Bésame y te golpeo.

5. Cenas y un amiguito mal herido

POV Luke

Oh sí, babies. Acabo de arruinar la vida de Chris, ¿cómo lo sé? Escucho sus gritos maldiciendo a Miles y por supuesto, a mí.

Estoy bastante seguro de que ha pasado media hora. Son las 19:00 ¡Y Chris sigue  vestida cual vagabundo!, Debo conseguirle algo de ropa "femenina"  pero... ¿A quién acudir? Tecleé el número de Kathia, la esposa de papá.

Al segundo tono una voz infantil pero autoritaria me contestó.

-Habla al teléfono de mi madre Kathia deje su mensaje y yo se lo daré.

-Wow, Claire ¿desde cuándo eres la asistente de tu madre?

-Ah, eres tú.  Luke...está en unos negocios y no puede atender. ¿Qué quieres?

-Quiero que tu madre le preste ropa a Chris. Hoy tendrá una cena formal y lo único formal que tiene es una corbata.

-¿La que usa atada a la muñeca?

-Ajá.

-Con gusto le diré a mamá. Pero sólo si tú me haces un favor.

-¿Qué necesitas ahora, mi pequeña diablilla?

-Necesito $200. No preguntes por qué. ¿Trato hecho?

-Claro que sí pequeña.

-¿Cuántas veces debo decirte que odio que me llames así, simio?

-¿Has pasado mucho rato con Chris últimamente?

-Algo. Por cierto, yo elegiré el vestido.

-Como sea. Tráelo antes de las 8:00.

-Claro.

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POV Chris

Llevaba siglos en el maldito armario de Luke; mi estómago rugía y no creía que  mi bestia interior lograse conterse mucho más.

Empecé a pensar que Luke jamás me sacaría de allí,  así que tomé un poco de su ropa, creé un montón abultado y polvoso,  y me eché, dispuesta  dormir un rato, cuando la luz de la alcoba entró abruptamente al ropero cegándome por unos instantes.

-Toma, ponte esto.

Luke lanzó un vestido, era negro, llegaba muy arriba de las rodillas y difícilmente me tapaba el trasero.

-¿Por qué usaría esto?

-Es para tu cena con Miles. Claire lo escogió y si no te lo pones ya sabes cómo se pondrá.

Lo tomé indecisa y medité un par de segundos sobre usarlo o no.

-Sólo porque no quiero que Claire me haga algo- rodé los ojos -pero no planeo llevar ni tacones ni maquillaje.

-Da igual. ¡DESHAGÁMONOS DE ESA PINTA DE VAGABUNDO!- gritó. Se llevó una mano a la cadera y se dio una palmada en el trasero.

Me paré a trompicones dirigiéndome a mi habitación, Lucas iba detrás de mí lo cual lo hacía parecer un perrito faldero.

-Lucas, ¿podrías largarte de mi cuarto?

-Nop -dijo Luke remarcando la "p"-. Estaré contigo y te arreglaré un poco.

-¿Consejos de belleza, Lucas?

-Consejos de belleza, Christina.

-Esto es tan Bajo la misma estrella.