17: Besos

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El hospedaje de los Riley se dio sin mayores contratiempos en un bonito hotel de pintas antiguas, una representación ferviente de la historia irlandesa con elegantes instalaciones rústicas y un servicio envidiable, el matrimonio Riley se disculpó antes de dirigirse a su habitación alegando que antes de viajar tuvieron una junta muy pesada que los dejó exhaustos y querían descansar antes de salir a conocer los alrededores, Faith amenazó una vez más al pelirrojo antes de buscar su cuarto para enviar un mensaje a su novio y cambiarse de ropa; Lukas prometió a Logan ayudarle a buscar un conjunto bonito para salir a pasear, así que ambos gemelos también se encerraron en su respectiva habitación dejando así, solos al par de enamorados.

-tendrás que descansar también ¿no?-el irlandés volteó a ver a su amigo-vendré a verlos después ¿sí?

El pelinegro ni siquiera se tomó la molestia de contestarle, lo tomó de la muñeca para empezar a arrastrarlo por los pasillos hasta llegar a un pequeño balcón cerca de la habitación del mayor.

-¿qué te pasa?-Akira se soltó-no me jalonees así

-quiero mi regalo por haber venido hasta aquí-demandó el de orbes grisáceos-

-sabes, mi dinero no es suficiente para llevarte a Disneyland, te dije que podías arrepentirte-le dijo el pelirrojo, frunciendo el ceño-

-no hablo de eso-negó el más alto-

-qué alivio-el mitad japonés rio-pensé que me quedaría pobre antes de ser mayor de edad

-quiero un beso, Akira-terminó por decir Kenzie-¿tanto te cuesta entenderlo? ¿quieres que te lo diga en japonés acaso?

-podrías intentarlo-el menor sonrió burlón-

-daisuki-le dijo con autosuficiencia el pelinegro-

Daisuki: a tus amigos y a la persona que te gusta.

-Akira puso los ojos en blanco-también te quiero, baka. Ashiteru.

Ashiteru: cuando tienes una relación seria con esa persona especial.

-¿Qué? Aguarda ¡No sé qué significa eso!-se quejó el de orbes grisáceos-

-ya vete a tu cuarto-el pelirrojo apuntó al pasillo-volveré luego

-no-respondió el más alto, acercándose al menor, acorralando contra la pared-

-aléjate, quiero mi espacio personal de vuelta-gruñó el irlandés intentando parecer intimidante mientras el británico lo tomaba por la cintura-

-que malo eres-Kenzie formó un puchero con sus labios-ni en mi cumpleaños puedes ser amable

-soy muy amable-el de ojos celestes suspiró-Kenzie nos pueden ver

-a mí no me importa sinceramente-el de cabellos azabaches se encogió de hombros-te he dejado muy claro que te extraño mucho cuando estamos separados. No sabía que querer a alguien podía doler si no le tenías cerca pero, si tengo que verte cada dos o tres meses siendo la recompensa tu sonrisa aceptaría esto una y mil veces

-como hablas-murmuró un avergonzado Akira-enserio, como hablas

-digo lo que siento-le dijo el británico-

-el irlandés sonrió-lo sé. Ven aquí, tonto-dijo para enseguida abrazar por el cuello al contrario y besarlo-

Un beso torpe e inexperto, lento y sin prisa, cargado de sentimientos puros y sinceros. 

Un momento donde solo existían ellos, donde se dejaban llevar por la suavidad de aquella caricia, aferrándose al cuerpo del contrario, buscando esa seguridad que les decía, esa que les gritaba que, estar juntos era el camino hacia su felicidad, esa que prometía que de la mano del otro jamás volverían a perder el camino de vuelta a casa, a la mirada de su amado.

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