Pasé semanas encerrada en uno de los cuartos de la cabaña de Erza, llorando a mi familia ¡Ahora oficialmente soy huérfana! ¡Que lindos días de "fin de guerra"! Pensaba sarcásticamente. Erza me llevaba comida todos los días, y estaba muy atento conmigo y quería compensarlo, digo ¡Soy una extraña en su casa! y aún así me cuida, claro eso no significa que me fíe de él pero hay que admitir que si se ha ganado mi respeto. Todo este tiempo he estado en un duelo por mi pérdida, pero creo que en este momento estoy lo suficientemente cuerda como para siquiera mirar a los ojos a alguien ¡Sí! Hoy voy a salir y ayudar a Erza en todo lo que pueda.
Me levanto y enseguida entra Erza, al verme con mejor ánimo me sonríe, le pido apenada si tenía algo de ropa pequeña que pudiera usar ya que la mía estaba rasgada y sucia, este tuerce los labios pensando, no se si tenga algo ya que él mide maso menos 1.87 y yo la última vez que me medí daba 1.65, además de que el era musculoso y yo un palito, había mucha diferencia pero aún así tengo fé.
- Mmmmmmm, creo tener algo.
Se voltea y me mira de arriba a abajo, cosa que me hace sonrojar.
- Estoy casi seguro de que no te va a quedar pero es lo más pequeño que tengo, en tal caso lo podemos arreglar para que quede más a tu medida.
- ¡Gracias!
Erza se va y yo me entro a bañar, fue relajante ya que durante semanas no había hecho más que llorar y comer poco, el baño resultó reconfortante subiendo aún más el ánimo -dentro de lo que la situación me lo permitía- pensé, torcí los labios.
- Meh.
Dije con desdén sacando esos pensamientos de mi mente ¡Nada me haría perder mi fuerza hoy! Estaba decidida y nada ni nadie me iba a hacer cambiar de opinión.
- Maya, te dejo la ropa al pié de la puerta.
- Ok, gracias.
Terminé de bañarme, me vestí y salí del cuarto mejor de cómo había entrado semanas atrás. Busqué a Erza con la mirada, lo veo en su estudio tratando de crear una de sus mezclas extrañas y hacer cosas de magos, me le acerqué y lo toqué para que me viera. Este se voltea y lo primero que hace es ver si su ropa me quedaba. Subo los brazos y doy una vuelta modelando mis nuevas ropas.
- Bueno... Se puede arreglar -Dice apoyándose con un puño en sus labios-
Bajo los brazos y cojo una silla para sentarme a su lado para ver qué está haciendo.
- Oye, Erza mira... Gracias por todo, enserio me has ayudado más de lo que pensé.
- No hay de que -Dice restándole importancia-
- Por ende, quiero ayudarte.
Este frunce el ceño y me voltea a ver, al darse cuenta que lo que digo va en serio alza una ceja y dice.
- ¿Y cómo planeas ayudarme?
- Bueno no se mucho de magia pero soy buena negociante y delivery, digamos que soy algo como multitareas -Dije guiñando un ojo-
Al escuchar mi respuesta se ríe a carcajadas, tanto que logro ver una pequeña lágrima escurriendo en su mejilla derecha. Lo contemplo desconcertada y mirándolo como un bicho raro.
- Vaya, vaya, eres más cómica de lo que pensé. Está bien, tú trabajas para mí a cambio de una estancia temporal en mi casa.
- Perfecto, voy a ahorrar y conseguir otro trabajo también, así pues veré que hacer después -Dije restándole importancia-
- Bien, tus trabajos diarios se concentrarán en traer recados y pedidos míos, ordenar la casa y hacer la comida. Este es el camino.
Erza me enseña con un mapa por dónde debo y no debo pasar. Bueno no esta tan mal, puede ser peor... Eso creo.
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Veneno
RomanceMaya es una chica que tras haber logrado conseguir la paz, lo perdería todo de un momento a otro ¡Pero no todo es malo! Es rescatada por un hombre misterioso que termina siendo un mago, cosa que a ella le perjudicará en un futuro, pues Maya bebe sin...