Dos años después...
-¡Greco Rodriguez!-
Entraba por la puerta de comisaría un omega molesto y con un vientre notorio.
Los policías que se encontraban hablando algo con el comisario Greco frente a la armería, se hicieron a un lado cuando el inspector jefe Gustabo se acercaba con una bolsa en mano.
–Cariño–
Dijo nervioso Greco recordando finalmente lo que sentía que olvidaba.
El almuerzo que su esposo le había preparado.
–Olvidaste tu almuerzo, de nuevo–
Dijo en un puchero Gustabo, mientras le entregaba la bolsa que contenía un topper con comida, cubiertos y servilletas.
–¡Ya van tres veces!–
Dijo jalandole la oreja a su esposo.
–¡Perdón cariño, nuevamente llegaba tarde!–
Dijo en un quejido, para seguido sobar su oreja cuando su omega lo había soltado.
–¿Pero qué pasa aquí?–
Se escuchó la voz del Superintendente que llegaba al lado de los agentes que miraban la escena, levantando una ceja al ver a su cachorro en cinta regañando al comisario de barba.
–Papá, ¡Greco dejó su almuerzo de nuevo!...ya no sé si realmente se le olvidó o no le gusta lo que preparo–
Dijo mientras sus ojos se inundaban de lágrimas, alarmando al de barba.
–¡No mi amor, me encanta como cocinas!–
Mientras Gustabo intentaba no sollozar y Greco hacer que dejara de llorar, los policías alrededor se miraban entre ellos sin saber que hacer, mientras el Super negaba.
Durante el tiempo transcurrido, el alfa y omega habían contraído matrimonio, dónde tanto CNP y ex mafia habían asistido a la boda, y por supuesto, a la fiesta.
Luego en luna de miel, teniendo el resultado de su amor luego de esa noche, un bebé en camino, que actualmente tenía 5 mesesitos en el vientre de su padre omega.
Fue noticia que había alegrado a todos, sobre todo a la pareja cuando lo comprobaron.
–Haber, todos a hacer 10-33 cagando ostias–
–¡10-4!–
Rápidamente se comenzaron a ir dejando al Superintendente, Greco y a Gustabo que ya estaba más calmado.
–Iré a vestirme–
Dijo Gustabo regresando a su carácter normal, las hormonas del embarazo le pegaban fuerte.
–Hijo, creo que ya deberías tomarte el descanso de embarazo–
Propuso el Superintendente.
–Todavía queda para eso–
Dijo seguro de sus palabras el rubio, entrando por la puerta de vestidores.
–Cada vez sus cambios de humor son más frecuentes–
Murmuró Greco.
–Si...bueno, a trabajar–
Le palmeó el hombro dos veces al comisario regalandole una sonrisa, retirándose a su despacho.
Greco sonrió y entró a los vestuarios, viendo a su esposo quitándose su camiseta para ponerse la del uniforme.
Se acercó a él para abrazarlo por la espalda interrumpiendo que se pusiera el uniforme, besando con dulzura la marca en el cuello de su omega.
–Greco–
Dijo con una pequeña sonrisa, mirando como las manos de su alfa se posicionan en su vientre, acariciandolo.
–Te amo tanto–
Murmuró dándole más besitos en el cuello.
–Yo también te amo tanto, te amamos tanto–
Susurró dándole un beso en la mejilla.
–Anda, suéltame para terminar de ponerme el uniforme–
El de barba asintió dejando que se terminara de vestir su omega.
Gustabo era encargado de recepción desde su embarazo, pues el se negaba a dejar de trabajar pero obviamente ya no podía asistir a persecuciones o códigos 3, era demasiado peligroso, aparte, los civiles nunca hacían revuelto al saber que el que tomaba las denuncias estaba en cinta, para así no estresarlo, muy considerados la verdad.
En cambio Greco acudía a todo como siempre, separándose en el trabajo.
Pero al final del día, volvían a casa juntos, contándose mutuamente cómo les fue en el transcurso del trabajo, llendo a cenar a algún lugar o cocinando en casa, tomando ambos un baño colocándose el shampoo mutuamente y para finalmente, descansar en posición de cucharita, siempre acariciando el vientre del omega.
Una pequeña familia.
[•••]
4 meses después...
–Cuando crezca será la primera persona en decirle abuelo al abuelo sin recibir un porrazo–
Dijo con emoción Horacio, quien se encontraba en la sala de espera del hospital junto a Jack, Michelle y Greco que poco más y desgastaba el piso de estar dando vueltas.
–Capullo–
Gruñó el Super.
–Greco por Dios sientate, que todo saldrá bien–
Trató de calmar la única mujer presente al esposo de su sobrino.
–No puedo estoy nervioso–
Dijo comenzando a dar la vuelta más grande.
–Joder–
Murmuró Michelle.
–¿Familia de Gustabo García?–
Los tres que seguían sentados se pusieron de pie casi en un brinco, y Greco dejó de dar vueltas.
–¡Nosotros!–
[•••]
Entraron en la sala, viendo a Gustabo que mantenía en brazos a su cachorro envuelto en mantas de color azul pastel.
Un niño.
Rápidamente y con cautela Greco se acercó, dejando detrás de él a un llorón Horacio al ver a su mejor amigo con su bebé finalmente en brazos, a un Jack con muchas emociones a flor de piel eh intentando no llorar, y una Michelle que admiraba las mantitas azules con una adoración increíble.
–Amor–
Susurró Greco, dándole un beso en la frente a su cansada pareja.
–Greco–
Dijo en un susurró con una bella sonrisa y pequeñas lágrimas en sus ojos.
El alfa descubrió un poco la manta del rostro de su hijo, dejando ver una carita realmente angelical.
–Mi cachorro–
Susurró sonriendo con infinita felicidad.
–Felicidades, el bebé está muy sano y fuerte–
Felicitó la doctora Lara apunto de llorar de igual forma, pues Gustabo había sido su paciente desde que era un pequeño de 11 años.
Los ahora padres sonrieron.
Eran una pequeña familia, una familia feliz.
Fin del final¹: Grecostabo
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Maravilloso, espectacular, golazoooo <3
AaaAaAAAaAAaaAaaHhhHHhH
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El Hijo Del Superintendente ≠Gustabowl≠
Fanfiction•°Jack Conway después de un código 3 exitoso, encuentra a un niño omega en situación de calle y que necesitaba ayuda. ≈Gustabowl≈ @La imágen en portada no me pertenece, créditos a su respectivo autor/a.