En el paraíso (Volg x Reader)

En el paraíso (Único)

En el paraíso (Volg x Reader)

Estaba ahí, cerca, en su vestidor. Como su pelea contra Erick Thompson fue sencilla y no recibió ningún rasguño, era mi oportunidad. Gracias a mis amigas, conseguí colarme ya que le dije a los guardias que era conocida de Alexander Volg Zangief y que quería un autógrafo. Si quería un autógrafo pero mas que eso en realidad.

Decían que era un lobo salvaje en el ring. Quería otro tipo de salvaje esta vez, estaba cansada de dibujarme junto a el, necesitaba al real y era la oportunidad perfecta para hacerlo.

Me senté cerca de los casilleros, su entrenador y asistentes se habían adelantado así que era mi noche de suerte y solo podía escuchar el sonido de la ducha y el aplicándose jabón. Sería bueno echar un vistazo ¿No?

Me levante sin hacer ruido para encontrar con un Volg Zangief desnudo, como dios lo había traído al mundo, el cabello pelirrojo pegado a la cara; el cuerpo empapado, las gotas de agua recorriendo su cuerpo y su miembro... Dios, si estuviese excitado ¿Como se vería?

Al verlo voltearse para tomar su toalla me hizo regresarme de modo para parecer que acababa de entrar, pero cuando caminaba según con lentitud escuche su voz...

-Señorita... ¿Que hace aquí?
-Oh hola- era lo único que tenia que decir para poder aprovecharme, y vaya que si porque seguía desnudo aunque esa fastidiosa toalla estorbaba- Soy una fan tuya.
-¿De verdad? Mmh...- entendía como se sentía, estaba avergonzado porque su acercamiento con una fan fue de esa manera pero no lucia para nada avergonzada, de hecho queria dar el siguiente paso y era la oportunidad.
-No te sientas avergonzado- comencé a desabrocharme la blusa y mi sujetador negro con encaje se notaba cada vez mas y Volg aparto la mirada.
-Señorita... Le pido que...- era una desventaja para el estando desnudo, se le notaba la erección y eso me animó a continuar.

Volg no podía creer lo que estaba viendo. Su entrenador ya le había dicho con anterioridad que las fans eran un nivel superior y muy difícil de liar con ellas si invadían los vestidores (un claro ejemplo era David Eagle)

-Noto que tu pene está listo- me incliné con cuidado y Volg no se movía pero su expresión era extraña, no era incómoda y no se esforzaba para echarme de su vestidor.
-No sé que hacer...
-Haré todo y poco a poco puede que seas un lobo- sonreí al quitarle la toalla y ver ese pedazo de carne, erecto y venas. Tragué saliva porque si había visto en revistas y en internet y estaba observando una real.

Toqué sus testículos con cuidado para después besar la punta y poco a poco la metía a mi boca. Al principio era extraño pero imaginaba que era una paleta y continuaba hasta meterla un poco más.

Hice mover mi cabeza de adelante hacia atrás, un poco más rápido y subí mis manos para tocar sus glúteos (aun húmedos por el baño) y los apreté ligeramente mientras mi boca continuaba dándole atención a ese pedazo que, estaba invadiendo mi garganta. Era dura.

Estaba de rodillas pero escuchaba sus jadeos y su mano recorrer mi cabeza, acariciar mi cabello oscuro y sus palabras... Dios...

-Si... Me gusta... Continúa- Su voz, por poco, tal vez, me diría cosas más explícitas en ruso y yo moría por escucharlas aunque no le entendería nada.

Tenerlo en mi boca era mi sueño pero la quería en mi otra boca así que me apresuré para que soltara su semen de una vez y sí, con un jadeo intenso lo soltó que me dio en la cara y al levantar la mirada, me veía con un brillo especial pero agregado con "Discúlpame" y me ayudó a levantarme para que continuara.

Reaccionó como esperaba cuando me aferré a él y sostuvo mi cintura, quitándome la falda y dejándola bajar lentamente sobre mis piernas hasta mis tobillos, seguido de mis pantaletas; pasando sus manos sobre mis nalgas y apretarlas. Suprimía su lujuria y decidí ayudarlo, rozando mi entrepierna con su pene. Nos miramos a los ojos y él seguía con ese brillo en la mirada y el sonrojo en sus preciosas mejillas. Segundos después nos besamos, tímido al principio pero podía notar su desesperación cuando me tomaba con firmeza y ya estábamos por esos asientos y me acostó. No me importó que estuviese frío. Me daba igual, al final estaría cálida cerca de su cuerpo.

Sus dedos comenzaban a preparar mi vagina. Su rostro era poético, rojo e intenso pero al sentirlo era de lo más cuidadoso, en mi clítoris y creía que iba a soltar todo y mis gemidos invadían el vestidor y Volg se excitaba más; moviendo sus dedos haciendo un sonido como de chapoteo y para seguir me comencé a masajear mis senos y mis pezones. Volg Zangief lo hacía muy bien y apenas era el comienzo.

Mi vagina estaba húmeda por lo que ahora procedió a abrirme las piernas (sus brazos eran grandes) su pecho, su abdomen y su pene erecto me hizo tragar saliva. El sudor y el calor se apoderaba de mí.

-Te amo Volg- dije cuando él se preparaba para penetrarme, su sonrisa era bella, como si su simple sonrisa pudiera eliminar cualquier enfermedad... Me invadía, pero me tomó, me besó y sus poderosos brazos me rodearon.

-Yo también- su sonrisa... Diablos, no quería que esto acabara. Su cabello pelirrojo siendo iluminado por los focos y lo acaricié. Lo amaba y la forma de conocernos era extraña pero se sentía bien.

Su pene entraba más y más y vaya que dolía pero estaba dispuesta a ser suya por lo que tragué saliva para que ya pidiera moverse, una vez estando lista.

Mis gemidos iban en aumento cuando la velocidad de sus embestidas y me aferraba al borde de las bancas de aquel vestidor. Sus gemidos, prueba de que lo disfrutaba. Mi cabello estaba pegado a mi cara por el sudor pero lograba verlo excitado, sus ojos brillantes y azules, su expresión al sentir mi interior... Su pene entrando y saliendo de mí, golpeándose con sus testículos haciendo un ruido erótico y sus caderas siendo rodeadas por mis piernas. Mi ropa y su toalla, tiradas y mis ojos hacía atrás y mi lengua soltando saliva.

Ese cosquilleo iba en aumento y sólo gemía pidiendo más...

Se corrió dentro de mi pero... Era lo primero.... Luego su pene sobre mis nalgas, invadiendome no sin antes prepararme y aferrándome contra la pared, sintiendo como ese pedazo de carne entraba y salía. Gemía, pegando mi mejilla a la fría pared... Mi zona intima estaba húmeda pero aún rogaba por más.

Tiempo después, saltaba y luego de lado, nos mirabamos y besándonos seguían esos movimientos. Lograba ver su pene sobre mi... Sus labios en mi cuello, clavícula y mis senos, succionando como si fuese un niño pequeño hasta que me vine y tiempo después él lo hizo. Su expresión al correrse era sublime.

Antes soñaba, ahora lo vivía.

Nos duchamos tiempo después, entre besos y caricias. Pero al vestirme...

-¿Regresarás? Me ha gustado muchísimo.
-Lo haré cariño- lo besé y él correspondió.
-Pero en mi cama, te quiero cerca de mí.
-Seguro porque también te quiero- besé su mejilla y me fuí de ahí.

-¿Cómo te fue?- me preguntó mi amiga.
-Estuve en el cielo y regresaré pronto a él- respondí satisfecha y salimos de la Arena.

FIN.