdame a levantarme. Ven-ven conmigo, vámonos.

No me hizo caso o no me escuchó.

Mi No Tan Terrible VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora