Los días contigo ⚘ 𝘀𝗮𝗼

S t a r K i n g

一Imagino, que estoy hablando con Higa-san...

La voz que se escuchó sorprendió profundamente al hombre frente a la pantalla de la computadora. Primero, porque parecía ser conciente de quién era en realidad, no, lo que era en realidad. Segundo, porque Takeru Higa, tal vez nunca llegó a esperar escuchar un tono así de alguien tan joven como Kirigaya Kazuto, un tono cansado, completamente serio, maduro, y melancólico.

Probablemente se lo tuvo que imaginar al ver lo ojos de Kirito al salir de Underworld. Unos ojos con bastante profundidad de experiencias durante doscientos años de vida, de alguien que ha vivido mucho más de lo suficiente y fácilmente lo podría saber todo. Pero también, aquellos ojos eran como un oscuro abismo sin retorno ni final.

Fue aterrador el solo verlos.

一A-así es 一respondió el hombre, nervioso y con un latente temor por lo que podría pasar debido a su desición.

一No me borraste. 一Esa voz de Kirigaya siguió hablando, sus palabras se sintieron como un regaño para el desarrollador que solo pudo cerrar sus ojos y tragar pesado一 Mejor dicho, me copiaste.

一No podía... ¡no podía borrarte! ¡Eres la primera fluctlight que aguantó doscientos años! No, ¡eres el primer ser humano que más tiempo vivió!... No podía borrarte, ¿no crees, Kirito-kun!

Ese tipo de excusa ya se la esperaba el rey, más bien, era una afirmación a lo último que quería que ocurriese y desgraciadamente era la más probable a suceder.

Él fue copiado.

La existencia del gobernante de Underworld, Star King, había sido copiada en vez de eliminada.

El rey tuvo que cerrar sus ojos y resignarse en silencio.

一... Me planteé que esto podría pasar. Higa-san, ¿sólo copiaste mi fluctlight?

一Sí... Solo pude copiarte a ti.

Fue entonces cuando destellos de recuerdos pasaron por él y lo llevaron irremediablemente hasta su reina.

Fugaces como cometas.

一Ya veo.

Cometas que pasan y nunca más vuelven.

La diosa Stacia ya no estaba. Star Queen ya no estaba. Su Asuna ya no estaba.

Por supuesto, era lo más esperado después de todo, y se suponía que ya se había preparado mentalmente en Underworld si en verdad la situación llegaba a suceder.

Pero dolía.

Dolía saber que no estaba.

Dolía saber que ahora estaba solo y nunca más la tendría a su lado.

Dolía saber que su luz fue extinguida.

Y desde ahí (¿a quién engaña? Desde el inicio de la charla mas bien) empezó a extrañarla.

La sonrisa de ella revivía en su memoria, como miles de momentos que pasó a su lado, en los segundos que permaneció en silencio poniendo inquieto a su interlocutor.

Ya no podía hacer nada.

Pero no lloraría.

一Lo hablé con la reina... con Asuna. 一Decir su nombre, fue como un golpe.

Inevitablemente sonó nostálgico aunque quería evitarlo.

一Pensamos en que hacer si sucedía esto...