El peligroso modo neko - ken

Confrontando La Verdad

Muy temprano por la mañana, Ranma se levantó con mucha hambre.  Había tenido un sueño reparador.

–¿como llegué a mi cama? – seguro nuevamente me volví a desmayar –razonó Ranma.

Su padre seguía durmiendo plácidamente, roncaba fuertemente. Estaba acostumbrado a no  trabajar y ser mantenido por los Tendo. Valiéndose del compromiso de Ranma con Akane. Al sentir mucha hambre Ranma se levantó, para lavarse la cara, para después irse a la cocina.

– buenos días Kasumi –saludo Ranma bostezando.

–buenas días Ranma –contestó Kasumi, mirándola dulcemente.

–tengo mucha hambre –dijo Ranma –. Su estómago sonó fuerte de hambre.

Las dos se rieron de la situación, la muy amable de Kasumi, le sirvió un desayuno bien abundante.

–gracias Kasumi –dijo Ranma, mirándola agradecida.

–es un gusto –contestó con sinceridad Kasumi.

Se dirigió al comedor para degustar su rico desayuno. Últimamente tenía más hambre de la habitual. Estaba comiendo muy a gusto, cuando apareció Nabiki, por detrás suyo.

–qué madrugador eres Ranma –dijo Nabiki asustándola.

–oye no me asustes tan temprano –gruñó Ranma.

–cálmate cuñadito –dijo burlona Nabiki.

Se sentó en frente suyo mirándola de reojo.

– ¿Ranma por qué ayer te desmayaste? –preguntó Nabiki.

–¿como sabes eso? –respondió con una pregunta, muy sorprendida .

–ayer te vi, cuando te desmayaste en el jardín –contestó Nabiki.

–no lo sé, de repente me sentí mareado y me desmaye –dijo Ranma suspirando.

–aya –, ¿y qué te dijo el médico el otro día? –volvió a preguntar Nabiki –. Nabiki se moría por hacerle preguntas a Ranma, desde qué la pelirroja, volvió a casa. No desaprovecharía, está oportunidad  qué estaban solas, para hacerle preguntas.

–nada importante –contestó Ranma.

– anda no seas así, cuéntame lo qué te dijo –rogó Nabiki.

–buenos días Nabiki –dijo Soun.

Soun interrumpió la conversación  apropósito, Nabiki se sintió decepcionada, al no poder sacar más información de Ranma.

–buenos días papá –dijo Nabiki suspirando.

–buenos días señor Soun –saludo Ranma –. Estába contenta, con la interrupción de Soun.

–buenos días muchacho –contestó Soun sonriendo.

Después el resto se sentó también a desayunar. Akane miraba preocupada a Ranma. Pues casi era la última, en sentarse a desayunar siempre y ahora la había encontrado desayunando, antes qué ella.

–¿Ranma hoy irás a clases? –preguntó Akane.

–todavía no, Akane –respondió secamente.

Dio las gracias por el desayuno y subió a su cuarto. Aunque trataba de aparentar estar bien, tenía un aura deprimente. Qué todos en la mesa lo notaban, pues Ranma mayormente, era un chico alegre y lleno de energía. La menor de las Tendo, incluso empezaba a extrañar, sus constantes peleas infantiles. Sentía en su corazón, qué lo estaba perdiendo y eso le causó un gran dolor en su alma.