ᴍʏ ʀ

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Lunes.

Estaba en clase como siempre, era un lunes muy caluroso, el verano se acercaba y no faltaba mucho para graduarme, aunque no me interesa.

De maestro en maestro, las horas pasaron rápido y ya era hora de irse a casa, me quedé solo en el salón escribiendo un testamento.

Guardaba mis libretas en mi mochila con tranquilidad mientras miraba la ventana donde se veía el cielo anaranjado y mis ojos púrpuras brillaban.

Hoy es el día.. Subí las escaleras de la azotea del colegio.. Pero antes de quitarme los zapatos, vi una chica al otro lado de los barandales en la punta viendo el abismo.

Era una niña pequeña de cabellos largos y rubios, tenía pasadores que decoraban sus cabellos dorados y en sus puntas tenía morado y rosa.

Rápidamente de mis labios salio un grito, así llamando la atención de la pequeña.

- ¡No lo hagas! - exclamé sin pensar y cerré mis puños con fuerza mientras me quedaba viendo a la niña, aunque eh de admitir.. Que me da algo de coraje que antes llegara primero.

La niña volteo a verme con lágrimas en los ojos, haciendo un sonido de sorpresa y bajando del barandal.

La reconocí, la niña es llamada Zoe, de primer año y nuevo ingreso, ella solía hablar con los chicos de segundo y último año, es muy tierna con todos..

Pero no se que hace ella por aquí.. Pero me accedió a contarme.

- Pensé que el sería mi amor.. Pero al parecer no fui suficiente para el.. - la niña se hizo bolita y escondió su rostro entre sus rodilla mientras sollozaba.

Yo, con enojo en mi garganta le grité:
- ¡No lo puedo creer que por esas cosas estés aquí! ¡Nunca te han robado lo que amas!

La niña me miró, se limpio sus lágrimas y sonrió con sus cejas arqueadas - Gracias..

Zoe se levantó y me miró - Después de hablar me siento mucho mejor.. - camino a la puerta y se fue, dejando la azotea en silencio, solo escuchando el cantar de las aves y los autos pasando.

Supongo que debería hacer lo mismo.. Volver a casa por hoy.







Martes.

Llegue al colegio temprano, mientras cargaba con mi mochila gris y mi suéter negro cubriendo mi uniforme y unas benditas en mi mano.

Al llegar, note a los demás estudiantes de diferentes grupos y edades, en grupos o en parejas, lo normal supongo.. ¿Desde cuando es así?

Hoy era un largo día, había que arreglar el club de jardinería, limpiar el salón de informática y tomar todas las clases puntuales.

Mientras recortaba los arbustos, siempre sentía miradas sobre mi, como si detestar mi presencia fuera costumbre, aunque no hubiera nadie allí, así lo sentía.

De nuevo, terminó la clase de idiomas, la última del día de mi último día.

Subí las escaleras como ayer, esperando mi oportunidad de saltar.. Pero había otro problema, al parecer esto es mas común de lo que parece. Aunque tampoco quiero ser la excepción.

Era un muchacho de una trenza larga con un mechón azul en su cabellera negra, se veía adelante del barandal y su pesada guadaña estaba en el suelo.

ᴍʏ ʀ [ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛ] ᴀᴘʜᴇʟɪᴏꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora