Artys Arryn, nacido de un halcón, criado por lobos, obligado a madurar por leones y ciervos, testigo de como rosas y krakens buscan día a día obtener más poder y de como en la lejanía los rugidos de los dragones se oyen cada vez más cerca...En concl...
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Artys contemplaba por la ventana del carruaje los árboles, los pájaros, los ríos...un paisaje que, más que entretenerlo, le aburría. Estaba decepcionado, a él le gustaba Desembarco del Rey, allí podía ocupar su tiempo explorando la Fortaleza Roja, entreteniéndose con algunos hijos de nobles, o con el propio príncipe, que apenas tenía seis años pero ya exigía y demandaba sus caprichos como un rey de décadas de gobierno. Pero, lo más importante, pasaba tiempo con su padre.
Cuando Artys vivía en el Valle recibía constantes visitas de su padre, siempre iba apresurado, sus momentos a solas escaseaban conforme el tiempo pasaba, en algunas ocasiones había oído a los Lores decir que eso era fruto de la despreocupación que el rey tenía hacía el reino, era una excusa que aplacaba su desilusión.
El viaje se le estaba haciendo eterno, a pesar de compartir carruaje con Ser Corbray, por exigencias del joven Arryn.
Ser Lyn Corbray era un hombre delgado y de pelo largo, se caracterizaba por tener muy mal humor que se suavizaba cuando estaba en compañía de Artys.
Lyn Corbray luchó a favor de los Targaryen durante la Rebelión de Robert, poco antes de finalizar la guerra cambio de bando, recibiendo así un indulto al terminar. Su valía en el campo de batalla seguía siendo recordada por algunos.
El pequeño Lord se había acercado a ese hombre de rostro implacable a muy corta edad, justo en el momento que descubrió la espada de acero valyrio que poseía, Dama Desesperada, que llevaba en su casa des de tiempos ancestrales.
Artys, con su inocencia de cinco días del nombre, se dirigió a él para preguntarle si podía regalarle la espada, para sorpresa de los pocos que estaban presentes Lord Corbray río, y dijo lo siguiente; "Esta espada no es para cualquiera, solo cuando me demostréis que sois digno de ella, y solo tal vez, me plante entregárosla, hasta entonces únicamente la podréis observar des de la distancia."
Para algunos Lores la respuesta de Ser Corbray fue atrevida, cualquier otro en su lugar le hubiera dejado contemplar el arma un rato, incluso muchos le hubieran propuesto enseñarle a utilizarla en un futuro, con el claro objetivo de ganarse la confianza de su futuro señor.
Sin embargo fue la respuesta de Ser Corbray la que hizo sonreír a Artys, y lo que provocó que des de ese momento lo buscara para jugar y para pasar todo el tiempo que Jon Arryn, aunque quisiera, no podía dedicarle.
– ¿Os preocupa algo? –preguntó Ser Corbray ante la mirada perdida del niño, Artys simplemente negó. –Como queráis...–contestó mientras cruzaba sus piernas, recostaba su cabeza contra la pared del carruaje, y cerraba los ojos.
–Bueno...–empezó Artys al comprobar que el caballero no insistiría. – ¿Cuánto tiempo viviere en Invernalia? –Ser Corbray abrió los ojos y recupero su posición inicial.
–Más del que os gustaría pero menos del que pensáis.
– ¿Y eso en tiempo cuánto es? –el hombre vio la cara del joven Lord e intentó hacerle ver que el Norte era un buen lugar para vivir.
