Arvel:
Estaba viviendo una clase de sueño junto a Candace.
Cuando ella salía del trabajo, la mayoría del tiempo iba por ellos aprovechando que por fin había juntado el dinero suficiente para comprarme un auto. Le estaba tomando demasiado cariño a esa especie de rutina, Marshall y Candace conversaban durante todo el camino y me encantaba que así fuera porque me distraían un poco de los problemas del trabajo.
Cuando llegábamos a su casa, Marshall nos dejaba solos y aprovechábamos para decir cosas muy tiernas. Y, antes de que Candace se bajara del auto, me besaba.
—Nos vemos mañana —decía.
—Ten dulces sueños.
—Tú estarás ahí —sonrió—. Por supuesto que lo serán.
Al estar acostado en mi cama trataba de dormir, pero los pequeños momentos con Candace seguían en mi cabeza y me era imposible conciliar el sueño. Era de esas veces en que la realidad es mejor que los mismos sueños.
En especial porque parecía que esa última oportunidad si estaba funcionando. Por eso años atrás no pudimos estar juntos, porque aún no era tiempo. Y ambos lográbamos entender las razones.
*
El fin de semana, Jude realizó una pequeña fiesta para celebrar su cumpleaños. Candace y yo entramos con las manos entrelazadas, lo que provocó muchas miradas curiosas a nuestro alrededor. Tuve un poco de miedo cuando mi mirada se encontró con la de Rory, pues él seguía siendo muy sobreprotector con su melliza, pero mi sorpresa fue enorme al ver que no fue así y continuó platicando con Bob.
—Puedes respirar tranquilo, Arvel —me susurró Candace.
—Creí que me golpearía.
—No lo hará, tú tranquilo. Él y yo tenemos una conversación pendiente.
La miré sin comprender, pero ella solo se encogió de hombros. Le ofrecí un vaso con refresco, el cual aceptó.
—Quiero hablar con tu hermano y tu papá.
—¿Sobre qué?
—Sobre lo nuestro, me gustaría decirles que mis intenciones contigo son buenas.
—Ellos ya lo saben, en especial Rory.
—No lo sé —hice una mueca—. Quiero hacerlo.
Candace rodeó sus brazos alrededor de mi cuello. Me quedé hipnotizado viendo sus ojos, amaba el brillo tan hermoso que tenían.
—Eres especial, Arvel.
Depositó un pequeño beso en mis labios y después se separó de mí. Al escuchar como saludaba a Jude entendí porque lo hizo. Ambos la felicitamos y le entregamos un regalo, ella los tomó con una sonrisa enorme y nos abrazó con efusividad.
Pasamos a comer y juro que nunca me había sentido tan feliz. Disfrutaba la compañía de mis amigos de toda la vida, y lo mejor de todo era que la persona que amaba estaba a mi lado.
El resto de nuestra velada consistió en todos comiendo o bebiendo, eso sí, cantando a todo pulmón las canciones que Jude había elegido y salían de las bocinas a un volumen alto. Al sonar la canción que tanto me recordaba a Candace, la tomé de la mano y guie para bailar. Coloqué mis manos en su cintura y ella me rodeó. Bailamos al ritmo de la canción lenta, sin decir una palabra, pero al pasar los segundos, esto se hacía más difícil.
—Quisiera estar así contigo, las veces que sea necesario.
Candace sonrió y sus mejillas enrojecieron.
—Nada me gustaría más.
Le di un beso en la nariz y continuamos bailando en silencio.
*
No sabía qué hora era, ambos ya estábamos cansados, aunque los demás parecían tener la intención de continuar la fiesta hasta el amanecer. Candace se encontraba sentada a mi lado, su cabeza reposaba sobre mi hombro y sus ojos casi se cerraban solos.
—¿Quieres irte a casa? —le susurré.
—No quiero molestar a Marshall, parece que la está pasando bien.
La miré con ternura, ella estaba cansada y dispuesta a esperar a su amigo para no dejarlo solo.
—¿Por qué no te quedas a dormir conmigo esta noche?
Sus ojos se abrieron rápidamente, parecía que por fin el sueño la había abandonado.
—¿Tú y yo?
—Sí, no tiene nada de malo. Somos dos adultos responsables.
Lo pensó por un par de segundos, luego me miró y asintió. Ambos salimos de la fiesta sin despedirnos, minutos después llegamos a mi casa y subimos a la habitación. Y, en cuanto Candace puso su cabeza en la almohada, se quedó dormida. La tape con una frazada y salí de la recámara para irme a dormir yo también.
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Siempre fuiste tú ✔
Fiksi RemajaCandace Delaney y Arvel Winslow han sido amigos casi toda su vida, ambos pueden deletrear sus aventuras o callar cuando se trate de sus travesuras. Candace está enamorada de Arvel, y Arvel está enamorado de Candace. Solo que ninguno sabe sobre dich...