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Pero odiaba que hubieran días en que aborrecia lo que eramos.

Era como sí amaba un dulce pero padeciera de azúcar.

Fue el único ejemplo que se me ocurrió jeje.

Leía post como el anterior en el que me sentía totalmente identificada.

No eran novios, no iban a serlo nunca, no por falta de ganas si no por falta de interés. Se veían a ratos, eran felices en algunos momentos puntuales, Uno de ellos solía ser los fines de semana, cuando la veía en alguna fiesta, y casi siempre a las 5 o 6 de la mañana. Buscaban el calor, la pasión,no buscaban amor, ni relación estable, al menos uno de ellos.
Él era libre, como el viento, como los pájaros, volaba de un lado a otro y de vez en cuando necesita posarse en algún sitio. A veces buscaba otro calor, otra cama y otras sabanas que no fuera las de ella. Ella era diferente, no necesitaba a nadie más, solo lo necesita a él, le daba igual cuanto durara el amor entre ellos, porque ella se agarro a que el significado de la palabra amor no llegaba a nada más de lo que ellos dos tenían. Ni más ni menos, ratos de pasión y quizás alguna que otra noche completa, pero a la mañana volvía la pesadilla, los mensajes a destiempo, o incluso mensaje sin responder.
Ella se enfada, pero lo hacia con ella misma, le volvía a decir que no la volviera a molestar, que si esa era su manera de querer, que no la quisiera. En realidad era mentira, ella deseaba que su móvil volviera a sonar, aunque fuera a las 5 de la mañana. Quiso pensar que no había otra manera de querer. La cosa seguía, pasaban los meses y entre ellos no cambiaba nada, él era de muchas, ella solo de uno. Le encantaba pasar noches a su lado, lo miraba mientras él dormía, no se explicaba como lo podía querer tanto. Ella sabia que él la quería, pero ese amor loco ella no lo soportaba. Pensó que seria mejor terminar toda esta aventura que la tenia loca, esta vez de verdad.

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Solo que yo, todavía no tenia ese valor de poner un alto a esto.

Tenia 3 opciones.

La primera, era confesarlo todo arriesgandome a perderlo o quizás de una vez tenerlo realmente.

La segunda, era callar y seguir aceptando lo que eramos, dejar todo a como esta.

La tercera, es irme sin dar marcha atrás, sin decir nada y alejarme de una vez; quererme de una vez, tanto como para ya no correr a sus brazos cada vez que me llamará.

(1) Etapa "Lo que él no sabe" (Ikian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora