Dia "¿Quien lleva la cuenta?"
Ella estaba en el rincón que solía ser su habitación, guantes desgastados, cubrebocas sucio y viejo, "Pueden durar una semana más" pensaba, pero sabía que era mentira, el virus es más potente que esos artefactos. Tenía que sobrevivir para poder llegar a su madre, tenía que encontrarla, viva o muerta, si viva para protegerla y si muerta para darle una sepultura.
Se levantó de su cama, enfrente de ella estaba su escritorio, el escritorio donde estudiaba, si ella era foránea, vivía en Guadalajara y estudiaba en Puebla. Licenciada en Ciencias Políticas, eso era lo que ella quería ver el día de su graduación, 2 meses faltaban, tesis terminada, estaba lista para regresar a su hogar.
La nostalgia invadía su cuerpo siendo reemplazada por rabia e impotencia, no llegó a tomar el último autobús a su hogar, por el teléfono sollozos se escuchaban de su madre afligida. Hace dos semanas dejó de recibir llamadas, no hubo aviso, simplemente un día dejo de sonar el teléfono.
Decidida tomó su mochila y metió cosas al azar, desde el inicio de la epidemia reservo todo lo que necesitaría en caso de tener que salir huyendo, este era el momento, había llegado la hora, tenía que regresar a casa.
Guantes nuevos, cubreboca nuevo, mochila en hombros y una pequeña maleta extra era lo que la acompañaría en su largo viaje, tomó las medidas de seguridad sanitaria y salió del apartamento, la calle solitaria, era fácil de manejar con las calles vacías. Y así inició su viaje.
...
Una semana pasó, la gasolina se había terminado a los 3 días de empezar el viaje, tuvo que dejar el carro abandonado a 100 kilómetros de su destino, durante su viaje ella espero que el celular volviera a sonar, no lo hizo, continuó su viaje a pie, habría llegado a su hogar hace dos días si no la hubieran intentado robar y violar, peleó contra esas personas, los mato, qué más daba quitar una vida, miles de vidas se habían perdido y a nadie pareció importarle.
Su pantalón tenía sangre y su cabello parecía caerse por la tensión, las provisiones estaban apunto de acabarse, no faltaba mucho, unas dos calles más y regresaría a su hogar.
Los pies le dolían, el cansancio ya era extremo, pero no podía rendirse, a lo lejos ya visualizaba su casa, aquel techo que en su momento detesto, por fin, llegó estaba enfrente suyo.
Intento abrir la puerta, del nerviosismo le era imposible incluso sujetar con firmeza la llave, respiro ondo, se relajo un momento y logró abrir la puerta, entró desesperadamente, las piernas le temblaban del miedo, ¿miedo? ¿de que?, quizá de encontrar a su madre muerta, o de no encontrarla, subió las escaleras y abrió la puerta de la habitación de su madre, la cama estaba destendida un bulto se veía en ella, quitó las cobijas pensando lo peor pero no había nadie solo era un monto de ropa debajo de las cobijas. Buscó por toda la casa pero nada, no había señal de alguien hablándola recientemente.
No había nada ni un cuerpo o una persona alrededor, un ruido la sobresaltó, era su teléfono, estaba sonando, después de casi un mes de no escucharlo, en la pantalla "Mama" aparecía insistente. Contestó, esa voz que había extrañado tanto estaba al otro de la línea. "Ven al sótano" escucho, y corrió hacía él, ahí estaba, después de tanto ahí estaba, por fin la había encontrado, siguiendo el protocolo de seguridad su madre desinfecto todo antes de abrazarla y entrando rápidamente observo a otras personas, ninguna cara era conocida, todos con ropa vieja y con miedo, la madre le presentó a cada una de las personas, entre ellos se apoyaban, se turnaban para ir en busca de comida, medicamento y entre otras cosas. Persona que encontraban, persona que rescataban.
Y así se formó esta comunidad, gracias al famoso COVID-19 o coronavirus, así se formó esta gran familia, llena de desconocidos con mi viaje hasta mi hogar.
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Te buscaré
Science FictionUna chica atrapada en una ciudad desconocida cuando empieza la pandemia, ella deberá buscar a su madre.